RECORD: Azara, Félix d'. 1802-5. Apuntamientos para la historia natural de los páxaros del Paraguay y Rio de la Plata. Madrid: Imprenta de la Viuda de Ibarra. 3 vols.

REVISION HISTORY: Transcribed (single key) by AEL Data 01.2014. RN1

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APUNTAMIENTOS

PARA LA HISTORIA NATURAL

DE LOS QUADRÚPEDOS

DEL PARAGÜAY

Y RIO DE LA PLATA,

ESCRITOS

POR DON FELIX DE AZARA.

TOMO SEGUNDO.

MADRID MDCCCII.

EN LA IMPRENTA DE LA VIUDA DE IBARRA.

CON LICENCIA.

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INDICE

de los Quadrúpedos descritos en
este segundo Tomo.

Quiyá pág. 1.
Capibara ó Capigüara 8.
Pay 14.
Acutí 21.
Tapití 32.
Apereá 37.
Vizcacha 45.
Liebre patagóna 51.
Cuiý 55.
Caractéres generales de los Ratones 68.
Tucutuco 69.
Espinoso 76.
Hocicudo 80.
Orejon 83.
Colibreve 86.
Cola igual al cuerpo 87.
Anguyá 89.
Colilargo 91.
Agreste 94.
Laucha 96.
Blanco debaxo 97.

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Caractéres generales de los Tatús 99.
Máxîmo 110.
Poyú 118.
Tatuaý 131.
Peludo 140.
Negro 144.
Mulita 156.
Pichiý 158.
Mataco 161.
Caractéres generales de los Micos 167.
Carayá 169.
Caý 182.
Miriquiná 195.
Tití 200.
Caballo 202.
Asno 244.
Mula 249.
Vacas 255.
Ovejas y Cabras 275.
Perros 277.
Caractéres generales de los Murciélagos 288.
Obscuro listado 291.
Fardo listado 292.
Mordedor 293.
Pardo roxizo 299.
Roxizo 301.
Castaño 302.

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Blanquizco 303.
Orejon 304.
Obscuro 305.
Obscuro menor 306.
Pardo acanelado 307.
Acanelado 308.
Pardo obscuro 309.

APÉNDICE DE LOS LAGARTOS.

racaré 310.
Iguana 315.
Teyúgüazú 319.
Teyuverde 321.
Camaleon 323.
Camaleon segundo 325.
Lagartija fea 327.

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NÚM. XXXIII.

DEL QUIYÁ

Esta bestia y las ocho que la siguen convienen, en tener solo dos incisivos en cada mandíbula de la hechura que el Conejo, en la cabeza y cuerpo rollizos, y en subsistir de vegetales únicamente. Sin embargo como sus diferencias ó caractéres especiales sean muchos y de mayor peso, no creo que se puedan juntar en familia, y las considero sui generis, ó por animales aislados aquí.

La presente abunda mucho en el Rio de la Plata y campos de Buenos Ayres; pero escasea en el Paragüay, donde solo he podido coger tres. Los Españoles le llaman Nutria; pero no lo es, ni de su familia, y por eso le conservo el nombre güaraní, que significa amo de los piojos; y sin duda le tomáron de los que encontrarian en sus pellejas, que servian de vestido ordinario á los Güaranís antiguos, llamándolo Quiyápí (cuero de Quiyá). Vive en las orillas de

TOM. II. A

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los rios y arroyos, donde fabrica cuevas subterráneas para ocultarse, y nada con mucha freqüencia y facilidad, zambullendo sin detenerse debaxo sino lo que le dura el resuello. Las piernas son tan cortas, que casi arrastra la barriga, y as muy torpe y pesado para caminar. No come sino pasto, y me aseguran pare de quatro á siete cachorros, que siguen á la madre desde muy pequeños; alguna vez los han domesticado sin dificultad en las casas, donde comen de todo.

Longitud 35 pulgadas: cola 16: parece hinchada, gruesa, redonda, escamosa, y con tan poco pelo, que puede decirse lampiña ó pelada. Su circunferencia en la raiz es de 3½; la misma delante 13½, detras 14½, y en la barriga 17½. Altura delante 9¾, y detras 12½. En la mano hay cinco dedos: el interior de 3 líneas, su inmediato 9, los dos siguientes 12, y el externo 8; pero todos sin membrana, y la uña mayor de 8, siendo todas poderosas para escavar. El dedo interno acaba donde empieza el exterior: el inmediato á aquel queda mas atras que el próxîmo al exterior, y éste es poco mas breve que el medio. El pie tiene los mismos

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dedos con el propio órden aparente de longitud. El interno de 10 líneas: el siguiente 18: el medio 21: el de despues 19, siendo el mas grueso: y el exterior 18. Éste está poco unido con membrana á su inmediato, y los demas lo están enteramente. Todos tienen encima pelo muy corto, como el metatarso, que por debaxo es pelado hasta el talon, sobre quien apoya, y es largo 3 pulgadas contadas desde la raiz del dedo medio. La boca como la del Conejo, con dos dientes arriba y dos abaxo, naranjados, largos 12 líneas, anchos 3½. La punta del hocico con pelo, y los respiraderos elípticos con los exes mayores en el mismo plano horizontal. Los bigotes de 3 pulgadas, blancos con las puntas obscuras; y el ojo está poco mas léjos del hocico que de la raiz de la oreja; que es alta 14 líneas, ancha 10, no aguda, negra, puede decirse pelada, y en la parte posterior tiene la figura que en la Capibára: á quien se parece tambien en la cabeza, aunque no es tan gruesa ni obtusa; y del hocico á la sutura coronal es tan plana, que puede aplicarse una regla. El hocico no agudo, ni hendido verticalmente, y de su punta á

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la raiz de la oreja hay 3¾ pulgadas. No se encuentra el escroto: la verga es muy delgada, y con la misma curva que las del paí, Acutí y Apereá. La hembra es 2 pulgadas mas corta, y lo demas á proporcion con los mismos colores. Su vulva redonda, y no le encontré mamas por el pelo muy tupido.

El contorno de la boca, y el extremo del hocico son blancos. Todo su pelo muy tupido, sentado y mezclado ó compuesto de dos: el mas largo, de cerca de 3 pulgadas en el lomo, es obscuro, y el mas corto tambien lo es con las puntas rubias. Difieren poco en longitud, y mirando en globo, parece obscuro desde el hocico á la cola; aunque se nota mucho lo rubio en los costados de la cabeza y del cuerpo, y todavía mas en la inmediacion de la oreja, donde es acanelado. Las partes inferiores clarean algo mas que encima, y tienen pelo mas corto. Arrancando los referidos pelos, aparece debaxo otro aplomado, tan tupido y suave, que pocos le excederán, y podria servir para buenos forros. En Buenos Ayres compran algunos cada piel á dos reales, y de su pelo principian á fabricar sombreros;

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siendo una lástima que no se lleven á Europa estas pieles, las de Vizcaha, y otras muchas, que servirian lo mismo que las de Castor y las que se llevan del Canadá y de Rusia.

En la crítica del número anterior vimos, que la Saricoviana de Thevet me parecia ser Quiyá; y que Marcgrave, despues de haber alterado los nombres de Quiyá y Sarigüerembiú pertenecientes á esta bestia, los aplicaba por equivocacion á mi Nutria.

Mi Naturalista1 describe una Nutria remitida á París de la Guyana con el nombre de Nutria pequeña de agua dulce de Cayena; y le parece ser la menor de las tres que indicó Laborde, de que hice mencion en el número anterior. Los caractáres que le da son: piernas muy cortas, con cinco dedos en todas partes: los de los pies unidos con membrana, y sin ella los de la mano: orejas grandes, mayores que las de la Nutria francesa: bigotes de 12 lines, y otros sobre el ojo: longitud de 7 pulgadas, sin la cola que tiene 6 7/12, sin pelo como la de la Rata, con piel granujienta y 5 líneas de ruedo en la raiz: y vivir en

1 Suplemento tom. V. pág. 262.

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aguas dulces. Los colores son: cola parda con la extremidad blanca. Tambien hay blanco baxo de la cabeza y cuerpo, y en lo interior de los brazos. En lo superior y costados del cuerpo y cabeza se ven con simetría manchas grandes obscuras, con los intermedios de un gris amarillento, y otra grande y blanca mas arriba de los ojos.

De todo lo dicho deduzco, que esta Nutria tiene con un Quiyá cachorrito identidad en formas y medidas, diferenciando solo en colores: pero es de considerar, que si se trasquilan al Quiyá las puntitas rubias de los pelos sobre el cuerpo, cabeza y costados en parages simétricos, le verémos con manchas obscuras y intermedios rubios; que viene á ser lo mismo que tenia la del Autor. No se piense que es invectiva maliciosa lo de las tixeras, sino conjetura fundada en experiencia; pues los bárbaros y otros me han vendido en muchas ocasiones animales pintados y disfrazados con semejantes artificios: y mas de trescientas veces me han traido Páxaros muertos y aun vivos, que parecian muy diversos. Para esto los habian pintado, ó arrancado las plumas grandes de las alas y

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cola, y metido afuerza en los mismos agujeros las de otro Páxaro de igual tamaño. A otros agujereando el cráneo con una lesna, les inxerian moños y copetes: y á otros desollándoles las quixadas, corona, pecho ó lomo, les ponian un parche igual sacado de otro Páxaro, que pegaba bastante con la humedad natural. Todo esto se hacia porque yo pagaba muchísimo mas lo nuevo que lo que habia visto: y aunque me sorprehendiéron algunas veces, no trascendió la trampa, porque nada escribia sin exâminar ántes las cosas despacio. En fin, me parece que ámbas bestias pueden ser la misma; pues aunque el Quiyá no es Nutria ni de su familia, y Buffon llama tal á la suya, presumo que sin advertir la impropiedad del nombre, se lo dió, porque le traería de Guyana; donde le llamarán Nutria, como lo hacen aquí con el Quiyá. Verdad es que parece imposible en un Naturalista llamar Nutria, dando á entender que es de la familia, y que tiene boca rasgada y colmillos, á una bestia que exâminó y describió, si tuviere boca y dientes de Conejo.

La estampa que nos da de dicha Nutria,

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si fuese Quiyá, le violenta las orejas para atras: le adelgaza, alarga y desfigura totalmente el hocico: le rasga mucho la boca: y en fin sería muy mala para Quiyá.

NÚM. XXXIV.

DE LA CAPIBÁRA

Ó CAPIGÜÁRA.

Los Güaranís le llaman Capiigüá, que significa babitante de los pajonales próxîmos al agua; de donde los Españoles han derivado los nombres que conservo, y el de Carpincho. Los bárbaros Payagüás llaman á los adultos Ochagú, y á los cachorros Lacáy. Habita el Paragüay y hasta el Rio de la Plata en las orillas de todos los rios, arroyos y lagunas, sin separarse por lo comun cien pasos; y quando se asusta da un grito alto y entero, que dice ap, y que no se oye en otra ocasion, arrojándose al instante al agua, en que nada facilmente sin sacar sino las narices y poco mas; pero si el peligro es mayor ó está herida, zambulle

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y sale muy lájos, tardando lo que dura el resuello. Lo regular es que cada familia conserva sitio determinado, que se conoce por los montones de excrementos, que son pelotas prolongadas. Hace destrozos en los trigos, sandías y calabazas, si las hay á mano, y nunca come sino pasto verde. No excava madrigueras: corre poco: es pacífica, tranquila y torpe: pasa largos ratos sentada sobre el tarso: su cerne es gorda, apetecida y ponderada de los bárbaros: y tragina principalmente de noche. Aseguran, y creo, que pare una vez al año de quatro á ocho hijos sobre alguna mata grande de paja, y que siguen luego á la madre, que se echa á nadar con ellos, Su cuerpo es mas corto y grueso que el del Puerco, y mas redondo; y las quatro piernas y dedos son rollizos. Los cachorros se domestican sin cuidado, y sin reñir ni incomodar á nadie: andan libres, salen y vuelven, acuden quando les llaman, y gustan de que les rasquen. Voy á describir un macho adulto.

Longitud 45½ pulgadas: carece de cola. Altura delante y detras 19, pero sienta el talon. Circunferencia allí 32, y aquí 36.

TOM. II. B

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La cabeza es larga 8¼ hasta la raiz de la oreja, donde tiene 6 de altura, porque es mas elevada que ancha. La borda de la oreja en la parte anterior se eleva dos rectamenta, formando un dobladillo que no tiene el resto: su anchura es de 1½; y siendo muy obtusa arriba, la orilla posterior tiene tres ondas suaves, con pocos pelos dentro y ninguno fuera. Los bigotes negros, divergentes, y de 2⅔. El hocico peludo, demasiado obtuso, alto 2½ sin contar la mandíbula inferior, con algo ménos de travesía. A dos pulgadas de su extremo comienza una especie de lobanillo, largo dos pulgadas, ancho 1⅔, alto 2½, oval, muy aplastado, sin pelo ni adherencia al hueso, acribillado de poros que fluyen un suero inodoro quando se le comprime. La mandíbula inferior tiene una pulgada de altura, y otra de retiro. La boca es de conejo, y muerde para defenderse. Los dos dientes de arriba largos 12 líneas, anchos 5 cada uno, y los de abaxo algo mas rectos y cortos: una media caña sigue la longitud de los quatro. El ojo muy grande, y mas príxümo á la oreja que al hocico. En la mano quatro dedos: el segundo mas

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grueso, largo 27 líneas, su uña IO: el interno ó primero, y el tercero, iguales y algo mas cortos; y el quarto nace mas arriba, siendo el mas breve; pero todos uni dos con nadadera, y las uñas se parecen á las del Mborebí. En el pie hay tres: el del madio de tres pulgadas incluyendo la uña, es mas largo y grueso que sus laterales, y todos con uñas y nadaderas como en la mano. La verga de 3 pulgadas con una de diámetro; pero no se vé por estar oculta en el orificio. Carece de escroto; pero comprimiendo un poco delante del orificio, salen para atras y se ven baxo de la piel los testículos de 2½ pulgadas, y bastante gruesos. La hembra encierra á las dos vias con poca separacion en un anillo. Tiene 6 tetas en cada lado, la anterior entre los brazos. Carece del mencionado lobanillo, es 2½ pulgadas mas corta, y todo lo demas como en el macho.

Su piel es gruesa y muy ponderada para antes: lo mismo dicen de su aceyte, que se puede beneficiar como el del Lobo marino, porque tiene bastante gordura. Su pelo es áspero, grueso, aplanchado, algo claro, y el mas largo de 3 pulgadas. Todo

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el de encima del animal es obscuro con las puntitas rubias, y todo debaxo pardo blanquizco.

Mi Autor1 le da el nombre de Cabiay, derivándolo de Cabionara, que supone con Barrere le dan en Guyana; pero temo se equivocan, y que le llamarán como aquí, y como Marcgrave, Pison y Ray. Froger le altera algo llamándole Capivard. Desmarchais, Juston y Brisson le dan impropiamente los nombres de Puerco de agua: sus maximus palustris: porcus fluvialis; y bidrochœrus; porque no es ni piensa en ser Cerdo, ni Saludador de las aguas.

Mi Autor dice que la primera Capibara que se vió en Europa se la lleváron jóven al Duque de Bouillon, y que murió de frio ántes de ser adulta; pero que tuvo la oportunidad de observarla interior y exteriormente. Porque algunos la han llamado Cerdo, trata de persuadir que no lo es; y para eso refiere muchas diferencias, que pudiera omitir; pues bastaria saber que nada tiene de tal, sino el tocino ó gordura. Ademas yerra mucho diciendo, que nada como la Nutria: que como ésta busca en el agua

1 Tom. XXV. pág. 183.

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al pescado: y que lo pilla con la boca y con las uñas; pues tiene boca de Conejo, por donde casi no puede entrar un garbanzo; y sus uñas y manos son propiamente pesuñas. Tampoco midió los brazos y piernas; pues dice que ástas son cortas, y aquellos largos. Ni oyó su vez; quando la compara por informes á la del Asno, con quien no tiene conexîon: ni probó su carne; quando la coteja con la de la Nutria en el sabor á pescado, pues la comen aquícon gusto. Tampoco creo que su individuo muriese de frio en Parós; pues no es delicado, quando subsiste libre en la orilla septentrional del Rio de la Plata.

Su individuo no era adulto; pues Daubenton le da 32 pulgadas, con alguna diferencia en los colores; que consiste, en dar á los pelos de encima puntas negras, luego color rubio, y despues negro. Anade que exîste en Cayena, Brasil, Amazonas, y en todas las tierras baxas de esta America Meridional.

En la Adicion se corrige diciendo, que la que habia descreto no perecio de filo, sino por desgracia, y que su carne es bue-

1 Suplemento tom. VI. pág. 132.

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na; pero en cambio de estas dos correcciones, cae en otros dos errores: como son, decir que vive siempre á pares, y que pare solo un cachorro. Ademas se recalca en el error de que pilla los pescados, subsistiendo de ellos. Tambien nos da la noticia nunca omitida por Laborde de que pesa cien libras.

NÚM. XXXV.

DEL PAÍ.

Es tan escaso en el Paragüay, que le conocen muy pocos, y no he logrado sino dos machos idénticos cogidos en un bosque no léjos del Rio Paragüay. No creo que llegue á los 30 grados de latitud, y me han asegurado, que los Güaranís le dan el nombre que conservo: que tiene las costumbres del Acutí y que le remeda en lo roedor y nocturno, en habitar las espesuras escondiéndose en agujeros de los troncos y baxo de ellos, en hacer daño comiendo la caña dulce, en tener carne de-

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licada, y en parir uno ó dos hijos idênticos á los padres.

Longitud 24½ pulgadas: cola ½. Altura delante y detras 11. Circunferencia allí 14, aquí 17, y en la barriga 18½. El cuerpo se asemeja algo al de Cerdo en lo grueso y repleto, aunque me parece mas redondo. La cabeza es larga 2½ hasta la raiz de la oreja; cuya borda se eleva rectamente 1½ en la parte anterior, formando un dobladillo que no hay en el resto. En lo mas alto del dobladillo es algo aguda, y la borda posterior forma línea recta: tiene tan poco pelo que puede decirse pelada, y su anchura en lo inferior es de 1¼. Los bigotes tienen 3¾, los mas altos negros con direccion arriba, los de abaxo blancos, y todos muy gruesos. Algo separado de lo anterior de la oreja y un poco mas abaxo de ella se ve un pincel de bigotes de 4 pulgadas, y tambien hay algunos sobre el ojo. La cara es casi plana desde el hocico á las orejas, y el hocico poco obtuso. Los respiraderos largos, separados por hendidura, y su ángulo exterior sale algo para arriba. El ojo de 9 lineas, y obliqüo. La boca de Capigüara, y los dos dientes de

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arriba largos cinco líneas. Los dos de abaxo de 10: todos amarillos, con dos líneas de diámetro ó grueso. La mandíbula superior arqueada por fuera debaxo del ojo y de la oreja. Las quatro piernas redondas, cortas y rollizas. La mano con cinco dedos; aunque el interno solo manifiesta la uña, y está mas alto que todos. El que le sigue ó segundo no es mas largo que su uña, que tiene 5½ líneas: y el tercero y quarto le exceden en 5, teniendo el grueso que el segundo; pero el quinto es poco mas corto y débil que el segundo, y todos tienen alguna union en la raiz. El pie manifiesta los mismos dedos, con la propia forma y órden de longitud; pero son mas largos y gruesos, y tambien algo unidos. Las uñas no sirven para agarrar; y el tarso es calloso por debaxo, porque seguramente le sienta. La cola es tronchada, sin pelo, y no se ve sino con cuidado, lo mismo que la del Acutí. Carece de escroto, y no se percibe del miembro sino la salida, aunque el tacto conoce que tiene una curva debaxo lo mismo que en el Acutí. Dos pulgadas mas adelante se ve una teta en cada lado, separadas una pul-

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gada. Los excrementos son pelotillas muy largs, y de animal que subsiste de vegetales.

Su pelo es corbo, áspero y aplanchado. El del vientre y de todo lo inferior muy blanco, y el resto pardo, mas obscuro en el lomo; pero en cada costado del cuerpo hay notables correas blancas á lo largo.

Mi Autor1 le llama Paca, como Marcgrave y otros. Lery le denomina Pagó Pague; y presumo que sean voces deducidas de Pai, que se pronuncia casi paig. En Cayena le llaman Urana. Ray le indica en su frase: mus brasiliensis mugmís, porcelli pilis & voce: que toda es falsa; pues no es Raton, ni tiene pelo ni voz de Cochinillo. Barrere le indica sin equivocacion diciendo: cuniculus major palustris fasciis albis notatus: aunque no le perdono que le llame Conejo, ni creo sea palustris. Lo propio digo de la frase de Brisson: Cuniculus caudatas, auritus, pilis obscure fulvis rigidis, teniis ex albo flavicantibus ad latera distinctis: aunque no le noté lo fulvo, ni lo flavo.

Mi Auto asegura que, como el Conejo,

1 Tom. XXI. pag. 121.

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excava madrigueras baxo de tierra, y que cuesta trabajo pillarle vivo en ellas; porque quando se cava delante y detras, se defiende y muerde terriblemente. Pero nada de eso creo, fundándome únicamente en que sus formas le han de dar necesariamente las mismas costumbres del Acutí. Le hace se mejante al Cochinillo en el gruñir, procedimientos, modo de comer y hozar la tierra para buscar su subsistencia. Pero tampoco puedo creer nada de eso, que contradicent sus formas mas aparentes. Maregrave dice1, que gruñe como el Acutí; quando éste carece de voz. Mi Autor le da cabeza redonda y hocico breve, que son expresiones vagas é inexâctas; pero le creo en que no se sirve de las manos para llever la comida á la boca. Supone que su pellejo es bello para forros; y no es creible siendo su pelo áspero, corto y aplanchado. Tal vez quiso decir para forrar cofres ú otros muebles, porque es bien pintado. Le hace parir á menudo, y muchos cachorros; pero sin duda uno y otro no es así. Tampoco le creo el decir que abunda, y que el hombre y las fieras destruyen

1 Tom. XXI. pág. 123.

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á muchos sin disminuir los individuos de la especie. Igualmente repugno que habite únicamente las orillas de los rios, pues me persuado que nunca bebe.

Por lo que toca á las citas, Ray le compara mal en magnitud al Conejo, pues es muchísimo mayor: ni sus orejas se párecen, como dice, á las del Raton. Herrera y Maffee dicen de él el grandísimo disparate, que se asemeja al Gato en la cabeza y hocico. Marcgrave le describe bien; pero es justamente reprehendido de mi Autor, porque le quita un dedo en los pies.

Como Buffon solo habia visto una hembra de 7 5/12 pulgadas, describe1 otra que tuvo viva en su casa un año larga 2 pies. Su pelo era corto, claro, de color de tierra sombra, mas opaco en el lomo; pero el vientre, pecho, garganta, y lo interior de las quatro piernas, eran blancos sucios; siendo lo mas notable del vestido cinco tiras formadas por hileras de gotas blances, la mayor parte separadas unas de otras. Estas tira se dirigian á lo largo del cucrpo, de mode que intentaban juntarse hácia los extremos. Le encontró entre las

1 Suplemento tom. VI. pág. 7.

C 2

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piernas dos tetas á corta distancia del sexô.

Nos copia una relacion de las observaciones que hizo Trecourt sobre este individuo; pero no la quiero ni aun extractar, porque sobre ser demasiado larga, contiene muchas cosas insubstanciales, ponderadas y mal entendidas; sin que de todo resulte otra noticia útil, sino que come raices, legumbres, granos, madera y carbon, despreciando la carne, y prefiriendo el azucar y las frutas á todo: que en substancia es lo mismo que decir que sus costumbres son las del Acutí. Añade que su orina huele mal; y como no hace mencion de que chillase y hozase como el Puerco, es claro que no exîsten estas semejanzas que Buffon estableció ántes. Tampoco trata dicha relacion de que excavase la tierra; y por consiguiente, no se puede creer que fabrique las madrigueras que dixo mi Autor. Por lo demas, no dudo se podria domesticar conutilidad; pues aunque no produce sino uno ó dos cachorros, es de esperar que pariría en la esclavitud muchos mas y con mayor freqüencia, como vemos en el Apereá, que en estado libre pare uno ó dos una vez, y hecho esclavo multiplica infinito, segun

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vemos en el Cuí ó Conejito chino, que no es otra cosa sino el Apereá doméstico.

Añade Buffon varios informes de Laborde que no incluyen una palabra de verdad.

NÚM. XXXVI.

DEL ACUTÍ.

Así le llaman en el Paragüay, donde exîste, y no hácia el Rio de la Plata. Los Portugueses del Brasil le llaman Cotía, y apetecen su carne, aunque en el Paragüay la comen únicamente los bárbaros y alguna gente pobre. No habita sino los bosques espesos, escondiéndose debaxo de los troncos y en los agujeros que encuentra sin excavarlos, segun me aseguran y lo creo. Me enviáron uno de siete leguas distante atado de pies y manos, y le deslié sin oposicion. Lo primero que hizo, y es muy freqüente en él, fué frotarse la cara y orejas con los costados internos de las manos. Le ofrecí raices crudas de mandioca, y aunque acababan de cogerle, las comió y se dexó rascar, ensanchando las piernas en señal de

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fruicion, Quantas veces le até de una pierna ó por el cuello, otras tantas cortó la cuerda con los dientes, siempre con la obscuridad, porque es nocturno, y amanecia suelto baxo de un cuero, que era el único escondrijo que habia en el corral. Una mañana se escapó, y mis Negros no pudiéron alcanzarle, porque corre bastante, aunque. Sus piernas son mas largas que los brazos; pero le pilló un Perro y mordió, y le traxéron al corral, donde al momento comié como si no hubiese padecido. Sin embargo la mañana siguiente encontré que habia parido dos cachorros muertos sobre la paja que le habia puesto para cama en un rincon. Eran largos 6⅔ pulgadas, tenian los ojos cerrados, y el color de la madre; quien no manifestó otra incomdidad que la de no permitir le rascase el vientre; y alguna vez que lo hice, se quejó por un eco baxo sin morder; que es cosa que nunca intentó, sino en una ocasion en el dedo de mi Padre Capellan, que se lo arrimó mucho á la boca. Despues tuve otros varios idénticos sueltos en el corral y en un quarto: y observé que todo loroen de noche, sin exceptuar las tablas ni

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postes; pero nunca escarvaron la tierra ni quisiéron beber, y sus orines olian mal. Erizaban el pelo de la grupa con el temor; hasta ponerle perpendicular á la piel; y si el miedo era muy grande, se les caría el pelo á puñados solo de la tirantez violenta de la piel. Tomándolos en la mano hacian eficaces y grandes esfuerzos para escaparse á la manera que el Conejo, porque tienen mucho vigor en las piernas. Aunque en la libertad no pueden comer sino vegetales, en casa devoran quanto se les presenta, sin exceptuar la carne. Para esto toman con la boca la comida si la pueden levantar, y luego la sostienen con ámbas manos para roerla y masticarla en el ayre. Su postura ordinaria es mas encogida ó jorovada que la del Conejo, y su grupa mas ancha. Quando se sientan sobre el tarso, le dirigen para afuera, y quedan los brazos en el ayre delante del pecho con la cabeza horizontal. No dudo seria fácil domesticarlos desde jóvenes, para comerlos como al Conejo; y costaria poco alimentarlos, porque comen de todo; pero tendrian el inconveniente de que todo lo roen.

Longitud 20 pulgadas: cola ⅔, tiesa

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como un palo, pelada, tronchada, negra, casi cilíndrica, y de tres líneas de diámetro medio. Altura delante 9¾ pulgadas, detras 12. Circunferencia allí 11¼, aquí 12⅔, y en la barriga mas. El cuello y lo anterior del cuerpo son delgados respecto á lo posterior. La cabeza larga 3½, ancha 1½ en la raiz de las orejas, y alta aquí 2½, con la frente plana. Su principal sentido es la oreja, recta, alta desde lo inferior 15 líneas, ancha 17, delgada, sin pelo fuera, pocos dentro, y tiene hácia lo alto una honda como si la hubiesen cortado. El hocico es obtuso, mas alto que ancho, pelado y trigueño en la punta; donde están los respiraderos, siendo cada uno una cortadura horizontal. La mandíbula superior adelanta bas tante, y en su labio hay una canal vertical. La boca como la del Paó: los dientes amarillos: los bigotes negros de dos pulgadas; y el ojo grande, rodeado de pocos pelos negros tiesos, que hay solamente hácia la medianía del párpado. La mano con cinco dedos: el medio y mayor de 6 líneas, su uña 5, y todas podrian servir para escarvar. Los dedos laterales iguales, y 2 líneas mas atrasados:

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el externo termina donde nace su inmediato: y el interior es tan chico, que solo se percibe la uña. En el pie hay tres: el central y mayor de 10 líneas, su uña 7 y recta. Los laterales son semejantes á los dichos en la mano, aunque el interno algo mas largo; y el tarso calloso, de 4 pulgadas contadas desde las uñas. Los brazos y piernas delgaditos y vestidos de pelo muy corto. La hembra tiene tres pares de tetas bastante separados, y las dos vias casi dentro de un anillo. Pare por octubre dos cachorritos macho y hembra, segun he visto dos veces. El macho no difiere sino en el sexô, carece de escroto, y el tacto conoce que la verga se dirige adelante hasta la mitad, donde tiene una curva que vuelve la punta para atras.

Baxo de la cabeza y hasta el pecho es de color de paja, y el resto debaxo quasi blanco. Todo lo superior y costados es ungris ó mezcla de obscuro y amarillo verdoso; porque cada pelo tiene tres faxas obscuras, y otras tres de dicho amarillo, aunque la mas interior de éstas es blanca: pero en lo anterior de las piernas domina lo amarillo, y lo posterior de las nalgas es

TOM. II. D

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algo naranjado. Las manos y pies, y algo sobre ellas, son obscuros; y en lo interior del: carpo hay una grande mancha blanquizca. Todo el pelo es sentado, muy áspero, tieso, y largo donde mas 3 pulgadas.

Buffon1, Pison y Barrere le llaman Agutí; pero temo han alterado el nombre, y que de be ser Acutí; porque así le denominan aquí, y tambien Laet y Marcgrave. Lo mismo digo del de Cutí, que le impuso Souchoui. Los Portugueses le nombran Cotía, de donde tal vez Klein ha derivado el de Cavia. La frase de Ray: Mus silvestris americanus, cuniculi magnitudine, porcelli pilis, and oj: es toda muy impropia, Tam poco piensa bien Barrere llamándole Conejo vulgarísimo; pues no es uno ni otro. La indicacion de Brisson: Cuniculus caudatus, auritus, pilis ex refo and fusco mixtis rigidis vestitus: es impropia en el nombre, y el color roxizo solo puede aplicarse á lo posterior de las nalgas.

Mi Autor dice que se parece al Puerco en el gruñir y gritar del mismo modo y con freqüencia quando le inquietan; pero seguramente no hay tal. Tambien es im-

1 Tom. XVII. pág. 227.

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propia la comparacion que hace del pelo y de la glotonería; pues aunque coma de todo y de prisa, no es con mucho tan comilon como el Cerdo. Supone erradamente que oculta la comida sobrante en diferentes lugares para encontrarla despues; como si á quien come hasta cortezas y palos le pudiese obligar nada á semejante economia que nadie ha notado aquí. Asegura que muerde cruelmente; por lo que debe entenderse, que todo lo roe, y no lo que suena. Tampoco he notado ni creo que goipee el suelo con los pies quando está irritado: ni que habite las sábanas ó campos sin bosque: ni que lleve la comida á la boca con las manos, que le sirven solo para sostenerla. Del mismo modo son errores, que tenga buena vista, siendo nocturno: que sea menester darle humazo para que salga del agujero, que no puede ser profundo: y que dicho humo lo haga prorumpir en gritos lamentables de dolor; pues le he visto inquieto y violentado sin dar tales gritos, y carece de voz que pueda llamarse grito ó chillido. Igualmente me es increible que pára dos ó tres veces, y que los hijos sean trasladados á los dos ó tres dias, aun-

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que no me repugna el que sigan á la madre desde muy pepueños. Atribuye á su carne dureza y gusto á salvagina, aunque no la hace mala comida; quando los Portugueses la ponderan, bien que su paladar no es delicadio. Cree que se domestica, saliendo de casa y volviendo libremente; lo que podrá ser en los Pueblos, no en casas campestres. Le quita un dedo en la mano; pero enmienda la equivocacion de Marcgrave, que le aumenta uno en un pie. De su color solo idice que es pardo un poco mezclado de canela, en lo que tal vez copia á Brisson.

Daubenton consultó un individuo que no tenia los colores tan puros y naturales como los mios; ni era adulto, pues le da 17⅙ pulgadas, alargándole los pelos hasta quatro.

La estampa 50 indica de un color lo de encima y debaxo: le eleva algo sobre las piernas: engruesa la cola y cuello: y adelgaza un poquito el hocico.

Por adicion copia1 las noticias de Laborde, que son todas errores.

Describiendo mi Autor al Acutí, nos

1 Suplemento tom. VI. pág. 5.

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dixo que era comun en el Brasil, Guyana, Santo Domingo y en todas las Islas; pero no en paises frios ni templados. Tambien aseguró, que en dichas Islas solo se encontraba al citado Acutí; pero que le hay de dos especies en Cayena, en tierra firme de Guyana, y en el Brasil; donde dice llaman á la segunda Aguchí, quien es constantemente menor. Añade, que se habia convencido de la exîstencia de las dos especies, por el testimonio de gentes que se han detenido en Cayena largos tiempos, y que conocen igualmente á los dos animales.

Despues1 pretende establecer con los mas sólidos fundamentos la exîstencia de las dos especies, llamando á la segunda Akuchí. Para esto refiere las diferencias, que voy á exprimir para que chorree la substancia. Dice pues, que el Akuchí es menor, y del tamaño de una Liebre de seis meses: pero esta magnitud será la del otro; y ademas esta seña de poco sirve, quando la da quien no conoció las especies adultas. De todos modos esta clase de comparaciones es siempre vaga. Tambien pone por diferencias, que el Akuchí habita solo los

1 Tom. XXX. pág. 211; y suplemento tom. VI. pág. 19.

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bosques grandes: que perseguido se dexacoger, mas bien que echarse al agua: que su color es oliváceo: que no produce sino uno ó dos hijos, y que se domestica. Poro todo eso, léjos de ser diferencias, son caractéres del Acutí. Confiesa que ámbos subsisten de los mismos alimentos, y que tienen casi las propias costumbres; poro que la carne del Akuchí es blanca y del saborete de Liebre, aunque no tan buena como la del Acutí, segun le informáron Aublet y Olivier. Esta diferencia es de bien poca monta, por pender del gusto, sazon y paladar. Olvidándose mi Autor de que habia dicho en la descripcion del Acutí, que el Akuchí no se encontraba en las Antillas, dice ahora, que en las de Santa Lucía y Granada le llaman Agutí; siendo de notar que este mismo nombre es el que muchos dan al Acutí. Concede aunque rara vez al Akuchí un chillido como el del cuí ó Conejito chino, y se figura que esto es diferencia; sin tener presente que tambien se lo concedió ántes al otro. Asegura que en Cayena llaman Conejo al Akuchí, á quien llaman allí Liebre; pero se dexz entender

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lo poco que arguye una diferencia tan corta en el nombre, establecida por informes. Ademas yerra negando cola al Acutí, pues la tiene aunque corta. Resulta pues de lo do, que las diferencias que ha pretendido establecer entre el Acutí y el Akuchí, léjos de serlo, son mas bien identidades.

Resta exáminar la estampa que supone del Akuchí, y sacada de un despojo bien conservado. Seguramente no pertenece al Acutí por su cola bastante larga, sino mas bien á una Vizcacha; pero como no dice Buffon de dónde le vino el despojo, ni explica sus medidas, proporciones, formas, ni colores; ni hace caso de él para fundar la exîstencia del Akuchí, probándola únicamente con las noticias de otros; tengo por probable que tal despojo es apócrifo, ó que pertenece á la Vizcacha ó á otro animab Como quiera: los alegatos del Autor me parecen muy insuficientes para persuadio que el Akuchí es diferente del Acuchí, y que mas bien convencen que son el mismo animal, miéntras no haya otros fundamentos mas sólidos.

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NÚM. XXXVII.

DEL TAPITÍ.

Así le llaman los Güaranís, y algunos añaden el adjetivo mburicá (Mula), aludiendo á sus grandes orejas. Los Españoles le suelen llamar Conejo: y en verdad que habiéndole mostrado á muchos Europeos, todos conviniéron y aseguráron que era el Conejo silvestre de España; porque le encontraban las mismas formas, procederes, pelo, color y excrementos, con solo la cola mas corta y esférica. Sin embargo, creo que no dudará es diferente el que lea con cuidado esta descripcion. Es bastante escaso en el Paragüay, y no lo he visto, ni creo pase los 30 grados: lo que podraacute; venir de que mas al Sur escasean mucho, y son pequeños los bosques y selvas; donde habita únicamente, sin escarvar la tierra, ni fabricar madrigueras, y ocultándose en los matorrales y espesuras. Produce de tres á quatro hijos, sin repetir los partos: por

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lo ménos no los he visto pequeños sino en septiembre y octubre. He tenido hasta veinte adultos: los siete vivos, que solté en mi quarto en diversos tiempos. Les dí camalote, que es una planta aquática, y no la quisiéron comer, y viviéron con malvas, gramilla, hojas de rábano, y otras yerbas. Tenia yo allí mismo varios Páxaros que alimentaba con maiz; y como comiesen el que desperdiciaban, pereciéron todos mis Tapitís. Aunque se parecen al Conejo en sus posturas y funciones, y en la carne blanca, ésta es notablemente mas insípida y blanduja. Abrí dos hembras, y noté que dos trompas formando y griega comunicaban á la vagina con dos glándulas blanquizcas semejantes á judías, de donde salian las trompas. El riñon derecho en ámbas, y en dos machos que exâminé, estaba casi pegado al espinazo, de quien distaba donde ménos 9 líneas el riñon izquierdo, lo que se me hizo muy extraño. Lo mismo digo de la circunstancia de que el plano que se conciba perpendicular al espinazo por lo mas posterior del riñon derecho, dista 15 líneas de otro plano igual que pase por lo mas anterior del izquierdo;

TOM. II. E

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el qual por consiguiente se encuentra notabilísimamente mas atrasado, y su ligamento forma ángulo de 60 grados con el espinazo en la parte posterior.

Longitud 15 pulgadas: cola ⅚, contando el pelo que la hace esférica. Altural delante 6¼: detras 8⅔, de las quales las tres son tarso. Circunferencia junto á los brazos 7⅔, y detras 9½. En la mano hay cinco dedos: el interno notablemente mas corto, y nace mas alto. Le sigue el exterior, á éste su inmediato, luego el próxîmo al interior, y el del medio es el mas largo. El pelo los cubre y excede bastante, de modo, que sin el tacto no se podrian distinguir, ni contar. El pie tiene quatro mas largos que en la mano; pero siguen la misma disposicion, y tambien los cubre el pelo. Las uñas no se ven en parte alguna sin trasquilar los pelos de las palmas; y el tarso por debaxo es lo mismo que el del Conejo. La longitud total de la cabeza es 3 pulgadas, y sobre ella se eleva la oreja 2¼, siendo de la hechura que la del Conejo, y lo mismo el ojo. El labio superior tiene una canal vertical, que en lo mas alto se divide en dos como y griega, para formar los

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respiraderos. Arriba hay quatro incisivos, ó acaso son dos que parecen quatro, por la canal que los divide á lo largo, y ocupan la misma anchura que los dos de abaxo. Tiene cinco muelas en cada parte, que en todas componen veinte; y nada hay pelado en la punta del hocico. Los bigotes largos y negros, y tambien algunos sobre el ojo. La hembra encierra ámbas vias con una borda; y la verga del macho sale á una línea del orificio, tiene otra de diámetro, y es cónica. Seis ú ocho líneas delante de su salida está el escroto muy oculto por el bello, y el testículo derecho es tres ó quatro veces mayor; pero ámbos largos y comprimidos.

Una tira blanca acanelada rodea el ojo por detras y por encima, extendiéndose con rectitud desde el lagrimal hácia el respiradero sin llegar á él. La borda inferior del respiradero, ámbos labios, y baxo de la cabeza, son de un blanco, que se introduce por detras de la quixada con una punta hácia la raiz de la oreja, sin llegar con mucho á ella. Tambien es blanco el pecho y hasta la cola, con lo anterior de las piernas y lo posterior de los brazos. El

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resto de ésto, y de aquellas desde media tibia abaxo, es acanelado pardo, como lo mas posterior de las nalgas y del pescuezo. La garganta, y desde la punta del hocico al paralelo de los ojos es lo mismo, aunque domina el pardo á la canela. Todo lo demas de la librea se compone de dos pelos: el mas corto suavísimo y aplomado: y el otro, que es el que se vé, tiene las puntas negras, luego un pedacito blanco pálido, despues otro negro, y el resto blanco: de forma que á alguna distancia la apariencia total difiere poco de la del Conejo silvestre. Lo superior de la cola es obscuro, y lo inferior acanelado.

Buffon1 le altera algo el nombre, llamándole Tapetí: y le niega la cola que tiene, aunque corta. Le compara á la Liebre de Europa, en que no excava madrigueras, y en que habita los bosques y campos; pero nunca lo he encontrado sino donde hay arboledas y matorrales. Le iguala á dicha Liebre en la magnitud; quando aun no llega á la del Conejo. Supone que viven del mismo modo; y tambien esto es inexâcto. Lo propio digo de la fecundidad, y de la

1 Tom. XXX. pág. 217.

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calidad de su carne; pues en ámbas cosas se aproxîma mas al Conejo. Le viste de color de Liebre, haciéndole algo mas pardo; pero igualmente en eso es mas bien Conejo. Describe los colores diciendo, que su pelo es, rubio sobre la frente, y blanquizco en la garganta: que algunos individuos tienen un circulo blanco al rededor del cuello, y que todos son blancos en la garganta, pecho y vientre. Pero esta descripcion no es justa ni completa, y supone erradamente variedades individuales.

Se persuade que es el Citli de Nueva España de Fernandez, y soy de su dictámen; pero no en que uno y otro sean variedades de la Liebre europea; á quien supone ha podido pasar por el Norte á este Continente; porque tengo al Tapití por especie real y originariamente diversa.

NÚM. XXXVIII.

DEL APEREÁ.

Por este nombre es muy conocido, y significa aqui te caes. Abunda en el Paragüay,

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y lo mismo hasta en las Pampas de Buenos Ayres; y aun por toda esta América segun dicen. Habita los pajonales y cardales de los campos, y los matorrales, y setos de ramazon con que circundan las Quintas, sin entrar en bosques espesos ni escarvar ni fabricar madrigueras, ni alejarse de su guarida. Hace daño en las huertas: come qualesquiera yerbas, y tambien carne en las casas. Se conserva oculto de dia, y sale al ponerse el sol. No es arisco, y quando se le acercan, se oculta haciendo un Zumbidillo ó ronquido baxo; pero cogido en la mano chilla como el Cuí. Aunque corre regularmente, es muy estúpido, y los Páxaros y animales de presa comen muchísimos. Abunda sin embargo mucho, dando á entender que parirá muchas veces, aunque la voz comun es que solo una, y uno ó dos hijos. En efecto abrí una hembra preñada, y le encontré solo un cachorrito cubierto de pelo y semejante á la madre. Ponderan su carne por buena los que la han comido. El cuerpo es robustito, el cuello corto y algo grueso, las piernas breves, y su postura ordinaria encogida como la del Conejo.

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Longitud 10¾ pulgadas, y no tiene cola. Altura delante 4½: detras 5½. El tarso tiene 1¼: la tibia 2⅙; y el femur 2: el carpo ½: el cúbito 1½; y lo mismo el húmero. Circu nferencia delante 6½, y casi por todo lo mismno. El pie con tres dedos: el medio y mayor de 6 líneas, su uña 3, aguda y no corva: de hácia su raiz nacen pelos mas largos que ella y que los del tarso. Los dedos coaterales iguales y poco mas cortos. En la mano hay quatro: el segundo de quatro líneas, el tercero algo ménos, el primero todavía mas corto, y el quarto ó exterior el menor de todos. El tarso es calloso porque lo sienta, y hácia su mediania sobresale un tuberculo algo arrimado al costado interno. La cabeza grandecita, no tanto en la hembra, larga 2½ pulgadas hasta la raiz de la oreja, y ancha allí una. Las orejas altas una desde lo inferior, anchas poco ménos, pudiéndose tomar esta medida por exe mayor, de la elipse que casi forma la borda, aunque ésta en la parte anterior dobla un poquito para atras, y en lo mas alto hay una honda. Son paralelas una á otra, y no tienen mas pelo que un poco dentro. Los respiraderos están baxo

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de la extremidad peluda del hocico, sin que los separe canal, aunque hay alguna desde ellos al labio. Tiene algunos bigotes echados atras, los mayores de 18 líeas. El párpado pelado: la mayor abertura del ojo de 6 líneas, y su situacion algo detras de la medianiacute; de la oreja al hocico, que no es agudo. Boca de Rata con dos incisivos blanaquizcos de 4 líneas arriba, y otros dos blancos de 6 abaxo: todos muy estrechos, y los labios sin pelo. El orificio del macho parece vulva larga 7 lineas, en cuyos labios aparentes encuentra el tacto los testículos. Del miembro solo se ve la punta en la borda del orificio, y tiene la propia curva que el del Acutí volviendo la Punta atras. El sexô de la hembra no lo parece tanto como el ano del macho, y ámbas vias se encuentran en un anillo. Solo tiene una teta en cada hijar, y los excrementos son duros y larguitos.

El pelo todo áspero, y el del cogote tan largo como el del lomo, que tiene una pulgada; pero el de dicho cogote es conocidamente mas áspero y enizado, principalmente en los machos. El color encima, en los costados y garganta, es como el de

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la Rata comun, aunque algo mas obscuro: y baxo de la cabeza y del cuerpo es blanco. Pero mirando con mas atencion y cercanía se vé, que todo ménos lo blanco se compone de dos pelos obscuros, y que el mas corto tiene las puntas rubias. Me aseguran haber visto algunos individuos albinos ó enteramente blancos.

En Buenos Ayres me prestáron por un rato un Cuí ó Conejito chino doméstico; y cotejándole con esta descripcion, no me quedó duda que son la misma especie; porque no les noté diferencia en magnitud, ni en ninguna de sus formas y proporciones, sino únicamente en los excrementos, que en el Cuí son mas cortos, y en el color que era blanco con manchas roxizas: pero atribuyo uno y otro á la domesticidad.

Como Buffon1 ha descrito separadamente por animales diversos al mencionado Cuí y al Apereá, compararé primero con éste la descripcion que nos da del Cuí, y despues la que hace del Apereá. Llama al Cuí Puerco de Indias con impropiedad, porque no es Cerdo, ni se le parece; ni de Indias, sino americano. Tambien son im-

1 Tom. XVI. pág. 1.

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propios los nombres de Conejo, Raton, y Tatus pilosus; pues nada de eso es. Supone que en el Brasil le llaman Cavia cobayá; pero como el significado de la segunda parte sea este dueño, que no es aplicable á un animalejo; presumo que el inventor de aquel nombre oiría que le decian Cov-apereá (este es apereá); y que no entendiendo el idioma, se figuró le decian el nombre del animal, quando se lo mostraban: y no lo supo escribir. Entre todos los nombres el de Cuí parece el mejor, porque alude á su chillido; y de nó, debe preferirse el de Apereá, por el qual es conocido aquí de todos. Mi Autor le hace oriundo de los climas cálidos del Brasil y de Guinea; quando se extiende al Sur de Buenos Ayres: pero hay yerro de imprenta en la palabra guinéa, que debe ser Guyana, segun dice1. Comparando las medidas y formas que Daubenton señala al Cuí con las de mi Apereá, se viene en conocimiento pleno de la identidad de especie: pero Buffon refiere del Cuí varias cosas, que son diferencias muy notables con el Apereá ó Cuí silvestre; y todas se deberian tomar por influ-

1 Tom. XVIII. pág. 134.

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xos de la esclavitud si fuesen ciertas, que lo dudo: pero como no conozco ni he tenido oportunidad de observar al Cuí doméstico, no puedo hablar con resolucion. Me parece sin embargo incompatible lo que dice, que se unen los sexôs á las cinco ó seis semanas, y que paren á los dos meses de edad, con asegurar que no son adultos hasta los cinco ó seis meses. Tampoco se me hace creible, que paran de 4 á 11 hijos unos animales que en libertad no pasan de dos. Lo que sí creo es que en la esclavitud repetirá sus partos cada dos meses en todas las estaciones: que los domésticos estarán mas gordos y rollizos, y que serán mas delicados; pero no tanto que los mate el frio y la humedad, segun dice, quando libres habitan al Sur del Rio de la Plata, y á veces en sitios baxos y húmedos. Añade ser tan estúpido que se dexa comer sin defenderse; y en esto casi no hace grande diferencia con el silvestre.

Describe1 al Apereá creyéndole del Brasil, quando se halla en toda esta América. Le alarga el cuerpo hasta cerca de 12 pulgadas, con 7 de circunferencia; y acorta

1 Tom. XXX. pág. 214.

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las alturas delante y detras, dando á ésta tres, y á aquella poco ménos; lo que atribuyo al diferente modo de medir. Dice que participa de la Rata sin serlo, y le da oreja de tal arredondeada; pero se engaña, pues las tiene diversas de la Rata, é idénticas á las del Cuí. Tambien le hace participar del Conejo sin serlo, no solo en la calidad y buen gusto de la carne, sino igualmente en el modo de vivir y ocultarse en las grietas ó agujeros de las peñas: pero ni la carne es lo que pondera, ni viva como supone, ni se oculta donde dice, por lo ménos aquí. Le compara á la Liebre en los grandes incisivos, en los bigotes al rededor de la boca y al costado del ojo, y en la cabeza, aunque se la da mas larga. Tambien le asemeja en lo hendido del labio superior, y en el color de las partes superiores, siendo lo de debaxo blanco; pero todas estas comparaciones son vagas, generales ó erradas é inútiles.

Le parece que el Apereá es el Corí de Oviedo, Charlevoix y Perier de Monfraisier; y en verdad que es así, sin mas diferencia que la de ser libre el Apereá, y el Cori esclavo. Tambien son Apereás los Conejos

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caseros y campestres, diferentes unos de otros en color y sabor, y de los de España, llamados por Garcilaso Coi; aunque este nombre y el de Cori se derivan en mi juicio de Cuí.

NÚM. XXXIX.

DE LA VIZCACHA.

No habita el Paragüay, ni en el grande espacio que media entre los Rios de la Plata y Urugüay hasta la mar; pero la he encontrado al occidente de dicho Urugüay en los 30 grados, desde donde aumenta hácia el Sur, de modo que abunda infinito en las Pampas de Buenos Ayres. Llaman allí Vizcacheras á las cuevas que escarva este animal en comunidad, pegadas á veces á las casas, y en los mismos caminos, con una multitud de bocas que ocupan un espacio circular; el qual en ocasiones no excede de 20 varas de diámetro, y tiene cincuenta bocas en su contorno y dentro. Las habitan en familia, y no salen sino de noche y con los crepúsculos. Cuentan por

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cierto que si se les cierran bien todas las bocas, perecerian dentro si no viniesen otras Vizcachas de afuera á visitarlas, segun acostumbran, y se las abriesen, porque no saben practicarlo las de adentro. D. Manuel Pinazo, hombre de verdad, me asegura, que deseando exterminarlas de la cercanía de su casa, cerró bien todas las bocas de las vizcacheras, poniendo un Perro atado de noche sobre cada una, para que no viniesen á abrir las de la vecindad; y que consiguió pereciesen todas dentro, ménos una que llegó escarvando á sacar la cabeza á los quince dias, muriendo allí de debilidad. Le reputan tan aseada, que para ahuyentarla dicen basta ensuciarse á la puerta de la madriguera. Tiene la manía singular de acopiar en sus bocas ó puertas quantos palitos, huesos, boñigas secas, &c. encuentra en la vecindad, sin que se comprehenda para qué; de modo, que el que ha perdido alguna cosa en el campo, la va á buscar en las vizcacheras. Su porte jorovado y totalidad no difieren mucho de las de la Liebre; pero no camina á saltos, sino á pasos, y no tiene ni con mucho la carrera del Conejo; sin embargo, no la sorprenden los Perros,

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porque no se aleja de la guarida. Se caza á la espera; pero son raros los que se entretienen en eso, á no ser que hagan daño, como suelen, comiendo las verduras, hortalizas y el pasto, que son su único alimento. A veces, si hay proporcion, inundan de agua las cuevas, y las matan á palos al salir. Se hace poco caso de su carne, aunque blanca y de mediano gusto, principalmente la de los cachorros, que he comido varias veces. Asustadas se ocultan luego, dando un grito adentro; y quando se les tira, no se pillan si quedan con alguna vida.

Longitud 30 pulgadas: cola 8⅙; de las quales 12½ son pelos. Circunferencia delante 15, detras 17½, en la barriga, 19¾, y en la raiz de la cola 3½. Altura delante 10¼, detras 14½. Del hocico al lagrimal 2½, y al orígen de la oreja 4½. Esta es alta des de lo inferior 2½, y desde encima 2, ancha 12½, recta, elíptica, algo aguda, con pelitos solo en la borda dentro y fuera, y la menor distancia á la otra de 2½. Ojo 9 líneas de mayor diámetro. Cabeza muy gruesa, plana en la frente, y tan cachetuda, que la quixada sobresale al ojo 9 líneas. El hocico muy obtuso y peludo. El

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respiraderó recto, angosto, y dista del otro 6 líneas abaxo y 12 arriba. La boca y dientes de Capibara: los dos de arriba de 10 líneas, anchos 5; y casi lo mismo son los de abaxo. Cuello muy corto, y el cuerpo demasiado grueso. En la mano quatro dedos sin membrana, de igual grueso, largos 9 líneas, inclusa la uña de 3, aunque los dos del medio son algo mayores. Las uñas gruesas y agudas, propias para escarvar, y las igualan los pelos. En la palma hay un grande y, durísimo callo, sobre el qual apoya caminando, y no sobre los dedos. Estos en el pie son tres sin membrana: el medio de 18 líneas, su uña 6, piramidal, recta y aguda. Los otros dos son 9 líneas mas cortos, y todos tienen debaxo una yema gruesa en la raiz de las uñas. Es muy reparable en el costado interno del dedo medio una glándula grande, poblada de pelos conocidamente mas gruesos y fuertes que las cerdas del Puerco, y le sirven para estribar como si fuesen uñitas. Sienta desde la punta de la uña al talon, y esta distancia es de 5 pulgadas callosas. El miembro está á 2½ pulgadas del orificio: es pendiente cónico, largo 12 líneas, grueso 2: esto

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es la funda, que parece miembro. Carece de escroto; pero comprimiendo las cercanis de la verga, se nota el testículo derecho, grueso, largo dos pulgadas, y con un pezon largo en lo posterior. Yo busqué el otro y no le encontré en dos machos que exâmine al tacto.

El pelo de todo el animal iguala en logitud y suavidad al de la Liebre, ménos el de la cola, que en la parte superior ciene 2½ pulgadas obscuro. En los costados de la misma es mas corto que sobre el coerpo; y pardo claro; y el de abaxo es algo mas largo y obscuro que en dichos costados de forma, que estando, como esta siempre erizado el de encima, parece la cola comprimida lateralmente. Baxo de la cabeza es blanquizco: baxo del cuello algo mas opaco; y todo el resto debaxo con lo interior de las quatro piernas es blanco. La extremidad del hocico obscuro, y desde allí el costado de la cabeza es muy negro y pobladisimo de cerdas largus, tiesas, mas fuertes que las del Cordo, y las que estan en el sition de las bigotes exceden á las otras, como que algúnas llegan á 7 pulgadas. Estas barbas afean y ensanchan muchisimo

TOM. II. G

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la cara. A seis líneas de la punta del hocico comienza una tira blanca, ancha casi una pulgada, que se prolonga paralelamente á las barbas entre ellas y el ojo hasta pasado éste. La orilla superior de esta tira es obscura y atraviesa el ojo; y todo el resto del vestido es una mezela de obscuro y blanquizco; porque tiene dos pelos, unos enteramente blanquecinos, y otros mas largos negros con la raiz blanquizca.

Lo dioho pertenece al macho adulto. Por lo que hace á la hembra, he tenido varias, la mayor de 27 pulgadas: sus colores son los del macho, pero mas claros; y la principal diferencia es careceb de hanbas largas en los carcillos, sin que por eso le falten larguísimos bigotes. Se nota á 6 líneas del orificio otro pequeño y redondo, delante del qual hay un miembrecillo cónico ciego, largo 6 líneas, y por el término que las hembras de mi Mico Núm 62.

Garcilaso, lib. VIII. cap. 17 dice de la Vizcacha del perú, que tiene cola larga como Gato, que habita los desiertos navados, que hilaban su pelo en tiempo de los Incas para variar de colores la ropa fina que vestian los nobles, y que el pelo es pardo

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claro color de ceniza, blando y suave. Esta Vizcacha es sin duda diversa de la mia, segun lo persuaden el domicilio y color, aunque ámbas tienen pelo que podria servir para mil cosas.

NUM. XL.

DE LA LIEBRE PATAGONA.

No exîste al Norte del Rio de la Plata; pero he visto y cogido muchas entre los 35 y 36 grados, y se extiende por toda la tierra patagona. Le llaman Liebre, aunque es muy diversa de la de España, mayor y mas fornida, no corre tanto y se cansa mas presto; de modo, que la pilla un ginete bien montado enlazándola ó dándole un golpe con las bolas. Casi siempre encontré juntos ó muy cercanos al macho y hembra, que se levantaban y corrian acordes. Oí muchas veces de noche su voz elevada, incómoda y bastante aguda que dice oooi, y quando la pillan en la mano grita lo mismo. Los bárbaros y nuestra gente ordinaria que comen su carne blanca, la

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consideran muy inferior á la del Peludo, Mulita, Pichii y Mataco, y de muy diverso gusto que la Liebre de Europa. He oido que cria en las vizcacheras, y que se mete en ellas quando la hostigan; pero habiendo yo perseguido á muchas, ninguna fio su salud á otra cosa que á las piernas, no obstante haber por allí algunas vizcacheras. Nunca las encontré en la cama, sino echadas á manera que los Güazutís ó Corzos, y echaban á correr á bastante distancia. Cogidas pequeñas se domestican mucho, salen de casa y vuelven, caminan á pasos, y comen de todo. D. Joaquin Maestre me envió del Rio Negro en los 41 grados dos que habia criado en su casa, y eran muy mansejonas; pero como saliesen de casa, me las matáron los Perros de la calle.

Longitud 30 pulgadas: cola 1½, pelada, gruesa, tiesa como un palo; cilíndrica ó tronchada, y siempre algo encorvada para arriba. Altura delante 16½, detras 19½, y la circunferencia del pecho 15½. En la mano quatro dedos, el mayor de 14 líneas, inclusa la uña de 6, que como todas es mumy aguda, negra y fuerte. El

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dedo externo es el mas corto, le sigue el interior, y los otros son casi iguales. En la palma hay un callo pelado, blandujo, como una nuez: otro lo mismo se ve en la planta del pie; pero es mayor, y ámbos tienen figura de trompo ó corazon, cuyo exe es perpendicular á la base, que está en la palma ó planta. El tarso de 7 pulgadas inclusas las uñas, y callosísimo desde el talon á la mitad, que es lo que apoya en tierra, y no el resto porque lo embaraza aquel trompo. El pie con tres dedos, mas largos que en la mano: el central mayor, y los colaterales iguales. Las quatro piernas delgadas y nerviosas. La cabeza semejante á la de la Liebre, aunque me parece mas comprimida por los costados. La mandibula superior mucho mas alta que ancha, y con bigotes largos y negros: tambien hay algunos sobre el ojo, y el párpado superior tiene hermosa pestaña. Los dos dientes de ahaxo son mas estrechos que los de arriba. El ojo de 10 líeas de diámetro; y ámbos respiraderos rajados en el mismo horizonte, y separados por una canaleja. La oreja se eleva sobre la cabeza 32½ pulgadas, es ancha 2

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donde mas, no aguda en la punta, donde los pelos la exceden 6 líneas. Su borda anterior dobla para dentro hácia el conducto, y la posterior al contrario desde la raiz á la mitad, porqúe desde allí á la punta tiene esta borda una escotadura. El macho, que no difiere de la hembra, carece de escroto, y la funda del miembro es muy gruesa, encogida y no pendiente. El tal miembro forma un arco de modo que parece salir al reves. El 28 de marzo saqué del vientre de una dos hijos sin pelo, largos 1½ pulgada. Su sexô en apariencia está en el orificio. Un par de mamias hay sobre la medianía del vientre, y otro 3½ pulgadas mas adelante.

Lo mas notable del vestido es una cinta blanca bien terminada, que comenzando con estrechez en un hijar, va al otro por encima de la cola; pero este color se introduce entre las piernas y ocupa todo lo inferior hasta incluir el pecho. Entre los brazos es un acanelado claro que sigue por la garganta: lo mismo son el costado de la cabeza, lo exterior de los brazos, lo inferior de los costados del cuerpo, y lo postrero de las nalgas y del tarso. Baxo

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de la cabeza es blanco, como los pelos dentro de la oreja, que es parda por fuera. Todo el resto de la librea se compone de pelos pardos con las puntitas blanquizcas, ménos los que hay sobre la rabadilla en la inmediacion de aquella cinta blanca, que son enteramente obscuros. He visto muchas alfombras de sus pieles, que son muy buenas por la suavidad y buena vista.

NÚM. XLI.

DEL CUIÝ.

Asi le llaman los Güaraní, y estos Españoles Erizo y Puerco espin; pero no es uno ni otro. Escasea mucho en el Paragúay, y no lo he visto en otra parte. He tenido sin embargo cinco idénticos, que encontré por septiembre y octubre en los bosques, caminando con mucha flema sin espantarse por las ramas y troncos de los mayores árboles. Abrí una hembra que tenia un cachorrito, cubierto de espinas como los viejos, aunque de color de paja. Solté uno libre en mi quarto, que habia

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sido cogido adulto, y le mantuve un año sin agua, porque no bebe. Quando asustado corria con toda su ligereza, le alcanzaba yo paseando; porque no sabe galopear: y aun para caminar no dobla las coyunturas del radio y tobillo, como si no tuviesen juego, y sienta el talon echando las puntas de los quatro pies 45 grados para fuera. Todas, sus acciones son torpes: el espíritu sedentario y tan tranquilo, que á veces pasaban 24 y 48 horas sin mudar de sitio, ni alterar un ápice su postura. Nunca se movia sino para comer, y esto era por lo regular á las nueve de la mañana y quatro de la tarde. Solo una vez noté que se moviese de noche, aunque le tengo por animal nocturno. Se situaba los primeros dias sobre la perílla ó, respaldo de una silla, y jamas sobre cosa plana; pero habiendo subido un dia por la ventana y situádose sobre el filo del postigo, nunca despues buscó otro lugar. Allí pasaba sin mas movimiento que una estátua todo el tiempo que no baxaba á comer en una postura extrañ; porque sin afianzarse con las manos ni cola, y agarrándose solo con los pies, mantenia el cuerpo mas jorova-

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do que el Conejo, poniendo las manos juntas en el ayre casi tocando á los pies, y casi besando á éstos con el hocico. Asî estaba sin moverse, ni aun mirar, hasta la hora de comer, aunque entrasen gentes y hablasen. Puse un dia entre la comida un Ratoncito casero muerto, y luego que tropezó con él se asustó tanto, que subió á su sitio atropelladamente. Lo mismo hacia siempre que algun paxarillo, de los menores que criaba vivos y sueltos, se acercaba adonde comia. No hizo caso de carne, y se alimentó con pan, maiz, mandioca, yerbas, hojas, flores y todas las frutas; pero tomaba poquísimo, y gustaba de variar repasando varios manjares. Ví muchas veces, que despreciando los referidos, comia con gusto palos secos de sauce, y la cera vírgen; pero dándole la naranja entera no la tocaba. Toma la comida con los dientes, la levanta, y luego la sostiene con ámbas manos como el Acutí; pero nunca mordió cosa alguna, ni escarvó, ni hizo ademan ofensivo. Esperaba la hora de comer para hacer sus necesidades, y no reparaba en que el escremento y orina cayesen sobre la comida. La tal orina no

TOM. II. H

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buele mal, y lo mismo digo de sus excrementos sólidos como los del Conejo, aunque un poco mas ásperos y largos.

El olfato es su principal sentido, y observé que al tomar chocolate, ú entrar con flores en el quarto, alargaba el hocico percibiendo el olor á seis varas de distancia. Algunas veces volvia la cabeza al llamarle por su nombre; y quando le mortificaba mucho el frio, el hambre, ó las pulgas, oí su voz reducida á un dilatado, y tan baxo, que apénas se percibia. No miraba á parte alguna, como si no viese, y se dexaba tocar con la facilidad que una piedra; pero si en esto habia alguna violencia, erizaba sus espinas sin hacer el menor movimiento con otra Cosa que con la piel, que encoge para enderezarlas. Algunos cuentan que las arroja, y que en llegándose á hincar, por poco que sea, continuan penetrando por sí mismas hasta salir á la parte opuesta. Tambien dicen que hace caer las frutas del árbol, y que revolcándose se las lleva clavadas en las espinas. Pero estas son fábulas, y lo único que hay es, que quando eriza las espinas en su defensa, se arrancan algunas con la

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tirantez del cuero, en que están poco arraigadas. Sucede tambien que si no se quitan las espinas clavadas en la boca de los Perros incautos que le muerden, se ven al dia siguiente mas metidas; no porque lo estén, sino porque lo parecen, por la hinchazon de la parte. Algunas veces he visto los excrementos del Yagúareté llenos de dichas espinas, que saliéron como entráron. En tiempo de pulgas padecia mucho con la precision de haberse de rascar, y lo hacia con manos y pies. Sube y baxa fácilmente por qualquier palo, agarrándose de modo, que es menester bastante fuerza para desprenderle, y no creo haya animal que se sostenga tan bien. La perilla de una silla, y aun la Punta aguda de un palo vertical, bastan para que duerma seguro y con descanso, sin afianzarse con las manos ni con la cola; pues aunque puede hacerlo con ésta como los Micos y Fecundos, no lo practica sino quando tiene que baxar. Es tan sensible en la cola, que tocándole la punta, por poco que sea, la aparta con mucha prontitud. jamas le noté alegría, tristeza, ni agradecimiento, sino estupidez y quietud, pudiéndose decir que apénas sabe comer y vivir.

H 2

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Longitud 20⅓ pulgadas: cola 9, gruesísima en la raiz y muy vigorosa. Los brazos y piernas muy fornidos, y tan baxos, que casi arrastra el vientre. El cuello corto y grueso. El cuerpo muy abultado, porque las espinas, que siempre están algo elevadas, le engruesan confundiendo las formas. El pie tiene quatro dedos que nacen de un paralelo, y casi son de igual fuerza y longitud; pero en el sitio del pulgar hay un tubérculo ó insinuacion de dedo sin uña. Éstas son fuertes, corvas, agudas y de 7 líneas. La planta tiene talon angosto, pero ensancha demasiado hácia delante. La mano es en todo lo mismo, con la palma de forma ordinaria. Hay una teta en cada músculo pectoral, y otro par 15 líneas detras. El macho carece de escroto, y la verga es suelta ó sin funda. Las 4 líneas de la punta del hocico son cilíndricas de 10 líneas de diámetro, y allí están los bigotes divergentes de 2½ pulgadas. El tal cilindro puede decirse pelado, y en el centro de su base están los respiraderos redondos. La boca y dientes de Raton, y éstos amarillos. De la punta del hocico al lagrimal una pulgada, y á lo mas

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anterior de la oreja 1¾. Ésta se halla cubierta enteramente por las espinas, y solo con cuidado se advierte que es corta, obtusa y pelada. El ojo muy chico, algo salton, y me parece mas propio para la noche y de muy corta vista.

En lo superior de aquel cilindro comienzan las puas ó espinas tiesas, agudas, y algo mas largas hácia el cogote. De éste hasta el lomo son de 2 pulgadas, aunque no tan fuertes como sobre la cabeza. En el lomo y cola las hay en abundancia sin mezcla de pelo, largas una pulgada, mas fuertes que las dichas, derechas, y las unas atravesadas ú obliqüas respeto á las otras confusamente: pero éstas no se ven sino quando el animal quiere defenderse; en cuyo caso levanta las de la espalda, y aparta á los lados las de los costados del cuerpo y de los de la cola, que son las que en estado tranquilo cubren y ocultan á las del lomo y de lo superior de la cola. Tampoco están interpoladas con pelos las de la cabeza; pero las que dixe que cubrian á las otras se hallan muy interpoladas con pelos muy largos y delgados, que son mas que las espinas. Éstas en todas pares son ama-

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rillas en la mitad inferior y en las puntas, con el intermedio obscuro. Su sustancia y lo interior de ellas es Como en las de Puercoespin; y aunque las mezcladas con pelos sean de poca fuerza y tiesura, las restantes se hincan muy bien. No las hay en las quatro piernas, ni en todo lo inferior, sino pelos obscuros hasta la mitad y pardos en el resto hácia la punta. La cola tiene desnudas las 4 pulgadas extremas.

Sienta mi Autor1, que el Erizo ame rieano y el de Siberia son los que mas se acercan al de Europa: pero si el dicho de América es Cuiý, como se puede sospechar, dista del europeo mas de lo que Buffon se figura. Verdad es que Ray, Seba y Klein tiñen al americano de blanco; pero esto no se opone á que pueda ser Cuiý albino, ó algun cachorrito al nacer.

Buffon2 llama al Cuiý Coendu, como en Guyana y Abbeville; y dice que en el Brasil le dan el nombre de Cuandu segun Marcgrave y Pison, y que los Portugueses americanos le denominan Urizo-cacbeiro. Desmarchais le nombra Gato espinoso, sin

1 Tom. XVI. pág. 42.

2 Tom. XXV. pág. 229.

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que se entienda de dónde sacó el disparate de llamarle Gato.

Entra el Autor probando que los Coendus mayor y menor de Pison, á quien han copiado otros, no son sino un animal, fundándose en que los representa con la propia estampa. Sobre esto solo puedo decir, que el Hystrix longius caudatus, brevioribus aculeis: y el Hystrix minor leucopheus de Barrere, pudieran ser Cuiý; pues tiene la cola larga, espinas cortas respeto al Puercoespin, y puede llamarse Pardillo por su color.

La primera indicacion de Brisson: Hystrix cauda longissima tenui, medietate extrema aculeorum experte. Hystrix americanus major: y la segunda, que viene á ser lo mismo, acomodarian bien al Cuiý, sino le diesen cola sutil ó delgada, quando la tiene gruesísima. La tercera del mismo: Hystrix aculeis apparentibus, cauda brevi & crassa. Hystrix Novœ Hispaniœ; tambien podria ser del Cuiý, si no le diese cola breve. Así si Brisson no se equivoca en lo de cola delgada y corta, sus frases; pertenecen á otro animal; pero yo presumo mas bien que el Autor se equivoca en eso, y que trata del

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Cuiý. Duda Buffon si este es el Hoitztlacuatzyn de Hernandez, y se inclina á la afirmativa; sucediéndome lo mismo, aunque nada puedo afirmar por carecer de libros.

Para describirle refiere mi Autor sus diferencias con el Puercoespin, que habrá encontrado fácilmente entre dos animales tan remotos. Luego, copiando á Marcgrave y Pison, dice que es animal carnicero mas que granívoro, y que busca y sorprende los páxaros y animales pequeños: pero estos son los mayores yerros que pueden decirse del Cuiý, y por eso no los cree mi Autor ateniéndose á Hernandez, que dice subsiste de frutas. Tambien es falso decir que los Indios hacen bellas obras de sus espinas. Le suponen nocturno, y lo creo; pues siempre le encontre caminando al ponerse el sol en el bosque, y sus ojos lo indican; aunque el que crié, no andaba de noche. Añade, y le creo, que su carne es buena, y que se domésticapero ya dixe lo que hay en esto. Se persuade que habita lugares elevados; quando en el Paragüay se encuentra en bosques de llanura. Por fin dice exîste en toda la ex-

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tension de América desde el Brasil y Guyana á la Luisiana y partes meridionales del Canadá; y concluye reprehendiendo con razon á Pison y á los que dicen, que despide sus puas, y que éstas se van internando por sí mismas en la carne hasta las vísceras mas interiores.

Daubenton da como yo 9 pulgadas á la cola, y al resto 16 ó 17. Esta media es equivocada, ó acaso lo estará la mia, aunque me atengo á ella; pues aunque pudo errarla el amanuense, es mas factible se equivocase el Autor, que no vió sino un despojo incompleto. Tampoco convenimos en los dedos del pie, donde le pone cinco ni en otras cosas, que atribuyo al modo de explicarse, á descuido, y á la diferencia que siempre hay entre un animal y su despojo. Para que se pueda juzgar copiaré al Autor que dice:

"La punta del hocico, piernas y pies tienen pelos pardos ásperos como crines, ménos algunos de las piernas, que son amarillentos. La piel del vientre y pecho estaba rota. Y todo el resto del cuerpo ó vestido cubierto de espinas mezcladas de pelos larvgos, los que mas de 4 á 5 pulgadas, y las

TOM. II. I

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mayores puas de 2½, hallándose las mas gruesas en lo postrero del lomo, grupa y sobre la cola. Su diámetro era casi de una línea. Tenian punta en ámbos extremos, y eran blancas amarillazas en la mayor parte con la punta obscura, que se unia á lo amarillento, por tintas pardas y rubias. Las demas espinas no diferian de éstas sino en ser mas pequeñas y mas cerradas unas contra otras; de modo que solo se veían las puntas negrizcas, exceptuando las de sobre la cabeza y cuello, donde lo amarillo era muy aparente. No solo está el animal erizado de puas, sino tambien de crines largas que Salen entre ellas, en tanta cantidad, que las ocultan en el lomo, en los costados del cuerpo y de la cabeza y baxo de ésta, siendo mas raras las cerdas sobre el cuello y cabeza. Su color es en parte negrizco, y en parte amarillento; pero las de los costados de la cola son de este color íntegramente y los bigotes delgados y negros."

La estampa 54 le viste toda la cola, le pone cinco dedos en todas partes, le eleva mucho las puas y pelos para estado ordinario, y para el de defensa deberia erizar

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solo los pelos y puas de la espalda abriendo las de los costados para afuera; y tampoco le dibuxa bien lo pelado del hocico, que debe ser cilíndrico.

Asegura1 en la adicion haber en Guyana dos especies de Cuiý, porque así se lo avisó Laborde: quien caracteriza la mayor, haciéndole habitar sobre los árboles, despedir un olor tan fuerte, que se percibe de muy léjos, pesar de doce á quince libras, y no ser muy comun. Pero como sea natural el haber en Guyana los mismos animales del Paragüay; y no habiendo equivocacion, que no se pueda presumir de Laborde; me figuro oiría decir que habia un animal llamado Cagüaré con los referidos caractéres, y se figuró era otra especie de Coendu, fundándose en la tal qual semejanza de los nombres. A los mencionados caractéres, que son especiales del Cagüaré, añade: que su carne es buena y muy apetecida de los Negros: que es nocturno: que no se junta con la otra especie: y que es solitaria, ménos en tiempo de amor. Todos estos caractéres pueden aplicarse al Cagüaré como al Cuiý. Agrega

1 Suplemento tom. VI. pág. 22.

I 2

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que la especie mayor pare dos hijos en agujeros de tronco: que la madre no se aparta del árbol donde los depositó: que subsiste de hojas: y que muerde sin apretar mucho quando uno se expone á eso. Todo esto es inaplicable al Cagüaré, y solo puede adaptar tal qual al Cuiý, dequien creo lo tomaria para aplicarlo al que llama mayor.

Del menor dice que pesa seis libras: que nunca baxa á tierra de dia: y que el Yagüareté le hace la guerra: que son caractéres aplicables al Cuiý como al Cagüaré jóven. Resulta pues de todo que Laborde aquí, como siempre, confunde las cosas: que mi Autor le creyé: y que se caracteriza al Cagüare aplicándole cosas del Cuiy, dexando á éste sin carácter.

CARACTÉRES GENERALES

DE LOS RATONE.

Son tan conocidos sus caractéres generales, que omitiré su descripcion. Pero la pequeñez de estos animalejos: la dificultad

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de averiguar sus costumbres, que tambien se aproxîman mucho, lo mismo que sus formas y colores: el lograrse los individuos con grandes intervalos de tiempo: y en fin, todo contribuye á que sea sumamente dificil conocer sus caractéres especiales, que á veces se reducen á pequeñas cosas. El que prácticamente vea y describa Ratones tocará las mencionadas dificultades, y no extrañará si tal vez encuentra alguna especie duplicada, ó ménos claridad de la que desearia en mis descripciones, como tampoco si no le pareciesen propios algunos de los nombres que les he dado. Yo he hecho lo posible, y creo haber conseguido caracterizar la mayor parte de las especies, de modo que se podrán conocer indudablemente; que no es poco.

NÚM. XLII.

DEL TUCUTUCO.

Algunos le llaman Topo, figurándose que lo es de la especie europea; pero se enga-

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ñan mucho. Otros le dan el nombre que conservo, porque los que duermen de noche sobre sus madrigueras, oyen su voz, que repite algunas veces la palabra tucu. Algunos Güaranís le nombran Anguyá-ibigüi (Raton que habita baxo de tierra), porque creen que nunca sale de su cueva, y que vive de las raices que encuentra en ella: pero es falso. Exîste no solo en el Paragüay, sino hasta las Pampas de Buenos Ayres. Sus habitaciones no se dan la mano, ni son continuas; pues es frequente pasar grandes distancias, y á veces veinte y treinta leguas sin ver indicio de este animal, que subsiste únicamente en parages que no se inundan, y donde el suelo es de arena pura, y no donde hay greda, tierra dura ó mucha humedad. No se concibe cómo ha podido extenderse tanto y pasar los grandísimos intermedios de los lugares que habita, sino creyendo que en lo antiguo todo el pais fué de arena que hoy está convertida en greda. Dentro de la arena como un palmo ó dos de la superficie construye su almacen de dos ó tres palmos de diámeto, de cuyo contorno salen varias galerías en todos sentidos, que

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á veces van á dar cada una en otro almacen, de donde salen porcion de ramales, terminando en otros almacenes: de manera que el terreno habitado por este animalejo está todo minado, y es preciso andar con cuidado sobre él, porque se suelen hundir los pies de los Caballos y caer los ginetes. Echan fuera la arena que extraen con sus fábricas por diferentes bocas, haciendo montones donde quedan ocultas ó cerradas las mismas bocas, siendo raras las que dexan abiertas. Salen de noche á cortar las hojas y aun raizes de las plantas, y las conducen á los almacenes para comerlas á su satisfaccion. Hacen mucho daño á las legumbres si están dentro ó cerea de una Quinta, oporque no perdonan ni las cebollas. La disposicion de sus minas dificulta tanto pillar este animal, que he excavado muchas veces largps trechos donde indudablemente exîstia, y se conocia por la arena extraidá frescamente, sin poder pillar uno. Se cogió el que voy á describir en una trampa que se armó á las echo de la mañana en la puera de la cueva: sin duda salió, porque yo habia destruido mochas de sus guaridas y almace-

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nes, y le faltaria que comer; pues todos convienen y creo que no sale sino de noche. No he podido pillar otro, pero me parece adulto.

Longitud 10½ pulgadas: cola 3, con pelo en 6 líneas de la raiz, y el resto puede decirse pelado, por ser raros los pelitos blanquizcos, que no nacen de escamas, sino de anillos de piel parda plateada. Su circunferencia en la raiz pasa de una pulgada; pero disminuye hasta la punta, quo no es propiamente aguda. Circunferoncia delante 4 pulgadas, y detras 4½. La cabeza mas corta, aplastada y ancha que en todos los Ratones. El ojo notablemente mas pequenño que en la Rata comun, no salton, dista del otro 11 líneas per el la grimal, y está francamente situado sobre la línea que se conciba pasar desde lo mas alto del hocico á lo mas elevado de la borda de la oreja. De ésta no se puede tener idea mas justa, que sabiendo es de la figura da brocal de pozo de 2 líneas de diámetro y I de elevacion ó apartamiento de la cabeza: de manera, que por solo la oreja singular y pelade se conocerá siempre este animal sin equivocacion. Los bigotes

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son bastantes, blanquizcos, delgados, perpendiculares al hocico, y el mayor de una pulgada. El cuello breve, el cuerpo rehecho, y las quatro piernas muy cortas y mas robustas que la Rata comun. La mano tiene la singularidad de cinco dedos, que nacen de igual al tura los equidistantes del central. Éste excede una línea á sus laterales, y éstos poco mas de otra al exterior, reduciéndose el interno casi á la uña. Éstas son agudas, fuertecitas, algo corvas y la mayor de 5 líneas. Ademas de lo dicho, muy cerca y detras del dedo interno hay otro largo 2 líneas, redondo, sin uña, mas grueso y visible que el mencionado interno ó pulgar. El pie con los mismos cinco dedos, que nacen del propio modo, aunque el pulgar es igual al exterior, y el central á su inmediato por dentro. Todos están sin membrana que los una, y los del pie inclinan algo hácia dentro. La plantadel pie mucho mas espaciosa que en todo Raton, y el tarso de 15 líneas inclusa la uña: de forma, que las apariencias son de rempujar para atras la arena con los pies. Éstos encima, y lo mismo las manso Y algo mas, parecen pelados, por vestirlos

TOM. II. K

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pelo muy raro, blanco y corto, siendo el de junto á las uñas mas larguito. Los dientes amarillos, y tan excesivamente anchor; que juntos tienen 3 líneas. El contorno de ámbas vias pelado, y no tiene sino quatro tetas, mas notables las delanteras, situadas, no en el vientre ni sobre los músculos pectorales, sino dos en cada costado del cuerpo, en la medianía del brazo, y pierna.

Su pelo suavísimo, larguito el que mas 8 líneas en el lomo. Todo el de sobre la cabeza, cuerpo y costados, tiene lo interior aplomado con las puntas acaneladas doradillas. Lo mismo es debaxo, pero blanquea; y el de lo interior de las piernas es blanco puro. El de baxo la cabeza y de lo interior de los brazos es blanquizco.

Describe Buffon1 al Tukan de Nueva España de Fernandez, diciendo: "Se parece al Topo mas que á otro en la figura, costumbres y magnitud, aunque le creo algo mayor: pues como él tiene cuerpo grueso y carnudo: las piernas tan breves, que el vientre toca al suelo: la cola corta: las orejas pequeas y redondas: el color

1 Tom. XXX. pág. 211.

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amarillo acanelado: y en los terrenos que le acomodan hace tantos agujeros, que no se puede caminar sin precaucion."

Todo esto conviene exâctamente al mio: á que se agrega, que el nombre de Tukan es casi lo mismo que Tucú; siendo muy creible, que así como el mio le tomó de su voz, haya sucedido lo mismo al otro. Añade que la carne del suyo es muy buena para comer: que quando sale de la madriguera no sabe encontrarla, y prefiere abrir otra: y que tiene únicamente tres dedos delante y quatro detras. En quanto á lo primero tambien el mio será buena comida, pues esto es cosa de familia. Lo segundo seguramente es falso; pues no hay animal tan estúpido, que no sepa su guarida. Y lo de los dedos, es contra lo que vemos, que todo Raton tiene á lo ménos quatro en la mano y cinco detras. Estas equivocaciones son en mi juicio evidentes. Y de quien las padeció; no podremos creer igualmente la de darle ojos tan pequeños que casi le son inútiles? Yo así lo presumo, y no dudo que el Tukan y Tucutuco son un mismo animal.

Se persuade mi Autor, que el Topo roxo

K 2

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de América1 de Seba es el mencionado Tukan; pero yo no me atrevo á decir tanto, porque Buffon le da pelo acanelado mezclado de ceniciento claro, tres dedos en la mano, y quatro en el pie: lo que es incompatible con el Tucutuco, y lo mismo con qualquiera Topo y Raton, pues todos tienen mas dedos.

NÚM. XLIII.

DEL ESPINOSO.

Carece, como todos los siguientes, de nombre propio, y le doy el que le conviene. Muy cerca del Pueblo de Atirá en el Paragüay, en un parage arenisco libre de inundacion, encontré unos agujeros bastante juntos, que me pareciéron madrigueras de Raton; y habiendo juntado unos muchachos, deshicimos algunas galerias, que tendrian como un palmo de profundidad y dos varas de longitud, donde pillé tres hembras y un macho. Me aseguráron que nunca salian de las cuevas y

1 Suplemento tom. XII. pág; 36.

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que subsistian de las raices que encontraban; pero me desengañó que no era así un despojo que ví á la puerta de la cueva comido por alguna ave de rapiña. Las mencionadas cuevas eran bastante rectas, sin los almacenes del Tucutuco. Tambien me aseguráron del Raton presente, que hacia mucho daño á las raices de mandioca y otras hortalizas; pero presumo que esto pertenecerá á otras Ratas tanto ó mas que á estas.

Longitud 11 pulgadas: cola 3, poco flexîble, y no aguda en la punta; donde parece algo trunchada, aunque no lo está, y disminuye desde la raiz, en que tiene 12 líneas de circunferencia. El pelo de toda ella es corto, espeso y aplanchado, que no permite se vean las escamas que en la Rata comun. Altura delante 4 pulgadas, y detras 4¼. Circunferencia allí y aquí 6. En todas partes cinco dedos: el interior de la mano, aunque tiene uña, es cortisimo, y nace á la par con el externo. Éste es del grueso que los demas; pero su uña acaba donde nace la de su inmediato. Los tres restantes nacen como una línea delante de los dichos; pero son mas largos, y

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el del medio excede una línea á sus laterales. Las uñas casi rectas, 1a mayor de 4½ líneas; y están cubiertas casi hasta la mitad por los pelos. El dedo interior del pie es algo mas notable que en la mano, y nace un poco mas arriba que el externo; el qual tambien es muy corto, aunque gruesecito, y los tres restantes como en la mano. Las quatro piernas muy fornidas, bien pobladas de pelo hasta las uñas, y el tarso pelado hasta el talon, largo 17½ líneas, inclusa la uña. Corre mucho ménos que la Rata comun, y se conoce que arrastra la barriga. La cabeza, cuello y cuerpo, mas gruesos que en la citada Rata; de quien tambien difiere por el hocico peludo y la frente algo carneruna. El ojo no salton, de tres líneas de mayor abertura, y situado en la medianía del hocico á la rain de la oreja. El respiradero rasgadp verticalmente, y los bigotes delgados, el mayor de 16½ líneas. Los dientes naranjados, y la oreja se eleva sobre la cabeza 4½ líneas en la parte anterior, donde tiene su borda un dobladillo que no hay en el resto, pareciéndose en esto á la Capibara. De lo alto de dicho dobladillo, que es obtuso y

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paralelo á la otra oreja, cae el resto de la borda perpendicularmente al exe de la ca beza 10 líneas, que son su mayor anchura, y en su medianía hay una honda. Es muy flexîble y parece pelada.

Sobre la cabeza y sus costados, el cuerpo y los suyos, y aun en las quatro piernas, hay un color uniforme gris ó mezclilla de obscuro y roxizo. Baxo de la cabeza hasta la cola y lo interior de las quatro piernas es blanquecino, con la cola obscura. Exâminando bien, se conoce que aquella mezclilla tiene dos pelos: unos blancos y delgados, y otros que son mas propiamente espinas tiesecitas, largas la que mas 10 líneas, con figura de espada de dos filos, con una arista á lo largo en medio encima, y por debaxo una canaleja. Estas espinas son blanquizcas en los tres quartos de su longitud; luego obscuras, y despues rubias ó roxizas en las puntas. Tienen de particular, que terminan en unos pelitos que embarazan se hinquen; y ademas estas espinas se caen con suma facilidad, segun dixe del Acutí. Un pincel de ellas nace delante de la oreja, y le hace sombra. El descrito es el macho, cuyo sexô se me pasó

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anotar. La hembra es una pulgada mas corta, y sus partes sexûales me pareciéron de Rata comun.

NÚM. XLIV.

DEL HOCICUDO.

Así le denomino por la longitud y agudeza del hocico, que le distinguen de todos. Me hallaba pescando con la escopeta al lado en un arroyo hácia los 32½ grados, quando en la misma barranquita diez ó doce pasos detras estaba este Raton comiendo á las nueve de la mañana un poco de carne que casualmente habia tirado á la puerta de su madriguera, donde murió de un escopetazo.

Longitud 8½ pulgadas: cola 3½, con pelo solo en tres líneas de la rain, donde tiene ocho de circunferencia, y el resto es escamoso, negro, con pelitos muy cortos. El cuerpo breve fornido, y con quatro pulgadas de circunferencia. El total de la cabeza asemeja algo á la del Cerdo, por el

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hocico muy largo, recto, atrompetado y agudo, aunque sin dobladillo. Debaxo de él en la punta están los respiraderos muy pequeños y redondos; pero tienen un tajo rasgado por el costado. De la punta del hocico á la raiz de la oreja hay 15 líneas, y al lagrimal 9; cuyo ojo es de 1½ de diámetro, redondo y algo salton. Los mayores bigotes 7, y son casi imperceptibles. La boca mas retirada que en todos; como que desde la punta del hocico á lo mas avanzado del labio superior hay 5 líneas. Los dientes de arriba muy estrechos y cortos, y el tiro le quitó los de abaxo. La oreja semicircular, tiesecita, sin pelo fuera; pero le hay dentro, y el que nace delante de ella sombrea la mitad del conducto. Es alta 5 líneas sobre la cabeza, y ancha 5½. El tarso 13 hasta la punta de la uña. El pie con cinco dedos: los tres del medio nacen de un paralelo y son iguales, aunque el de afuera un poco mas corto. Los dos restantes nacen á la par mucho mas atras: son muy cortos, y el interno un poco mas grueso. Todos tienen encima pelito parto y corto. Los brazos muy breves, y la mano con los mismos cinco dedos: los tres

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del medio nacen iguales y lo son, aunque el interior poquito mas corto. Los otros dos salen del mismo paralelo: son muy breves, y el interior tanto, que no se percibe sino la uña mirándole con cuidado. El miembro tiene la curva del Apereá, y sale á diez líneas del orificio; el qual me parece estar mas atrasado que en todos. Los testículos tan pequeños, que pueden compararse á granos de municion muy gruesa; de modo, que el Ratoncito comun, aun sin ser adulto, los tiene mas gruesos; sucediendo al contrario á la verga que es muy robusta.

El pelo corto, de 5 líneas en el lomo, un poco áspero, y muy obscuro desde el hocico á la cola; pero con las puntas notablemente acaneladas. Los costados del cuerpo, los de la mandíbula inferior, y las quatro piernas por fuera son de canela viva. Tambien lo es en todas las partes inferiores, pero mas blanquizca.

Mi amigo Noséda cogió uno á la orilla de un estero, y me lo envió en aguardiente. Le recibi muy desfigurado; pero no pude dudar era de esta misma especie; pues no solo tenia las propias formas y colores,

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sino tambien todas las medidas proporcionales, siendo su longitud 9¼ pulgadas.

NÚM. XLV.

DEL OREJON.

Hallándome en un rancho ó choza campestre en los 32½ grados, noté que un Gato jugaba con el Raton, y se lo quité y describí, no dudando que es campestre, y que se refugia en las casas si las encuentra; porque por allí son muy raras, de algunos espanñoles que se han establecido no hace dos años.

Longitud 82½ pulgadas: cola 3⅚, muy delgada respecto á la Rata comun. El cuerpo algo corto y grueso: la cabeza cachetuda, casi tan abultada como el cuerpoel ojo tambien grande, algo salton, dista del otro 7½ líneas por el lagrimal, y situado hacia la mediania de las 13½ líneas que hay entre la punta del hocico y la raiz de la oreja; pero el diámetro del ojo, que pasa por el lagrimal y es de 3½ líneas,

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sale continuado muy sobre la extremidad del hocico. La oreja grande, alta sobre la cabeza 9 líneas, ancha donde mas 7½, casi circular en la punta, desnuda dentro, y con pelos largos en la borda anterior. Los bigotes sutiles y blanquizcos, el mayor de 6 líneas. El tarso de 14½, obscuro por debaxo. El pie con 5 dedos: los 3 del medio iguales en nacimiento, grueso y longitud. Los otros dos salen mucho mas atras casi de un paralelo, son cortos, y el de afuera algo mas grueso. Los brazos breves: la mano con quatro dedos: los delmedio iguales, y de los otros el interno es mas corto que su inmediato, y mas largo que el exterior; pero ademas hay un tuberculo por pulgar. El miembro sale á 6 líneas del orificio con la curva del Apereá. Los testículos me pareciéron pequeños para adulto, y presumí le faltaba algo para serlo.

Todo su pelo es corto y suave. Baxo de la cabeza y todo lo inferior acanelado claro, y el resto del vestido del color del Ratoncito comun aunque clarea un poquito el contorno del ojo. Pero mirando mas luz, cuidado é inmediacion, se

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advierte, que los pelos de lo superior y costados son aplomados obscuros con las puntitas, rubias claras. El tarso, encima de las manos, y la cola, tienen pelitos blancos, tan cortos que pueden decirse pelados.

En los 36 grados cogí uno con la cola tronchada; pero como las demas medidas, formas y colores fuesen las mismas, no puedo dudar la identidad. Despues pillé otro al norte del Rio de la Plata, largo 9 pulgadas: cola 3¾. Diferia en que los muslos y brazos por dentro eran blancos: en que le clareaba poco el contorno del ojo; y en que todo el pelo sobre el cuerpo y eostados era claro, porque se percibian notablemente las puntas acaneladas; siendo de este color claro los brazos por fuera. Aunque el tacto encontraba el miembro, con dificultad pude distinguir sino un testículo.

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NÚM. XLVI.

DEL COLIBREVE.

Así le llamo por tener la cola mas corta que los demas á proporcion, y porque no sé otro nombre mejor. Solo he visto al presente, que pilláron los Perros en los campos de Montevideo, arrancándole una pierna, y desollándole enteramente la cola.

Longitud 6½ pulgadas: cola 2¼, y parece bastante delgada. El cuello muy breve: la cabeza bien abultada, un poco cachetuda, y no tan gruesa como el cuerpo; quien tiene 3⅔ pulgadas de circunferencia, sin ser los quartos delanteros notablemente mas gruesos que los de atras. El ojo mediano. La oreja semicircular, puede decirse pelada, alta 3½ líneas sobre la cabeza, y ancha 5. Los bigotes muy, sutiles, no largos, los inferiores blanquizcos, los demas obscuros. El brazo muy corto, con quatro dedos: el de afuera notablemente mas breve, y los otros casi iguales; pero ademas hay un tubérculo por pulgar. Las piernas

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son mas largas. El tarso de 9 líneas con la uña, y obscuro por debaxo. El dedo de adentro y el de afuera nacen iguales y lo son: los demas salen de un paralelo y acaban en otro.

Todo lo inferior es color de perla, y el resto obscuro, aunque las puntitas de los pelos clarean y disminuyen la obscuridad.

NÚM. XLVII.

DEL COLA IGUAL AL CUERPO.

Dos Indios del pueblo de San Ignaciogüazú en el Paragüay me vendiéron dos hembras que creí adultas. Fuéron pilladas en diversos dias en sus chacras ó quintas, y despues cogi otra tambien idéntica en un huerto campestre de la frontera del Brasil hácia los 30½ grados de latitud.

Longitud 8 pulgadas, de las quales la mitad es cola. Esta es pelada, ménos tres líneas de la raiz; donde es poco gruesa, y por tanto no disminuye con la violencia que la de la Rata comun traida por las embarcaciones de España. De esta difiere

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tambien, á mi ver, por tener la cabeza mas corta y gruesa á proporcion, por el ojo menor y ménos salton, y por la oreja mucho mas corta y casi circular, alta sobre la cabeza 5 líneas y ancha 6. Difiere tambien en los bigotes mucho mas delgados y breves: en la distancia entre los ojos, que es menor, y mayor la de las orejas: en las piernas mas largas á proporcion de los brazos, principalmente el tarso, que es de 13 líneas con la uña, y en la rabadilla mas obtusa. La mano con quatro dedos y el tubérculo por pulgar, siendo los del medio casi iguales, y el externo poco ménos. En el pie cinco; los tres del centro pueden decirse iguales en nacimiento y longitud, y lo mismo los dos restantes.

Del hocico á la cola por debaxo blanquizco; lo demas es una mezclita de obscuro ó aplomado, y pardo algo acanelado, siendo las puntas de este color. El pelo bastante largo, como de 6 á 8 líneas: le hay en el cartilago dentro de la oreja, y poco hácia la borda fuera. El tarso y la cola muy pelados. El hocico agudo, con pelo hasta la punta.

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NÚM. XLVIII.

DEL ANGUYÁ

Baxo de este nombre comprehenden los Güaranís, no solo á todas las especies de esta familia, sino tambien á lo que se les paroce en alguna cosa superficial, como son misúltimos Fecundos. Sin embargo admito este nombre para el Raton presente, por no encontrar otro major. No me atrevo á asegurar resueltamente que sea diferente del anterior, y me limito á decir que me lo parece; fundándome no solo en las diferencias que encontrará el que compare us descripciones, sine tambien en que el anterior me pareció adulto siendo menor; y en que se pilló en un Pueblo; quando el Anguyá se cogió cincuenta leguas de allí en la ladera de una cañada inculta del Pueblo de Atirá con otro menor de su especie.

Longitud 11½ pulgadas: cola 6, pelada lo mismo que en todo Raton, y su circunferencia en la raiz de 9 líneas Altu-

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ra delante 2¼ pulgadas, y detras 3½. La freme poco carneruna; y desde la raiz de la oreja al hocico 14 líneas, quedando el ojo algo mas cerca de la oreja, distando del otro 6. El hocico poco agudo, y no pelado. Los bigotes abundantes, los de encima negros, los otros blancos, y los mayores pasan algo la punta de la oreja, que dista de la otra 11 líneas, es alta 9, ancha 5, redonda en la punta, y con pelitos dentro, principlamente en la borda posterior, que es muy notablemente mas ancha que la otra. Ojo un poco salton: dientes naranjados: y la mandíbula inferior poco arqueada para fuera. En la mano quatro dedos: el externo nace poco mas atras que el interior, y es una línea mas corto. Los dos del medio nacen man adelante, y son una línea mas largos que el interno. Ademas de dichos quatro dedos tiene el pulgar algo mas atras que todos; pero es tan corto, que solo se advierte la uña con mucho cuidado. En el pie tambien hay cinco: el exterior y el interno salen de un paralelo, siendo aquel mas largo y grueso. Los restantes iguales, y nacen de la linea en que acaba el interno. Tarso 14 lí-

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neas con la uña, y pelado trigueño, como la palma de la mano. Los dos individuos eran hembras, y su sexô como en la Ratao.

Del hocico á la cola, y costados de todo, pardos acanelados; porque tienen los pelos la puntita de caneia, luego obscuro, despues blanquizco. Este ultimo color ocupa todas las partes inferiores, anuque mas claro baxo de la cabeza, y mas opaco entre los brazos. Poco delante de la oreja nacen pelos que ocultan su conducto.

NÚM. XLIX.

DEL COLILARGO.

No me ocurre nombre mejor. Don Josef castelvi me envio dos hembras idénticas, que pilláron los Indios del Pueblo de Atirá en un agujero de su Quinta. Aunque la razon de la longitud total á la de la cola sea casi la misma que en los dos precedentes, y podria sospecharse fuesen estas hembras jóvenes de alguna de dichas especies: con todo la figura y magnitud de la ca-

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beza, los quartos delanteros mas gruesos que los posteriores, el color del tarso y otras cosas, me han persuadido que son mas bien de diferente especie.

Longitud 5½ pulgadas: cola 2⅚: puede decirse pelada como en todos, ménos 2 líneas en la raiz, donde á proporcion es mas gruesa, lisa, suave, y disminuye con mas violencia que la del Ratoncito comun, que tengo presente para el cotejo. El pelo de la cabeza es ménos sentado, la cara ménos plana, la frente carneruna mas elevada, y desde enfrente de los ojos hasta el cogote cae con mas violencia. La cabeza alta 9 línes en la raiz de la oreja, desde donde hay 11 á la punta del hocico: de modo que es mas grande larga y gruesa que la del tal Ratoncito, con el hocico considerablemente mas obtuso y abultado. El ojo no salton, mas cerrado, pequeño y obliqüo, y mas apartado del otro, distando los lagrimales 4½ líneas, y hallándose en la medianía del hocico á la oreja. Ésta dista 8 de la otra, es alta 3 sobre la cabeza, ancha lo mismo, redonda, paralela á la otra, y con bastante pelo dentro y fuera: que es lo mismo que decir son menos elevadas,

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y mas chicas, distantes y derechas que en el Ratoncito. Los bigotes mas delgados, divergentes, no muy largos, y obscuros con la medianía blanquizca. Los cachetes no sobresalen; y la cabeza abulta mas que el cuerpo, cuya mitad anterior es conocidamente mas robusta que la de atras, y la rabadilla mas aguda que en el Ratoncito. El cuello mas corto, las manos, pies y dedos mas gruesos: el tarso mas plano, largo, abultado, espacioso y de 10½ líneas con la uña, y tan negro debaxo como la tinta, aunque la palma de la mano es blanca. Delante quatro dedos y un tubérculo por pulgar, pareciéndose en esto á la Rata comun, así como en todos los dedos de los quatro pies.

Del hocico á la cola pardo acanelado; pero mas claro en los costados de la cabeza, del cuerpo, y de las quatro piernas: esto es mas obscuro que en el Ratoncito. Todo lo inferior es blanquizco.

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NÚM. L.

DEL AGRESTE.

Le doy este nombre porque me lo parece su fisonomía. Tuve dos idénticos en los 30½ grados de latitud; me pareciéron adultos, y no hay duda en que es campestre.

Longitud 6¼ pulgadas: cola 2⅚: puede decirse pelada como en todos; pero me parece no disminuir con la violencia que la del Ratoncito comun, y no ser tan gruesa. El pelo de todo el cuerpo y de la cabeza es algo erizado; y desde el hocico á la sutura coronal casi puede aplicarse una línea recta: de modo que no es carneruna, y abulta en apariencia lo que el cuerpo. Aunque sus medidas principales sean casi las del anterior, el hocico es agudo y con pelo hasta la punta. El ojo no salton, casi, nada obliqüo, distando los lagrimales 5 líneas: tiene 2 de mayor diámetro, y está algo ménos cerca del hocico que de las orejas. Éstas distan 9 líneas, son altas 3 sobre la cabeza, anchas lo mismo, redon-

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das, semicirculares, gruesas, algo divergentes para fuera, y con algunos pelitos. Los bigotes casi en una línea los de un lado con los del otro, sutíles, el mayor de 7 líneas, y obscuros lustrosos. Los cachetes obresalen, y mas por el pelo erizado. El cuello muy corto, y el cuerpo muy grueso y redondo por igual, con la rabadilla obtusa. Los brazos bastante cortos y gruesos, y las piernas notablemente mas largas. Delante quatro dedos, ademas del tubérculo por pulgar. El exterior y el índice nacen casi iguales, pero aquel mas corto. Los restantes iguales. Los cinco del pie casi siguen el propio sistema; pero son mas largos, y los tres del medio casi iguales. El tarso largo 9 líneas con la uña, y blanquizco amoratado. Un par de tetas sobre los müsculos pectorales, y otros dos pares muy distantes atras.

Todo el pelo largo 4 líneas, y el de la cabeza y partes superiores y costados es una mezclita de obscuro y acaneladito, siendo las puntas de este color. En las partes inferiores es de un blanquizco opaco, que se extiende un poco por las faldas ó costados. La cola obscura.

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NÚM. LI.

DE LA LAUCHA.

Así llaman en Buenos Ayres y Montevideo á todo Raton pequeño ó Ratoncito; y como lo diminutivo acomode al presente que carece de nombre, me ha parecido aplicarle el de Laucha. Es diferente del Ratoncito comun de España, aunque le representa; pues aunque habita los campos de todas estas partes, se introduce al instante en las casas campestres, donde excava madrigueras, y hace el propio daño y efecto que el mencionado, aunque le tengo por mas bobo y ménos ligero.

Longitud 4¾ pulgadas: cola 2, pelada y no gruesa. El hocico algo agudo, con los bigotes delgados y muy largos. El ojo pequeña y no salton, algo obliqüo, y en la medianía del hocico á la raiz de la oreja. Ésta se eleva 4 líneas sobre la cabeza, es pelada, y elíptica muy arredondeada. Los cachetes no arqueados, y la cabeza al-

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go pequeña, y ménos abultada que el cuerpo. Éste, algo mas grueso que el del citado Ratoncito, y los quartos delanteros del grueso que los de atras. Tarso de 7 líneas con la uña, y blanco debaxo. Delante quatro dedos y un tubérculo por pulgar. El pie tiene cinco.

Todo lo inferior blanquizco, y lo demas una mezclita de obscuro y acanelado. Tambien se parece al Ratoncito comun en la verga y los testículos muy gruesos. La hembra es lo mismo, y su sexô de Rata. En el vientre de una encontré el 22 de enero seis hijos, y me parecié que sus tetas eran seis.

NÚM. LII.

DEL BLANCO DEBAXO.

Así le llamo, porque lo es mas que ninguno. Maté dos idénticos baxo de dos cueros tendidos en un huerto en los 30½ grados. No vi en parte alguna madriguera, ni noté que escarbasen, aunque habia bastantes

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ocultos entre las ju lías, tomates y pimientos, que comian mucho estando maduros. Es sin duda campestre, porque allí era un desierto que acaba de poblarse. Le describí en presencia del anterior.

Longitud 5 pulgadas: cola 11/1½. La cabeza es algo mas gruesa y mas carneruna: el hocico mas abultado: el cuerpo mas fornido: y la cola mas breve que en el anterior. Aunque el grueso de la cola sea igual, en el presente es mas blanquizca, sucediendo lo mismo á los pies y manso. El pelo es mas tupido, suave, fino y corto, blanco en las partes inferiores, y en lo demas una mezclita de obscuro y blanquecino, con ménos acanelado que el dicho; pero en los costados domina lo blanquizco. Los bigotes no tan largos que puedan llegar, como en el otro, á la punta de la oreja. Ésta un poco mayor y mas ancha, aunque de la propia figura y sin pelo. Se eleva 6 líneas sobre la cabeza, con 4 de anchura. El ojo muy poco mas cerca de la oreja que del hocico. Los quartos delanteros abultan lo que los de atras. Tarso 8 líneas con la uña, y blanco debaxo: dedos cinco, los tres del medio casi iguales, el pulgar algo mas atra-

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sado y corto que el exterior. En la mano hay quatro, y el tubérculo por pulgar.

CARACTÉRES GENERALES

DE LOS TATÚS.

Es nombre general que dan los Güaranís á una porcion de quadrúpedos, que tienen un cascaron en la frente, otro sobre la espalda, otro en la grupa, y entre estos dos un número de faxas al través, á quienes denomino movibles. Cada una de dichas cosas se compone de muchas piezas, conchitas ó escamas de hueso, cubiertas de una telita ó barniz; pero las del cascaron de la frente son irregulares, mas fuertes, y carecen de la poca flexîbilidad que tienen los intersticios de las demas. Con lo dicho están los Tatús defendidos por delante, no solo en lo que hace á la cabeza, y sobre el cuerpo y sus costados, sino tambien en el cuello; porque, siendo cortísimo, le encogen y ocultan por encima con la borda alta del cascaron de la frente, y con la anterior del de la espalda, Del mismo mo-

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do, retirando un poco la cabeza, tappan sus costados con los de la orilla de la falda del cascaron de la espalda. Y por lo que hace á las quatro piernas, quedan ocultas naturalmente con la falda de los cascarones y faxas movibles, ménos las manos y pies, que por eso están cubiertos de conchas fuertes. Para que puedan exercer sus movimientos, tienen una piel flexîble entre las movibles, con cuya contraccion hacen que la borda anterior de cada faxa se introduzca debaxo de la posterior que le antecede; y dilatando dicha piel, separan las faxas, y encorvan algo el cuerpo. La cola es recta, aguda, muy gruesa en la raiz, juega en una cavidad que hay en lo posterior del cascaron de la grupa; y meénos en la tercera especie, en todos está cubierta enteramente ó vestida de conchas fuertes, cuyos intersticios ó anillos la permiten alguna, aunque poca flexîbilidad. Baxo de la cabeza y de todo el cuerpo hay una piel llena de berrugas ó tubérculos escamosos en hileras, de donde nacen bastantes pelos ó cerdas largas. Las mismas berrugas atraviesan las quatro piernas; pero van siendo mas unidas y escamosas, de modo que las manos,

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pies y dedos están ya cubiertos enteramente de escamas fuertes. Las orejas son tiesecitas, porque su cartilago está lleno de escamillas muy menudas, que permiten bastante flexîbilidad.

Todos tienen el ojo pequeño, el cuerpo grueso, ancho de falda, y debaxo plano. Son demasiado forzudos, las piernas extraordinariamente gruesas y no mas largas de lo preciso para no arrastrar el vientre. Los dedos robustísimos y cortos, con las uñas muy largas, algo corvas, fortísimas y propias únicamente para escarbar. Carecen de escroto; y la verga no solo es desproporcionada al cuerpo, sino aun la mayor del mundo á proporcion. Las mandibules estrechan en la punta, no tienen incisivos ni colmillos, ni muerden para ofender. La lengua casi redonda, carnosa, y la pueden sacar bastante de la boca. Excavan en tierra con gran facilidad galerías, dirigiendolas por un ángulo de 45 grados, pero luego tuercen; y como nunca son mas anchas de lo preciso, no se pueden extraer los Tatús tirando por la cola, porque primero se quiebra ó arranca ésta; y he visto meter por el trasero at Tatú Mulita un

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cuchillo, sin que por esto se facilitase el sacarla tirando: porque las bordas de las faxas movibles, que forman escalones, apoyan fuertemente en la bóveda, y sus faldas y las de los cascarones estriban en el suelo, donde tambien clavan las uñas. Para afianzarse de este modo les basta encoger un poco el cuerpo.

Las tres primeras especies y la quinta no salen sino de noche, y en oyendo ruido se acogen prontamente á su madriguera, corriendo mas de lo que parece corresponder á las sujeciones de la armadura; y dudo que un hombre iguale á la segunda, tercera y quinta. Se suelen cazar con la luna y Perros que los detienen; porque se paran poniéndoseles alguno delante del camino de la cueva. Las demas especies caminan tambien muchas veces de dia, y se pillan con la mano quando se detienen por ponérseles alguno por delante. No beben; y dicen que se alimentan de raices de mandioca, batatas, maiz, &c.; pero como no he notado que hagan daño en dichas cosas, los tengo mas bien por insectívoros y aun carniceros; pues sobre que así lo indican sus excrementos blandujos, me

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consta que buscan y apetecen mucho las lombrices, y se ve claramente que sus cuevas buscan y desbaratan los Tacurús ó madrigueras de hormigas, y que no han quedado de estos insectos donde penetráron los Tatús; de quienes presumo pillan las hormigas, sacando la lengua al modo que los Hormigueros. Tambien he observado que no hacen excavaciones en busca de raices, sino únicamente en los hormigueros, y las que fabrican para su seguridad. Todas comen carne en la esclavitud, y á lo ménos las cinco primeras especies perciben por el olfato de muy léjos los cadáveres, y acuden é devorarlos. Igualmente presumo que comerán huevos y pollos en los nidos, y aun lagartijas, langostas, grillos, &c., y quizás víboras y sapos.

Convienen generalmente los campestres en que paren una sola vez al año; pero no concuerdan en el número de hijos. Yo sé ciertamente que la Mulita produce solo una vez de siete á once cachorros: en quanto á las demas no puedo decir, sino que unos le dan quatro, y otros hasta diez. Pero como los Tatús quando mucho quatro tetas, se figuran algunos que de toda la pro-

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le no crian sino un hijo con cada mama, pereciendo los demas. Sin embargo, lo cierto es que el P. M. Fr. Isidro Guerra tuvo en su celda una Mulita preñada, á quien preparó una cueva de ladrillos, donde parió nueve hijos, de los quales muriéron luego tres, y la madre crió los restantes con solo quatro tetas; siendo de presumir que en la libertad habria criado los nueve, y que lo mismo harán las demas especies: esto es que parirán una sola vez mas cachorros que tetas, y que los criarán á todos. Me parece que estos animales se podrian domesticar fácilmente con utilidad, porque varios lo han hecho con la Mulita. Engordan mucho, son muy fecundos y tienen muy buena carne, ménos la especie segunda. Mi amigo Noséda me participa, que habiendo armado su jaula para coger Chibí-güazús, poniendo en la division de en medio un Gallo y maiz para que comiese, se cayéron en el suelo algunos granos por entre los palos del fondo; y que un Tatú de noche, no pudiéndolos coger de otro modo, abrió una mina, y fué á salir adonde estaba el maiz sin discrepar un cabello. Tambien me dice puso dos Tatús en

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una fosa de dos varas, y que se escapáron, dirigiendo su galería hácia arriba. No obstante la advertencia que indican estos hechos, ningun Tatú exîstirá mas tiempo del que se tarde en poblar estos paises, porque carecen de toda otra defensa que sus madrigueras; que aunque torcidas, son tan poco profundas, que en mi juicio ninguna pasa de dos varas.

Se encuentra mi primera especie únicamente en los mayores bosques del Paragüay: la segunda, tercera y quinta viven en los campos y costas de bosques de dicha Provincia, sin llegar ninguna de las quatro con mucho al Rio de la Plata: en cuya parte austral exîsten la quarta, sexta, séptima y octava, y no en el Paragüay. Verdad es que la sexta se ve tambien en lo mas austral de la citada Provincia.

Los Naturalistas conocen á los Tatús desde el descubrimiento de América, sin que hasta ahora se haya sabido caracterizar á sus diversas especies. Buffon1 pretende hacerlo por el número de faxas movibles, creyendo y asegurando que no varía dentro de cada especie, y que los recien na-

1 Tom. XXI. pág. 27. y siguientes.

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cidos tienen tantas como los padres. Pero se engaña mucho; porque he abierto una Mulita de seis faxas, y sus hijos en el vientre tenian cinco; siendo mas que probable, que lo mismo sucede en todas las especies. Aun prescindiendo de ésto, el número de tales faxas es muy variable dentro de cada especie; pues he tenido individuos de la segunda, quarta y séptima, con seis y siete faxas: de mi quinta con seis, siete, ocho y nueve: de mi sexta con cinco, seis y siete: y aunque por haber visto pocos de las demas, no puedo asegurar la inconstancia del número de faxas, no debo dexar de creerla, ni de concluir que el número de faxas no solo es variable, sino que tampoco puede caracterizar á las especies, porque hay muchas con el mismo número. Lo único que puede decirse es, que cada especie tiene dos límites en materia de faxas, porque nunca son mas ni ménos; y que estos límites pueden alguna vez ser carácter especial: por exemplo, presentándose un Tatú de ocho ó nueve faxas, se podré concluir que es mi quinta especie, porque ninguna otra incluye tales números en sus límites.

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Sienta el Autor que son seis especies, aunque solo ha visto quatro; y despues de describirlas dice, siguiendo á otros, que las menores viven y prefieren las llanuras y tierras húmedas, y las grandes tierras secas y elevadas, todas de paises cálidos de América. Pero todo es falso, porque algunas llegan á los 42 grados, y aun creo pasan, habitando todas en llanuras, porque por acá no hay otra cosa. Gumilla, á quien se cita1 para confirmar esta noticia, creo no dice tal cosa; sino que los que viven en los bosques son quatro veces mayores que los otros; y tiene razon. Mi Autor ignora la magnitud respectiva, que se hal1ará en mis descripciones particulares. Y asegura, que las especies grandes no solo están vestidas con mas solidez, sino que tambien las piezas ó escamas de su armadura son mayores, y ménos en número; y que las faxas traslapan ménos unas sobre otras. Pero nada es como dice; porque mi segunda especie tiene dichas circunstancias, y en la quinta, que le es igual, sucede todo al contrario, A todas atribuye mas ó ménos facilidad de contraerse en bola, y asse-

1 Tom. XXI. pág. 69. c. (*)

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gura forman una esfera aplastada por los polos luego que se les pilla, y aun ántes, y que Para abrirla es necesario arrimarlas al fuego. Tambien dice, que si hay precipicios, se echan á rodar por las peñas, huyendo de los Perros, sin recibir daño. Pero todo es falso, porque solo el Mataco forma tal bola ó esfera: los demas se contraen un poquito, sin aspirar aun con mucho á tal redondez, ni llegar en esto á la mitad que el Conejo; y ninguno se precipita como dice.

Igualmente son yerros: 1°. L que algunos han escrito, que están mas de quatro meses sin salir de la madriguera. 2°. Que si les sorprehenden léjos de la cueva, prefieren excavar otra en un momento 3°. Que se les haga salir con humazo y metiendo fuego dentro. 4°. Que no pueden correr. 5°. Que se pillen con trampas en las aguadas. 6°. Que los bárbaros se sirvan de sus cascarones. 7°. Que éstos tengan virtudes medicinales, lo mismo que sus huesos. 8°. Que perjudiquen comiendo melons, legumbres, batatas y otras raices. 9°. Que procducen cada mes quatro hijos. Y 10°. que ceden y se dexan sacar del agujero haciéndoles cosqui-

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llas. Nieremberg dice, que no temen á la Víbora de Cascabel, y que viven en paz con ella en la misma cueva. Pero le preguntaria yo, si quiso decir que la Víbora no los traga; ó que no los muerdo: porque lo primero es imposible á una Víbora que á lo sumo es de una vara; á no ser que el Tatú sea recien nacido, en cuyo caso no dudo le tragará si la madre no le defiende. A lo segundo digo, que presumo que los Tatús matan y comen Víboras; pero quando no sea así, basta le sean indiferentes para que la Víbora no muerda ni emponzoñe á nadie, pues no lo hace sino quando la irritan. Por lo demas, aunque todos los Tatús tienen buena carne, y algunos de excelente gusto, es cjerto hay una especie, que es mi segunda, á quien nadie come por su mal olor y sabor, y porque tal vez será nociva á la salud, segun dicen Pison, Nieremberg y Barrere.

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NUM. LIII.

DEL MÁXIMO.

Es muy escaso, y no tiene nombre propio, aunque los pocos que le han visto le llaman Tatú negro grande de bosque, porque no se encuentra sino en los grandísimos bosques de la pate septentrional del Paragüay. Cuentan de el que quando en los beneficios de yerba, donde se halla, muere algun jornalero, que por la distancia sea menester enterrarle allí, forran la sepultura con maderos gruesos y duplicados, porque sin eso este Tatú los huele, desentierra y devora. No he visto sino al presente por una casualidad. Llegué á comer á la casa que tiene en Pirayú D. Pedro Almeda, y travando conversacion de animales con un viejo de la vecindad, me dixo, que dos mozos al retirarse á su casa, que estaba inmediata, habian encontrado dos noches ántes en el campo cerca del bosque un bulto, de que se espantáron sus caballos: que se apeó el uno, y conocien-

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do con la luna llena ser un, Tatú que escarvaba, le cogió por la cola, y levantándole un poco le pasó el lazo de su compañero y tambien el suyo por medio del cuerpo: que luego montó á caballo y llevâron arrastrando el animal á su casa, cuyas mugeres le hiciéron degollar de miedo inmediatamente: que al dia siguiente acudiéron á verle los vecinos y le hiciéron pedazos, llevando uno el cascaron con la idea de hacer un violon, y otros las uñas. Oida esta relacion traté de recoger lo que se pudiese. Encontré que los páxaros y gusanos habian comido casi toda la carne, y que la cabeza y la cola estaban corrompidas con el excesivo calor de enero. Tambien ví en una pieza los cascarones de la espalda y grupa con las faxas intermedias, aunque muchas escamas habian perdido el barniz. Con presencia de estos despojos hice la siguiente descripcion.

Longitud de la cabeza 7½ pulgadas, y la del cuello 2¾. Desde lo anterior del cascaron de la espalda á lo posterior del de la grupa 27½, medidas por encima. De allí é las escamas de la cola ¾; y finalmente la cola 18½. La cabeza algo pequeña á pro-

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porcion de los tres siguientes, y ménos parecida á la de éstos que á la del Negro; porque no es plana ni muy ancha entre las orejas, y desde los ojos en adelante mas bien cilíndrica ó cónica. Su empedrado tampoco es tan sólido en la cara como en los tres siguientes, y la mayor travesía es de 3¾, pulgadas. La oreja alta 1¾, y semejante en la forma y direccion á la del Poyú; de quien difiere por no tener en el cogote faxa semejante á las movibles, aunque el cascaron de la frente está coronado de dos hileras paralelas de conchas. En todas partes hay 17 muelas, que componen el total de 68; pero son mas pequeñas á proporcion que en los dichos. El cascaron de la espalda se compone en lo mas alto de 9 hileras de conchas, de las quales las dos anteriores tienen algun juego; pero en los costados áfaldas dichas hileras son diez ú once. El de la grupa tiene 17 paralelas á las faxas movibles, que son 12.

Las conchas de la grupa son las mayores, como que las hay largas 10 líneas anchas 8½. Las de las faxas y del cascaion de la espalda son largas 7, anchas 6½. Por lo general todas se aproxîman á figura

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quadrada, y aunque son muchas las de forma irregular, en todas se notan unas rayas dentro. Los intermedios de las faxas movibles son muy negros, y mas estrechos á proporcion que en lo general de los Tatús. Cada concha de dichos cascarones y faxas está separada de sus inmediatas en contorno por una orla ó filete de hueso ancho una línea. Las que cubren la cola son arredondeadas, mas débiles que en los Tatús 2.° 4.° y 5.°: y no están figuradas en anillos sino en la raiz; porque en el resto forman un enladrillado, cuyos intersticios son espirales á la cola, que tiene 10¼ pulgadas de circunferencia en la raiz. Su juego en el cascaron inmediato es tan poco, que casi no se conoce la entrada. Un resto de muñeca hacia ver que está cubierto de conchas como en todos; y la mayor uña que ví era larga 4½ pulgadas, ancha en la base 1 7/12, blanca y de la hechura que en todos. La cabeza y la cola blancas amarillazas: lo mismo una faxa, ancha lo que importan cinco ó seis escamas, que sigue todo á lo largo del animal por las faldas ó lo inferior de los cascarones y faxas movibles en ámbos lados. El resto sobre el cuerpo: esto

TOM. II. P

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es de la armadura, es negro profundo.

Estando despues en Buenos Ayres llegó del Paragüay al Arcediano Don Josef Roman Cabezales un Tatú de esta especie. Le habian sacado en una pieza el vestido, y curtido como suela de zapato, cuyo color habia tomado en todas partes perdiendo el natural. Le habian rellenado con violencia de yerba del Paragüay; de modo, que la cabeza parecia mas plana y corta de lo que es; y el hocico desfigurado, como las quatro piernas y cuerpo por demasiado abultadas. No me pareció lo mismo de la cola, cuyo grueso disminuirian con la costura lo que la violentáron al estirarla. El citado Arcediano me lo dió, y le regalé á D. Pedro Melo de Portugal con algunas Mulitas, Pichiis y Matacos vivos, que envió al Señor Príncipe de la Paz. Comparé el individuo relleno con la antecedente descripcion, y encontre tener la cola una pulgada mas larga, y la distancia desde lo mas anterior del cascaron de la espalda á lo posterior del de la grupa 1½ mas corta. Las faxas movibles, y las hileras del cascaron de la espalda eran las mismas; pero el de la grupa tenia una mas. Habia en todas partes

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cinco dedos; y aunque no se puede fixar su longitud absoluta, se conoce que el externo de la mano es cortísimo, débil, y el mas atrasado. Su inmediato ó Segundo tiene uña de dos pulgadas, ancha una, y con figura de cuchilla. Mas adelante nacen de un paralelo los tres restantes, siendo menor el interno, y el del medio de los cinco es el que tiene la grande uña que describí ántes. La del quarto es de 14 líneas, ancha 5 en la raiz, y no de la hechura que las dichas, sino aguda. El dedo exterior y el interno del pie salen de un paralelo, sus in mediatos de otro mas avanzado, y el del medio es algo mas largo; aunque los 5 muy cortos y sus uñas breves, no agudas y de figura de pala horizontal. En el cuero de las partes inferiores le adverí los tubérculos escamosos que en todos, y una teta en cada lado del estómago.

Buffon1 describe su Tatú Kabasú: y encaprichado, como todo Naturalista, de que el número de faxas movibles es carácter invariable de cada especie, trata juntamente de mi Máxîmo y del Tatúaí, como si

1 Tom. XXI. pág. 52.

P 2

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los creyese uno mismo. Verdad es que en vista de sus enormes diferencias, no pudo ménos de manifestar que lo dudaba. Despues haré ver que el de su estampa 40 es mi Tatúaí, porque ahora manifestaré que el de la 41 me parece el Máxîmo.

Para esto me valdré de Daubenton, que le describe1 con mayor extension. Le da cabeza y hocico ménos gruesos, orejas mucho menores que al de la estampa 40; y aunque le viste de escamas semejantes, se las da mas marcadas y ménos en número no solo en cada faxa, sino igualmente en la espalda y grupa. En ésta le cuenta casi dobles hileras que al Tatúaí, y le viste la cola de escamas romboides muy juntas, situadas como un enladrillado visto por los ángulos. Le asigna doce faxas movibles, y 32 pulgadas de longitud sin la cola: á ésta 19½: á la cabeza 7, con 11 de mayor circunferencia, y á la oreja 1½ de longitud. Aún menciona otras medidas, que no copio, por carecer de correspondientes entre las mias, y porque basta lo dicho para conocer inequivocablemente la identidad; pues todo es lo mismo que en el mio. Por lo

1 Ib. pág. 104.

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demas Daubenton no habla del color, porque el esqueleto habria perdido el barniz natural; y se entretiene en referir diferencias con el Cachicamo y Tatúeté; á que pudiera agregar quantas le diere la gana, sin miedo de agotarlas, porque son animales muy remotos.

Por último, viendo Buffon las enormes diferencias entre los Kabasus de dichas estampas y no pudiendo resolverse á decir eran diversos por no violar el carácter, para el fixo, del número de faxas, recurre á que pueden ser diferencias sexûales; y para esto cita á Seba, diciendo que da dos dibuxos diferentes en el número de escamas de cada faxa, &c., siendo de macho y hembra. No hay para que detenernos en esto, sabiendo que Seba merece poca fe, y que todos los Tatús carecen de diferencia sexûal. Pero es de advertir que Buffon señala erradamente al cuerpo del de la estampa 41 21 pulgadas de longitud; pues al mismo da 32 Daubenton, cuyas medidas son siempre mas exâctas.

Por lo que hace al dibuxo, le eleva mucho de piernas; le pone mal las orejas, que deben estar como en la estampa 40;

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le aumenta hileras en la espalda; en fin, vale bien poco, aunque expresa bien con espirales los intermedios de las escamas de la cola, que son un carácter singular que le compete.

NÚM. LIV.

DEL POYÚ.

Significa mano amarilla, y le dan este nombre porque la tiene. Otros le llaman Tutú bayo, aludiendo al color del cuerpo; y los Españoles le denominan Quirquincho, Quiriquincho amarillo, Quirquincho-peludo, y tambien peludo simplemente, aludiendo á sus pelos. Le creo el mas comun en el Paragüay, pero no pasa los 33 grados. Es forzudísimo, corre tanto ó mas que un hombre, excava la tierra con mucha prontitud; y aunque no he deshecho sus madrigueras, por los escombros, presumo serán como de dos varas pero torcidas. Estando quieto, besa naturalmente el suelo, como todos; y agachándose un poco, oculta los pies enteramente. Acude de noche

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á devorar los cadáveres: es de los mas aplastados, muy ancho de falda, y el mas sólidamente vestido de conchas mas grandes y gruesas á proporcion. Ademas la cabeza es mas ancha y plana, y el hocico ménos agudo. Gruñe baxamente quando le incomodan, y pasa por el que engorda mas; pero ninguno le come, porque dicen tener su carne muy mal gusto y olor. Describiré un adulto.

Longitud 27 pulgadas: cola 9⅚, medidas como en todos los siguientes desde la punta del hocico á la de la cola, dirigiendo la cuerda sobre la barriga. La circunferencia del anillo mas grueso de la cola es 5½ pulgadas. El cascaron de la grupa ocupa 5½ en lo alto, y se compone de 10 hileras paralelas de escamas, que ocupan ajustadamente todo el cascaron, aunque la posterior está interrumpida para dexar juego á la cola. Las faxas del espinazo son siete; y el cascaron de la espalda tiene quatro hileras de escamas; las dos del medio algo mas estrechas, y se apartan en los costados para dexar un espacio muy notable en cada falda, triangular y empedrado de conchas iguales á las de las

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hileras. Ademas en las puntas anteriores de las faldas de este cascaron hay dos hileras cortas y movibles de conchas. En lo alto del cogote, entre las orejas, hay una faxa semejante á las del lomo, compuesta de 9 conchas, que cubren el cuello, y aun la borda anterior del cascaron de la espalda. El de la frente tiene piezas grandes, irregulares, mas fuertes que en todos. Las de los otros dos cascarones y las de las faxas son quadrilongas, notándose á lo largo de cada una dos rayas hondas que encierran un espacio, como en el anterior y el que sigue. Cada concha de las faxas movibles es larga 9 líneas, ancha 5; y las de los cascarones son algo menores, principalmente en las hileras medias del de la espalda, y en los triángulos que encierran; pero en este cascaron cada concha de la hilera posterior tiene en su borda anterior una punta que interna entre dos de la hilera inmediata. Lo mismo sucede á las demas hileras, ménos á las dos anteriores. Ademas, exceptuando estas dos y la posterior, las conchas de las demas tienen los ángulos posteriores achaflanados. La cabeza es grande, plana, larga 5 pulgadas, sin contar tres

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quartos que tiene la faxa del cogote; y ancha donde mas en las sienes 3½. La punta del hocico tiene una de travesiá, y en su extremo están las narices redondas. La oreja inclina para fuera, es larga 15 líneas sobre la cabeza, ancha dondé mas 11. Para resguardo del ojo hay debaxo una porcion de conchas menores. Arriba se ven 9 muelas, y abaxo lo en cada lado. Pesa 18 libras sin vaciar.

En todas partes cinco dedos casi unidos hasta las puntas. El externo de la mano y el interior nacen á la par, siendo la uña en éste de 7 líneas, y en aquel de 9. El inmediato al externo nace á la altura de la raiz de la uña del interior, y su uña es de 13. El medio nace 5 líneas mas adelante con uña de 14. El próxîmo al interior es el mas robusto, excede 6 al del medio, y su uña es de 8½. Los del pie nacen como en la mano, ménos que el de en medio y su inmediato por dentro son iguales en largo y fuerza, con uñas de 7 líneas. Las demas son poco mas cortas, y todas bastante agudas, algo corvas, muy fuertes y anchas en la raiz. Las tres exteriores tienen el filo en su costado externo,

TOM. II. Q

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y las dos restantes al contrario. Los mismos filos hay en la mano, donde no acaban en punta sino en cuchara, pareciéndose en esto á las de todo Tatú. La verga es pendiente, y muerta de 5 pulgadas de longitud con 6 líneas de diámetro medio, porque es conica; pero estirando sin violencia, se alarga hasta 8 pulgadas, y la lleva ordinariamente enroscada en espiral. La hembra solo difiere en el sexû, que es largo, y su ángulo anterior sobresalei 7 líneas, sin tener mas de una teta en cada músculo pectoral. Muchas cerdas blancas; gruesas y largas nacen de las bordas posteriores de las faxas movibles, dioigiendose atras; y tambien hay algunas en los casearones. Las de baxo de la cabeza y del cuerpo son obscuras, y se hace reparable un pincer de ellas baxo del ojo. La piel donde, la hay es parda palida, y las conchas bayas ó pardas blanquizcas amarillazas, ménos las de las manos y pies, que son naranjadas sucias. He tenido 30 individuos, el menor de 16 pulgadas; y notado en ellos que las hileras del cascaron de la espalda varían de 4 á 5, y las del de la gurupa de 10 á 11. Tambien he visto que las

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faxas movibles varían de 6 á 7, aun en los adultos; y presumo que los recien nacidostendrán solo 5: siendo de notar, que estas variaciones no penden del sexô.

Pison habla del Poyú en su indicacion1: Prima et maxima species, Tatupeba cujus descriptioni supersedeo utpote non edulis; por que es el único que nadie come, y no dudo sea el mayor de los que conoció. Pero le llama mal, porque Tatupeba significa aqueles Tatú.

Nieremberg allí distingue dos Tatús diciendo: quadam innoxia et gratissimi alimnenti, sunt allia noxia et venenata ut vomitu ac flatu albi sincopem inducant.……. Distinguntur testarum seu laminarum numero: innoxia octonis, noxia senis constant. Los que son buen alimento y tienen ocho faxas son, sin poderse dudar, mi Tatú negro; y los perjudiciales con seis faxas son ciertamente Poyús; aunque no salgo fiador de que perjudiquen lo qu dice.

Tambieo es Poyú el Kabasú due Barrere citado allí; pues huele á almizcle y no dudo es el mayor de los que conoció, segun dice2. Buffon, gobernado por el nombre,

1 Tom. XXI. pág. 64.

2 Tom. XXI. pág. 52. c. (*).

Q 2

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le cree su Kabasú, y se engaña; pues aun que le acomoda la magnitud, el olor referido solo adapt al Poyú, no al Kabasú de Buffon. Mas no por esto creo, ni pienso en decir que el de Barrere sea, segun dice éste, el Tatúeté de Marcgrave; porque es cosa muy diversa, en lo que estoy acorde con Buffon.

Este1 le llama Encuberto, creyendo que los Portugueses del Brasil le dan este nombre y el de Encubertado; pero no deben admitirse tales denominaciones, tan generales como las de Tatú y Armadillo. Lo propio digo de los nombres: Ecbinus brasiliensis: Dasypus: Cataphractus; y Tatupeba que le dan varios Autores.

Buffon se persuade es el Tatú de Bellon, fundándose únicamente en la estam pa que le marca 6 faxas; pero piensa mal porque no solo las tiene el Poyú, sino tambin mis, especies 4.a, 5.a, 6.a y 7a. Lo que me ocurre es, que Bellon2 le arma de una corteza dura y escamas anchas á manera de justillo, y dice que su magnitud no excede la del Cochinillo; y estos caractéres,

1 Ib. pág. 40.

2 Ib. pág. 60. c *.

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aunque pueden aplicarse igualmente al Poyú que al siguiente ó Tatuaí, como éste sea muy escaso, á lo ménos aquí, y aquel muy comun, es de presumir que trata del Poyú. No hago caso de que Bellon le compara al Erizo y al Cerdo, porque uno y otro es impropio.

Tambien cree Buffon Poyú al Echinus brasiliensis de Aldrobando, porque su estampa le marca 6 faxas; pero como esto nada significa, ignoro lo que será el tal Ecbinus.

Marcgrave indica al Poyú diciendo: Tatupeba brasiliensis. Encuberto lusitanis……. In dorso 7. sunt divisurœ, cute fusca intermedia. Ya dixe que estos nombres son despreciables para ninguna especie. Lo demas acomoda al Poyú, que tiene ya 6, ya 7 faxas; pero como Buffon está imbuido de que nunca tiene mas ni ménos de 6, quiere persuadir que las copiadas palabras de Marcgrave dicen que tiene 6, y no hay tal. La indicacion de Lineo: Sexcinctus. Dasypus cingulis 6, pedibus pontadactylis es indeterminada, por acomodar á casi todos.

La de Brisson: Cataphractus scutis 2,

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cingulis 6. Armadillo mexicanus: es igualmente aplicable á muchos. Sin embargo se ha figurado Buffon pertenecia al Poyú, que es uno de los muchos á que acomodan las seis faxas. Pero reprehende bien á Brisson, porque dice es el Ayotocbtli, de Hernandez y de Nieremberg, el Tatú de Clusius, y el de Lahet, que despues verémos ser todos Tatú negro. Pero no habla aquí Brisson de éste, pues le indica separadamente, segun se verá.

Mi Autor explica mal la faxa del, cogote, diciendo nace mas allá del cascaron de la espalda cerca de la cabeza, y que se halla entre dos coyunturas que permiten encorvar el cuello. Tambiem dice mal, que el cascaron de la cabeza es de una sola pieza hasta la faxa del cogote: que la oreja carece de escamas: y que las hileras son paralelas en el cascaron de la espalda. Le da diez y ocho muelas en cada mandibula, quando en la inferior hay veinte. Le aguza el hocico, y le compara, Como tampbien la cabeza, al del Cochinillo con impropiedad. Le hace beber á menudo, y no le creo, pues vive muchas veces distantísimo del agua. Supone falsamente que es-

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carva con el hocico. Le da color amarillo rubio, que le pertenece.

La estampa 42 le suprime los quatro pies, las orejas y cola: le pone la faxa del cogote sobre el cuello: no representa bien el mosaico de la espalda: ni es de individuo adulto, pues Daubenton le da 13 á 14 pulgadas sin la cola, debiendo ser 18.

Despues dice1, que habiendo logrado un dibuxo de este Tatú, sacado por Seve de un individuo vivo, nos da su estampa 24 con la descripcion del propio Seve. Éste dice que tenia diez y ocho meses de edad; y sin duda no era adulto, siendo su longitud 14 pulgadas sin la cola. É tenia 4½, pero se hallaba tronchada con 15 líneas de diámetro en la raiz (corresponden al Poyú) y 6 en la punta. De estas medidas se calcula que sería entera de 7½; que aunque 4½ líneas mas larga de lo que compete, es bastante ajustada, viniendo la diferencia de no ser exâctamente cónica. Seve se la da completa de 6 pulgadas porque no 1a calculó. Todo lo demas que dice adapta al Poyú, ménos darle en la espalda seis hileras; lo que sin duda viene de que contó la del

1 Suplemento tom. VI. pág. 147.

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cogote, pues así lo persuade la estampa. Ésta le presenta muy elevado de piernas, y con el cuerpo encogido, quando le tiene parejo naturalmente. Le pinta muy mal todas las escamas, sobre todo en la espalda, haciéndolas exâgonales, quando son quadradas con los ángulos achaflanados, &c, segun dixe. No le marca el triángulo de la falda: le alarga las orejas: no indica las cerdas entre las faxas; y aun tiene otros defectos, siendo por fin mala.

El propio Buffon1 describe al Cirquinzon, suponiendo dan este nombre á los Tatús los Espanñoles de Nueva España. En esto hay dos cosas que enmendar; porque el nombre no es sino Quirquincho ó Quiriquincho; y no se da á todo Tatú, sino á las especies mayores. Abbeville aumenta la corrupcion llamándole Vinchon: pero no concibo en que fundan algunos el disparate de figurarse que éste ni otro Tatú tiene la cabeza poco mas ó ménos de la forma que la Comadreja, para llamarle Tatú comadreja.

Se trata de un Tatú que exîste en el Gabinete de la Real Sociedad de Londres,

1 Tom. XXI. pág. 49.

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donde le describió Grew, á quien copiáron otros. Las medidas que refiere son: cabeza 3 pulgadas: cuerpo 10: cola 5. Y como Buffon, y generalmente se entiende por cuerpo todo ménas la cola, se ve que ésta es precisamente la mitad del resto; que es un carácter singular de Poyú. Tambien lo es muy especial cubrirle el cuello con una hilera de escamas quadradas. Igualmente le acomodan con precision la frente ancha y plana, einco dedos en todas partes, y las uñas grandes de 12 líneas en los tres del medio, que debe entenderse en la mano. En fin adapta justamente quanto dice al Poyú, ménos negarle cascaron en la grupa, haciendo continuar las faxas movibles hasta el número de diez y ocho desde la espalda á la cola. Ésta al parecer enorme diferencia, nada tiene á mi ver de real, siendo una simple apariencia. El Poyú tendrá ajustadamente las mismas diez y ocho faxas, si le cuentan las hileras del cascaron de la grupa, que no difieren de las movibles, sino en ser las conchas mas pequeñas, segun dice. Como entre dichas hileras median espacios aparentes, creo se figuró Grew, que estos eran piel que les

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permitia el juego que á las del lomo, y no dudo que se equivoca. De manera que el Cirquinzon de Buffon es á mi entender un Poyú cachorro: y el que dude podrá desengañarse exâminándolo en Londres, ó viendo que nadie hablará de otro Tatú, qual le describe Grew, sin cascaron unido en la grupa.

A Grew copiáron Ray y Brisson: y Buffon reprehende con justicia á Linneo porque indica al mismo Tatú de Grew y Ray diciendo: Unicinctus. Dasypus tegminé tripartito, pedibus pentadactylis…. Tatú seu Armadillo africanus: pues no hay Tatú en Africa, ni que tenga la armadura dividida solo en tres pedazos. Pero lo que hay es que Lineo quiso indicar al Armadillo africanus scutum osseum toto incumbens corpori iripartitum est de Seba, del qual hablaré en su lugar, y se figuró erradamente era tambien el de Grew y de Ray.

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NÚM. LV.

DEL TATUAÍ

Algunos Güaranís me han asegurado que tiene este nombre en su idioma; pero como en el mismo significa Tatú llagado, que no acomoda al animal, presumo alguna alteracion, y que deberian decir Taturai (Tatú impropio), aludiendo á que carece de las escamas que tienen todos en la cola. He practicado muchas diligencias é impendido bastantes pesos por pillarle; y no pudiéndolo conseguir, lo encargué al amigo Noséda, que consiguió un individuo cerca de su Pueblo hácia los 27 grados, y me envió su descripcion, que rectifiqué despues lo que pude en presencia de su mismo despojo.

Longitud 272½ pulgadas: cola 72½, cuya circunferencia en la raiz es 4. Termina en punta, y carece de conchas, ménos en el último tercio, que es lo que arrastra, donde se notan por debaxo conchitas redon-

R 2

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das y delgadas, cubriéndo el resto una piel obscura y suave, con raros pelitos en la parte superior. Aunque su cuerpo sin la cola sea algo mas largo que en el precedente, no pesará tanto, por ser mas estrecho y redondo, y ménos grueso. La cabeza es menor, mas angosta y ménos plana, con el hocico mas agudo que en dicho Poyú; aunque es mayor, mas ancha, plana, y ménos afilada que la del Tatú negro: pero las escamas de la frente son mayores que en todos. De la punta del hocico á la raiz de la oreja hay 3¾ pulgadas, y hasta lo mas alto 4, donde se ve un eoronamiento ó semicírculo de conchas. En eada lado abaxo hay siete muelas, arriba 8. La oreja se eleva sobre la cabeza 21 líneas: es ancha poco mas, casi redonda, y su totalidad quatro veces mayor que la del Poyú; de quien se aleja tanto, quanto se acerca at Negro en la redondez del cuerpo por el través. Tambien se aparta de ámbos por tener las quatro piernas mas cortas y gruesas, y las uñas notablemente mayores. Éstas son cinco en la mano, donde puede decirse hay solo dos dedos, los internos que están unidos por membrana.

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El pulgar ó primero es de 10 líneas, su uña 7: el segundo 15, la uña 9: de los otros no se percibe sino las uñas: la del medio de 22, ancha en la rain 9: la siguiente de 18, ancha 7: y la externa 9 con 6 de anchura. En el pie hay cinco dedos cortos: el mas largo y robusto es el de en medio, cuya uña es de 8, y ancha 5. Los demas disminuyen en razon que se alejan de él. Tiene dos tetas donde el Poyú, y el ángulo anterior de la vulva sobresale 9 líneas. La piel por debaxo es obscura aplomada, con los tubérculos escamosos y cerdas que en todos: y lo mismo digo de las conchas de pies y manos. Hay en el cogote tres faxas movibles estrechas que cubren el cuello. El cascaron de la espalda se compone de siete hileras de conchas quadrilongas, que lo llenan enteramente. Las faxas, movibles son trece, y sus escamas menores que las de los cascarones, casi quadradas ó poquito mas anchas al través; sucediendo al contrario al Poyú, cuyas seis ó siete faxas ocupan en el espinazo lo que las trece referidas. El cascaron de la grupa tiene diez hileras, y sobre la rabadilla están las conchas mayores de la armadura.

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Todas tienen dentro las rayas hondas que en el Poyú. Y por lo que hace al color es bayo en todas las conchas; que son las mayores y mas fuertes despues del Poyú.

En la crítica del Maxîmo dixe haber compuesto Buffon una sola descripcion para dos Tatús muy diversos, como si fuesen uno, llamándole Kabasú, sin tenee para esto mas motivo, que el de contar á ámbos doce faxas. Allí hice ver que el uno era mi Maxîmo, y resta tratar aquí del otro.

Supone1 que en Cayena le llaman Kabazú, que significando Abispa grande, es nombre impropio para un Tatú. Se figura es el Tatus major moscbum redolens de Barrere, fundándose en el adjetivo major: pero como éste no quiere decir que lo sea, sino respecto á los que Barrere conoceria, se equivoca mi Aútor segun dixe en la crítica del anterior; donde vimos que el de Barrere era un Poyú, á quien adaptan y caracterizan la magnitud, y el olor á almizcle.

La indication de Seba: Tatú seu armadillo africanus scutum osseum toto incumbens corpori tripartitum est: es falsa, no solo en

1 Tom. XXI. pág. 52.

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hacerle africano, sino tambien en dividirle en solos tres pedazos toda la armadura. Buffon le cree Kabasú por contarle en su estampa doce faxas; pero suponiendo ser así, aún queda la duda de si será el Maxímo ó el Tatuaí, pues ámbos tienen las doce faxas, no pudiendo dudar yo, que aunque mi individuo tuviese trece, los habrá de doce.

Del mismo modo es indeterminada la de Brisson: Cataphractus scutis 2. Cingulis 12. Armadillo africanus: porque no es de Africa, y puede ser de mi primera ó tercera especie.

Buffon enmienda á Brisson, porque creyó Kabasú al Dasypus tegminÉ tripartito de Lineo: pero lo que hay es que Lineo reunió mal en su Dasypus al Cirquinzon de Buffon ó Grew (mi Poyú) con el Kabasú de Buffon, ó Armadillo africanus de Seba. Por consiguiente si, como quiere Buffon, hubiese dicho Brisson, que el citado Dasypus era el de Grew, le habria podido corregir del mismo modo, diciendo que no lo era sino el de Seba.

Mirando mi Autor al Kabasú de su estampa 40, dice diferir de todos en la ca-

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beza mas ancha y abultada, en el hocico ménos afilado, y en tener piezas mayores á proporcion, y ménos en número en los cascarones y faxas. Estos caractéres adaptan al Poyú principalmente, y despues al Tatuaí: por consiguiente no dudo que los aplicó Buffon á éste sin acordarse del Poyú, ó porque le pareceria así, no habiendo visto Poyú adulto.

Continúa explicando los caractéres de dicho Kabasú, y dice: "Tiene piernas y pies mas gruesos que todos: las doce faxas anticipan poco unas á otras: sus piezas son quasi quadradas, las de la espalda quadrilongas, y las de la grupa semejantes á las de la espalda con poca diferencia."

Estos son caractéres especiales del Tatuaí. En quanto á la cola: Daubenton le da piel parda, sembrada de tubérculos en forma de discos amarillentos ó pardos, relucientes, y de la misma materia que el barniz que cubre los cascarones. Buffon dice que tales tubérculos son escamosos, y que nacen cerdas en sus contornos. Esta cola es tambien de Tatuaí; y si el amigo Noséda no advirtió tales tubérculos, es porque

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serian muy diminutos: pero notó las escamas en lo inferior hácia la punta, de que mis Autores no hacen mencion.

No hago caso de los cinco dedos que le dan en todas partes, ni de que las conchas de la frente sean grandes é irregulares, porque son cosas de muchos, y entre éstos del Tatuaí. Tampoco hago alto en que digan tiene quatro ó cinco hileras sobre la espalda, que es cosa especial del Poyú; porque seguramente no las contáron, y me atengo á las siete ú ocho que manifiesta su estampa. Igualmente me desentiendo de las cerdas que le ponen en los intermedios de las faxas y otras partes de la armadura; pues aunque mi descripcion no las menciona, conserva idea confusa que las tenia, y me persuado que de no ser así, habria notado esta diferencia entre las que mencioné con el Poyú. Supone ser mayor que todos; porque no conoció al Poyú ni al Negro adultos, y porque se figuró que el que se describia era de la especie de la estampa 41, que realmente es el Maxîmo.

Daubenton se entretiene mucho comparándolo al Tatueté y al Cachicamo, que luego verémos no son mas de uno; y no

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se habrá fatigado en buscar diferencias, porque son los mas distantes. Agrega que el cascaron de la grupa tiene diez hileras: y es verdad. Le señala las rayas dentro de cada escama, y le da encima color amarillento pardo, y debaxo pardo: que todo es de Tatuaí. Le señala 11 pulgadas sin la cola, y á ésta 5¾: que seguramente son de un Poyú cachorro, y no de Tatuaí, cuya cola es notablemente mas corta á proporcion; bien que parte de la diferencia puede venir del modo de medir.

Como quiera es indudable la identidad del Tatuaí con la estampa 40; la qual le suprime una hilera en la grupa: le ampolla impropiamente la cola con tubérculos: le pinta mal todas las conches: omite las de sobre el cuello: y le une algo y achica bastante las orejas, porque el despojo las tendria achicharradas.

Laborde1 dice haber en Cayena un Tatú grande y otro chico. Añade: "Éste es pardo ó mas bien gris de fer, y tiene tres uñas mas largas unas que otras. Su cola es blanduja sin escamas, cubierta de piel, y su peso de tres libras." Oiría sin

1 Suplemento tom. VI. pág. 150.

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duda que exîstia allí mi Tatuaí sin escamas en la cola; y por no dar esta noticia tan pelada, agregó las otras por relacion.

A continuation copia Buffon la descripcion que el citado Laborde hace del mismo Tatú Chico, y es: "El pequeño Tatú gris amarillento pare de quatro á cinco hijos al principiar la estacion de las lluvias. Excava mas profundamente que el grande, es mas dificil de pillar, y sale de dia quando la lluvia inunda su madriguera; porque sin esto no sale sino de noche. Es solitario, y se conoce que está en la cueva por la multitud de moscas que le siguen al olor. Quando se cave para pillarle, excava para dentro cerrando la minacon la tierra que mueve, de modo que no seria dable sacarle con humazo."

Estas noticias se deben agregar á las primeras, porque el inventor es el mismo considerando Buffon el poco peso y pequeñez que le señala su amigo Laborde, se persuade que trata de su Tatueté; pero como se opone á esta idea lo lampiño de la cola, duda que sea pelada, y desea que se averigüe esta noticia. Pudiera mas bien reflexîonar, que es mucho mas factible se

S 2

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equivocase Laborde en el peso, que en lo lampiño; y que el tal Laborde habla siempre del peso arbitrariamente.

NÚM. LVI.

DEL PELUDO.

Aunque hay otros con cerdas muy repables entre las faxas, y aun en los cascarones, el presente los aventaja mucho en eso; y éste es el motivo de llamarle peludo por excelencia. Tambien le dan este nombre y el de Quirquincho peludo en las Pampas de Buenos Ayres. No exîste en el Paragüay ni al Norte del Rio de la Plata; pero al Sur de él abunda tanto, que en una expedicion que hice entre los paralelos de 35 y 36 grados ví miilares; y apénas habia hombre entre mas de ciento de mi comitiva, que no cogiese uno ó dos diariamente; porque sale de dia, y quando oye rumor se refugia á su cueva si no le toman la delantera. En marzo y abril, que los ví, estaban tan gordos que fastidiaban, y los

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Soldados los comian asados, prefiriéndolos á la carne de Novillo. Observe que acuden mucho á devorar cadáveres de Caballo; y como no podrian romper el cuero, se valen del arbitrio de excavar por debaxo, donde la piel se corrompe y rasga, y por allí se introducen en la cavidad, comiendo la putrefaccion, y dexando intactos los huesos y la piel por encima. Sus cuevas no están en baxíos ó cañadas, sino donde no se inunden, Ignoro los hijos que pare y quándo, porque las noticias varían mucho.

Longitud 19 pulgadas: cola 5, con 3½ de ruedo. El cascaron de la grupa ocupa 3¾ en lo alto, y se compone de diez hiler-as como en el Poyú. Las faxas movibles son en unos siete, en otros seis, y creo que los recien nacidos tengan cinco. El cascaron de la espalda en lo alto tiene seis hileras: las quatro del medio algo mas estrechas, y se apartan algo en los costados para dar lugar á otra, porque allí son siete. Ademas en las puntas anteriores de este cascaron hay dos hileras cortas movibles Tambien lo es la borda anterior, y delante de ella hay otra hilera de quatro conchitas pequeñas, que abrigan el cuello,

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que es mas corto y grueso á proporcion que el del Pori. El, coronamiento de la frente es recto, y en medio de él están las piezas mas pequeñas. Las de la frente son irregulares, pequeñas, sin simetría, muy ésperas, y las que hay en la borda desde el lagrimal á la oreja tienen puntas agudas que salen para fuera. Tambien hay puntas agudas muy notables y fuertes en el contorno del cascaron de la grupa, que le guarnecen como feston, ménos en la parte paralela é inmediata á las faxas movibles. Éstas tienen el propio feston en lo inferior de los costados, sucediendo lo mismo al cascaron de la espalda; acercándose en estas puntas ó festones al Pichiý, quanto se aleja de todos.

Las conchas de qualquier parte, ménos la frente y las quatro hileras medias del cascaron de la espalda, son quadrilongas, y cada una está como dividida á lo largo en tres: la del medio de una pieza, y las otras dos resquebrajadas en pedacitos. cada concha en las faxas: movibles es de 6 líneas, ancha 3; y las de los cascarones son algomenores, especialmente en las hileras medias de la espalda. La cabeza de 3⅚ pul-

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gadas, ancha donde mas 3. El hocico agudo, y sin la cintura que el Negro. La oreja alta 8 línears sobre la cabeza, ancha donde mas 7, su totalidad elíptica é inclinada afuera. Para resguardar al ojo tiene debaxo rudimentos escamosos. Todas las muelas son treinta y dos. La mano y pie concinco dedos, proporcionalmente idénticos á los del Poyú, notándose alguna diferencia en la longitud de las uñas de la mano; porque la exterior es de 8 líneas, la interna de 6, la inmediata á aquella de 1o, la del medio de 11, y la que resta de 8. Una teta en cada músculo pectorál. La vulva parece miembro, presentándose en figura de cono largo un pulgada, y se nota poco la grieta. El miembro del macho cónico, de 3½ pulgadas sin tirarlo, y 6 líneas diárrietro en la raiz. Los costados del cuerpo, y aun de la cola hasta la mitad, tienen muchas cerdas, mas en número, mas delgadas, largas y flexibles que en el Poyú, pardas y largas hasta 2½ pulgadas. Tambien las hay por todo encima; pero ménos y mas cortas, porque se le arrancan con la frotacion en las cuevas. Las hay igualmente, no tan largas, en el cascaron de

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la frente; y las que pueblan lo exterior de las quatro piernas son muchas y muy largas. Baxo de la cabeza y del cuerpo, y en el pincel baxo del ojo, las hay abuudantes, largas y obscuras sobre piel amarilla. Ésta en los intermedios de las faxas, y en el hocico es negra; y todas las conchas pardas obscuras, ménos en los quatropies que son pardas roxizas, ó maranjadas sucias.

NÚM. LVII.

DEL NEGRO.

Los Güaranís le llaman Tatubú (Tatú negro), y los Españoles Quirquincho nero. Es en el Paragüay tan comun como el Poyú; pero nunca lo he visto al Sur de los 27 grados, y presumo que no pasa de los 30. Su carne es muy buena, y sus cuevas y costumbres creo son las de dicho Poyú, aunque no parece tan forzudo.

Longitud 30½ pulgadas: cola 14, con 6 de ruedo en la raiz. Se compone el casca-

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ron de la grupa de dos layas de escamitas: las mayores largas 2½ líneas, anchas ½, ovales con su contorno no bien seguido, y sobresalen un poco á las demas: están dispuestas en hileras paralelas á las faxas movibles, y algo separadas unas de otras; cuyos intermedios, y los de sus hileras, son ocupados por las otras conchitas menores: de modo, que cada una de las mayorcitas está rodeada por un anillo hecho de las chicas. El cascaron de la espalda es de un mosaico idéntico, y tienen ámbos la borda inmediata á las faxas muy semejante á ellas. Para concebir la figura de las conchas de las nueve faxas movibles, es menester figurarse que cada faxa sea una pieza, y que por toda su longitud se haya ido rayando profundamente en zic zac al través de un lado al otro. Así resultarán en su anchura dos órdenes de triángulos opuestos muy agudos, cuya altura es la anchura de la faxa, y la base de 2 líneas, quedando cada triángulo encaxado como cuña entre dos tienen la base opuesta. El empedrado de la frente es mas sólido y der piezas; mayores; pero le falta mucho para tener la solidez que en los Tatús precedentes.

TOM. II. T

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La cabeza es atrompetada, menor á proporcion que en los dichos, larga 4½ pulgadas, ancha 1¾ donde mas. La ore a es mayor, vertical, muy próxîma á la otra, alta 22 líneas, ancha la mitad donde mas. El hocico se puede decir agudo, y algo parecido al del Puerco: sus respiraderos están en el extremo, son circulares, y el hocico parece tener alguna cintura por no engrosar sensiblemente en las 18 líneas de la punta. Todas sus muelas son treinta y dos. En la mano quatro dedos. El interior y de afuera nacen iguales: tienen 3 líneas, sus uñas 6. Los restantes unidos hasta 3 líneas de la punta, son mas gruesos, y terminan á 13 líneas de donde nacen los otros, sin contar las uñas iguales, de 9 líneas, anchas 3 en la raiz. El pie cinco dedos: el medio y mas rollizo de 18, sin la uña de 11. Los laterales iguales en fuerza y longitud, largos 4, sus uñas 7, y nacen de un paralelo. Los restantes salen 6 líneas mas atras, apénas tienen una, sus uñas 6. Las piernas mucho mas robustas que los brazos, y lo mismo digo de sus dedos. El miembro suelto, de 18 líneas con 8½ de diámetro en la raiz: disminuye poco su grueso hasta las 4

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de la punta, donde hay una glándula en cada lado, y entre ámbas un miembrecillo cónico de 4 líneas de longitud, en el qual se vé el conducto rajado al traves. La vulva arrugada; y dos pulgadas delante hay un par de tetas, con otro en los músculos pectorales.

Todas las cáscaras negras; pero es muy freqüente que muchas conchitas han perdido el barniz quedando blancas, que otras le tienen mas delgado ó amolado y parecen blanquizcas roxizas. El descrito y otros dos adultos idénticos tenian 9 faxas. Otros 5 de igual longitud contaban una ménos, y otro de 12 pulgadas solo 6. Una hembra de 16 pulgadas y otra de 30 tenian 8, y 4 adultas 9. De dos hembras de 18 pulgadas, una tenia 6, la otra 7.

Mi Naturalista1 le llama Tatúeté, suponiendo le dan en el Brasil este nombre; pero como significa Tatú con propiedad, ó Tatú verdadeiro, segun dicen los Portugueses, y no sabemos que pueda esto adaptar á una especie mejor que á otra, no debe llamarse así á ninguna.

Dice en la nomenclatura, que es el Ta-

1 Tom. XXI. pag. 44.

T 2

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tus de Gesner; pues aunque su estampa le marque 10 faxas, deben reducirse á 8, por ser las dos extremas bordas de los cascarones. Esta correccion es para mí muy fundada, á lo ménos en parte; porque sobre que dichas bordas son idénticas con las faxas, entre los Tatús que conozco ninguno cuenta 10 faxas.

Por la misma razon cree bien mi Autor, que el Tatú ó Armadillo, á quien Dutertre concede 10 faxas, no tiene sino las 8 que manifiesta su estampa. Pero no quiero, como Buffon, reducir las faxas precisamente á 8, sino á ménos de 10.

Vimos en la crítica del Poyú que el Cataphractus, scutis 2 cingulis 6. de Brisson era indeterminado; pero que el Ayotochtli mexicano de Hernandez y de Nieremberg, y el, Tatú de Clusius y de Lahet, eran mi Tatú negro; segun lo persuaden el pais caliente donde viven, y el haber Buffon contado 8 faxas en la estampa de Hernandez y 10 en la de Clusius, á quien copia Lahet, que deben reducirse á 9 ú 8 por las razones referidas; porque solo el Negro tiene 8 ó 9 faxas y hasta 6.

Por lo que hace al Ayotochtli de Nie-

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remberg, dice Buffon que su estampa le marca 9, que caracterizan al Negro.

Tambien dice que su Tatúeté es el de Marcgrave y Ray, y es positivo.

La indicacion de Lineo: septemcinctus. Dasypus cingulis septenis, palmis tetradactylis, plantis pentadactylis: es indeterminada, pudiendo ser el Negro lo mismo que mi Mulita. Buffon le reprehende sin bastante fundamento, figurándose que debió decir cingulis octonis, para que así fuese de Tatúeté; pero ignoró que éste no solo tiene 8 faxas como cree, sino tambien 9, 7 y 6.

La indicacion de Brisson: Cataphractus sctis 2 cingulis 8. Armadillo brasiliensis: pertenece al Negro indudablemente; pero se equivoca creyendo que es el Tatus major moschum redolens de Barrere, porque este es Poyú, segun dixe.

A esta correccion agrega Buffon otra reprimenda, porque afirma ser tambien el Ayotochtli de Nieremberg; y se funda en que éste le marca 11 faxas, que se deben reducir á 9 y noá 8. Pero se equivoca mi Autor en esto; porque sean 8 ó sean 9 las del Ayotochtli, será igualmente Negro.

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Debo advertir ademas que Nieremberg1 habla de dos Tatús, Poyú y Negro; éste con 8 faxas, y aquél con 6, segun dixe tratando del Poyú; y si Buffon los tiene presentes ahora para criticar á Brisson, no sé como encuentra en la estampa de uno 9, y en la del otro 11, que reduce á 9; ni como asegura que Nieremberg no menciona el número de faxas. Vamos ahora á exâminar el texto.

Es de notar ante todas cosas la grave dificultad de distinguir á mi Tatú Negro cachorro de otro adulto de la especie siguiente, segun verémos; así como no hay cosa mas fácil que no equivocar ó confundir estas dos especies con otra ninguna. Buffon describe al Tatúeté de Marcgrave, quien le obtuvo en el Brasil, donde creo no exîste mi Mulita, que apetece tierras mas templadas ó frias. Por consiguiente puede tenerse por cierto que el de Marecgrave no es Mulita. Lo mismo nos persuadirian sin esto las ocho faxas que jamas tienen las Mulitas, y las medidas, que son: cabeza 3 pulgadas: cuerpo 7 desde el cuello al orificio: cola 9; que hacen un total de 19,

1 Tom. XXI. pág. 64.

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al que nunca arriba la Mulita, que ademas no tiene tales proporciones características de un Negro cachorro, á quien todavía ajustarian mas aumentando como se debe una pulgada de cuello.

Todo lo demas que refiere es igualmente del Negro, sin que sea menester repetir sino lo conducente á esclarecer mas la verdad. Asegura no es con mucho tan grande como el Poyú; pero no habiendo el Autor conocido á este adulto, y siendo cachorro el Tatúeté que describe, no debemos hacer mucho caso de tal comparacion. Le cuenta 8 anillos en la cola; lo que á nada conduce, porque son mas y ménos, y cosa general tener tales anillos, y ser bien dificiles de contar. Le da precisamente 8 faxas, quando en la especie los hay de 6, 7, 8 y 9. Le pinta sobre el cuerpo de color gris de fer: en los costados, faldas y cola, gris blanco con manchas gris de fer, y la piel baxo del cuerpo blanquizca. Añade Marcgrave, que los cascarones están sembrados de manchas blancas, eminentes, y de magnitud lenticular: que todo acomoda al Negro.

Mi Autor le repite1 baxo el nombre

1 Tom. XXI. pág. 48.

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de Cacbicamo tomado de Gumilla, quien dice llamar los Españoles Armadillo al animal que los Indios conocen por Cachicamo, por Atuco, y por Chedecbucba, &c.

Dice mi Autor con razon que es el Armadillo ó Ayotochtli de Nieremberg, el de Grew, y el de Wormius, quien le indica diciendo: reliquum dorsi 9 ambitus circulis.

Tambien dice ser el Armadillo del Nuevo viage á las Islas de América, y le creo baxo su palabra, y porque le conviene el clima.

Igualmente es sin duda el Tatú ó Armadillo americanus de Seba; pues le da diez faxas, que como dice Buffon se deben reducir á 8 ó 9 por las razones indicadas.

Lo mismo digo de Klein, que le copia en su Tatú porcinus, Tatu simpliciter. Poraellus cataphractus. Armadillo communiter; pero ninguno de estos nombres le toca en propiedad, siendo muy impropios los que huelen á puerco.

Las indicaciones de Lineo: Erinaceus loricatus, cingulis 9, manibus tetradactylis; y Dasypus cingulis 9, pedes 3 — 5: pertenecen al Negro, aunque erradas en quanto le dan 3 dedos donde hay 4.

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La otra indicacion del mismo: novem cinctus. Dasypus cingulis 9 palmis tetradactylis, plantis pentadactylis, es: igualmente del Negro. Pregunta Lineo en seguida, si es ó no la propia especie que el Tatúeté. Respondo que sí. A lo mismo inclina Buffon, despues de haber sostenido tanto la fixeza del número de faxas; pero no se resuelve por la afirmativa, y le describe como diverso separadamente.

Ultimamente pertenece al negro la frase de Brisson: cataphractus scutis 2 cingulis 9. Armadillo Guyanensis.

Mi Naturalista dice que tiene el Cachicamo una faxa mas que el Tatúeté; pero que en todo el resto son absolutamente idénticos, y presume que los de ménos faxas son machos, y los otros hembras de la misma especie. En esto no hay otro yerro que el de figurarse tal difererncia sexûal.

Wormius da al Cachicamo 5 pulgadas de la punta del hocico á las orejas; de éstas al orígen de la cola 18, y á ésta 12. Sobre esto advierto primero que son medidas inglesas: segundo, que necesariamente las 18 pulgadas incluyen todo ménos la

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cola; y tercero, que esta estaba tronchada. Con estas correcciones tendrá el de Wormius las medidas de un Negro adulto.

Grew señala á la cabeza 3, al cuerpo 7½, y á la cola 11. Aquí debo notar que las 7½ incluyen, no solo media pulgada de cuello, sino tambien la cabeza, por corresponder así á una cabeza de 3 pulgadas: y que la de la cola está errada, debiendo ser 92½. No se puede pensar que estos ingleses hablen de la Mnlita, porque ésta nunca llega á tales medidas; por consiguiente las primeras son de un Negro adulto, y las últimas de cachorro. Lo mismo convencen las 9 faxas que no pueden aplicarse á otro.

Daubenton describe un cachorro de 10½ pulgadas sin la cola, y ésta de 9⅔, que es 8 líneas mas larga á proporcion que la del mio, viniendo esto de que la midió, como dice, desde el orificio, y yo desde lo anterior del primer anillo.

La estampa 37 le adelgaza algo el hocico y cuello: le acorta y ensancha las orejas: le marca mucho los anillos de la cola, prolongándosela demasiado; y no le figura bien los cascarones, ni sus contornos y escamas.

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Laborde1 dice hay en Guyana un Tatú negro del peso de 18 á 20 libras: clue pare 8 ó 10 hijos en cuevas muy profundas, continuándolas escarbando quando le quieren coger: que no anda sino de noche: que come lombrices y hormigas; y que su carne es buena. No sé qye este Médico haya jamas hablado con la verdad que ahora para caracterizar á mi Negro; de modo, que solo le puedo notar que ignoró el número de hijos, y que tengo por falso profundice la cueva quando se la deshacen. Buffon se figura que esta Tatú de Laborde es su Kabasú, pero se equivoca mucho.

En seguida nos dá la estampa 25 de un Tatú de cola muy larga, y con 9 faxas; que son señas inequivocables de Tatú negro. Pero seria muy pequeño quando pesaba 7 libras; pues los adultos se han de acercar á 18. La tal estampa señala malísimamente las escamas de todas partes, sobre todo de la cola, que le prolonga con exceso, y en fin es mala.

1 Suplemento tom. VI. pág. 140.

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NÚM. LVIII.

DE LA MULITA.

Los Güaranís le llaman Tatú-mburicá (Tatú mula), aludiendo á que sus orejas son grandes, derechas y paralelas como en la Mula. Por la misma razon estos españoles le dan el nombre que conservo, aunque impropio, porque por él le conocen todos.

Longitud 17⅙ pulgadas: cola 6¼, con 3½ de ruedo en la raiz. He puesto todo mi cuidado en comparar el Tatú negro con la Mulita, sin poder encontrar mas diferencia que la de tener ésta la cola mucho mas corta, y la magnitud excesivamente menor. Tambien sus piernas son mas breves: tiene ménos pelos baxo del cuerpo, y sus faxas movibles están mas separadas, y nunca son sino 7 ó 6, aunque los hijos en el vientre solo tiene 5. He advertido igualmente, que las escamas de la Mulita conservan mas su barniz; y por lo demas, nunca he encontrado Mulitas al Norte de los 26½ grados, desde donde se extiende

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hasta mas allá de los 36, y aun creo por la costa Patagónica; de manera, que puede decirse que termina el Tatú negro su domicilio donde principia el de la Mulita. Esta es comida regalada y abundante, que se vende en las plazas, y se consumen muchas en las casas campestres, prefiriéndolas á la carne de Vaca. Las pillan con facilidad porque caminan de dia (es otra diferencia con el Negro), y en poniéndoseles delante se detienen y dexan coger con la mano: aun quando se metan en la cueva, y ésta sea torcida, la deshacen con facilidad, por no profundizar sino como una vara. Prepara la madre á los hijos dentro de la cueva un lecho de paja, que recoge con las manos, y la lleva arrastrando caminando para atras. El P. M. Fr. Isidro Guerra, sugeto de toda fe, hizo una cueva de ladrillos á una Mulita que pilló preñada, y parió en ella 9 cachorros. Observó que les daba de mamar, y que quando se cansaba de esto, se metia debaxo de la mucha paja sobre que estaban los hijos; pero que quando salia á comer, ponia especial cuidado en cerrar la puerta con la misma paja, y esperaba un poco observan-

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do si intentaban salir los cachorros; en cuyo caso reforzaba la cerradura. Nunca quiso comer pan, y la mantenia con carne cruda y cocida; pero lo que mas le gustaba eran las lombrices. Pare una sola vez, lo ménos 7, y á veces 11 cachorros por octubre, todos machos ó todos hembras, segun es voz general, que he comprobado en algunas; llenándome de admiracion la extrañeza de esta circunstancia, que merece la pena de observarse si acaso la madre que parió una vez machos ó hembras, pare lo mismo toda la vida. Por el mismo tiempo del parto de la Mulita abrí seis hembras de la especie anterior, y ninguna estaba preñada.

NÚM. LIX.

DEL PICHIÝ.

Así le llaman donde exîste, que es desde Buenos Ayres ó poco mas allá hasta los 42 grados á lo ménos. Su carne es excelente: excava madrigueras, y sale de ellas con el dia. He tenido 9 individuos que me

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enviáron Don Nicolas de la Quintana de las Pampas de Buenos Ayres, y Don Joaquin Maestre del Rio Negro. Todos estaban vivos, y los mantuve bastantes dias con agua y carne cruda, pasta que los regalé al Virey Don Pedro Melo de Portugal, quien los envió á España, parte vivos, y parte disecados. Se parece al Peludo mas que á otro en lo fornido y ancho de falda y de cabeza, en lo grande del miembro, en el número de dedos, y en la totalidad; pero tiene mucho menor tamaño, ménos pelos y mas cortos, la cabeza mas breve y estrecha, ménos áspera y ménos plana. El juego que el cascaron de la frente permite á la oreja no forma punta aguda como en el Peludo; y la cola es mas larga, ménos escabrosa, y con mas anillos. La hilera de conchas sobre el cuello es mas larga y reparable, con otras diferencias que hará ver la descripcion.

Longitud 14½ pulgadas: cola 4½. Desde la punta del hocico á lo mas alto del cascaron de la frente 2⅔, y la mayor travesía de 2 entre las sienes. El cascaron de la frente bastante plano, y su mosaico muy fuerte é irregular coronado de una hilera

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de conchas. La oreja aguda, y se eleva 4 líneas en la parte superior. El ojo mas oculto que los demas, y el párpado inferior se compone de conchitas. El cuello no puede ser mas breve, y sobre él, cerca del cascaron de la espalda, hay una hilera de conchitas, la mas larga de 2 líneas. El cascaron de la espalda casi tiene dos pulgadas en lo alto. Las faxas movibles 7 en unos, y en otros 6. El cascaron de la grupa se compone de hileras al través, y cada una de éstas de piezas compuestas cada una de muchas piedrezuelas irregulares. La franja de este cascaron tiene puntas á manera de dientes agudos, segun dixe del Peludo; y las mismas, aun mayores, se ven en las faldas ó extremos de las faxas movibles. Estas son de piezas quadrilongas, y cada una tiene en medio á lo largo una tira, y otras dos paralelas resquebrajadas, una en cada lado. Lo mismo es la borda anterior del cascaron de la grupa, y la posterior del de la espalda, que en lo demas tiene las piezas como la grupa; y ámbos, y las faxas, con bastantes cerdas largas como en el Poyú. Todo lo dicho es obscuro con los intersticios blanquizcos; y la piel baxo del

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cuerpo, &c. como en el Peludo. Detras hay 5 dedos: el exterior y el interno, nacen de un paralelo, aunque éste es mas largo y grueso. El inmediato á aquel nace mas adelante; y casi lo mismo los restantes, aunque dos líneas mas largos y mas gruesos, con las uñas de 5. La mano tiene los mismos dedos, casi con la propia disposicion; pero las uñas son como en todos, y notablemente mas largas, la mayor de 9 líneas. Solo una teta en cada músculo pectoral. El ángulo anterior de la vulva muy agudo, y sobresale 6 líneas. La verge del macho, cónica y muerta, de 27 líneas de longitud.

NÚM. LX.

DEL MATÁCO.

Por este nombre le conocen donde habita, que no es en el Paragüay, sino desde los 36 grados hácia el Sur: tambien aseguran le hay en Tucumán. A1gunos, le llaman Bolita, por ser el único entre los Tatús que quando teme ó le quieren coger ocul-

TOM. II. X

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to la cabeza, la cola y 4 pies, formando de todo el cuerpo una esfera, que suelen hacer rodar por diversion, y no se deshace sino con mucha fuerza; pero le matan dándole un golpe fuerte contra el suelo. No he visto sino uno, que me regaláron, tan débit y enfermo, que murió al otro dia. Siempre estuvo en postura muy encogida y casi esférica: caminaba con mucha torpeza sin extender el cuerpo, sin separar casi nada los pies de las manos, y sin tocar de éstas en el suelo otra cosa que las puntas de las dos uñas mayores, poniéndolas verticalmente, y llevando la cola casi tocando al suelo. Tiene las manos y pies muy notablemente mas débiles que todos, y las uñas poco á propósito para escarvar; de manera, que dudo haga madrigueras, y si es que entra en ellas, será en las fabricadas por otros. He preguntado sobre esto, y nadie me da otra razon, sino que siempre le encuentran en el campo.

No es posible extender su cuerpo, como lo practiqué con los precedentes, para medirlos; y las medidas que voy á referir se tomáron estando el animal muerto y naturalmente encogido; de modo, que las

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bordas de las faxas movibles se tocaban entre sí y á las de los cascarones. De la punta del hocico á la de la cola, midiendo con un hilo por encima del lomo, 17 pulgadas. Cola 2⅔: no es redonda ó cónica como en los anteriores, sino en la punta, porque en la raiz es plana; y sus conchas encima tampoco son como en los descritos, sino á manera de granos gruesos que sobresalen mucho. La cabeza de 3 pulgadas, ancha donde mas 1¼. El cascaron de la frente plano, mas fuerte que el de los anteriores, y compuesto de piezas ásperas y confusas. Las orejas, aunque de una pulgada, no llegan á igualar el coronamento del cascaron de la frente que sobresale notablemente á la cabeza, sucediendo lo mismo en los costados hasta la oreja. El de la espalda tiene 2½ pulgadas en lo alto, y forma una punta notable en cada costado, con que cubre no solo el ojo, sino igualmente gran parte de la cabeza. Las faxas movibles son 3, anchas cada una 8 líneas en el lomo, pero estrechan notablemente hácia los costados. El cascaron de la grupa ocupa en lo alto 6 pulgadas, y el juego que dexa á la cola no es para-

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bólico ó corvo como en los otros, sino quadrilongo. Las piezas de los cascarones y faxas son irregulares, escabrosas, y compuestas cada una de multitud de piedrezuelas irregulares. El color de todo lo dicho es aplomodo obscuro lustroso ó bruñido, con la piel blanquizca entre las faxas. La de las partes inferiores es negrizca, y en ells apénas se notan algunos tubé, rculos escamosos con pocas cerdas; pero estas abundan, y son muy largas en lo exterior de las quatro piernas, y en los costados donde, unen las faxas movibles. Aquí se notan los músculos que atraen los cascarones para formar la bola. Las piernas, mucho, mas delgadas que en todos, y las manos y pies carecen de escamas, aunque tienen raros tubérculos escamosos. No se conocen dedos detras, sino cinco uñas inútiles para escarvar: la interna y exterior salen á la par, y las restantes de otro paralelo, siendo notablemente menor la inmediata á la externa, y la mas larga de 4 líneas. En la mano hay 4: la exterior de 6 líneas, la interna mas corta, naciendo ámbas de un paralelo. El dedo inmediato, al externo sale 3 líneas delante de la raiz de la uña

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exterior, y la suya es desproporcionada, pues es larga 14 líneas, ancha 5 en la raiz; y de la figura que en todos. El dedo inmediato se extiende hasta la mitad de la uña grande, á quien iguala con la punta de la suya. La vulva sin particularidad, y hay una teta en cada músculo pectoral. Acaban de traerme disecado un macho de los mismos colores y medidas: su verga de 4½ pulgadas, con 6 líneas de mayor diámetro.

Buffon1 no le ha visto, y critica con razon á Seba y á Brisson, porque le suponen de la India Oriental. Le llama Apar, derivándolo de Tatúapará, que segun Marcgrave le dan en el Brasil. Pero como no lo he encontrado en et Paragüay, tengo fundado motivo de persuadirme que tampoco exîste donde le supone Marcgrave; quien le describe probablemente por informes, ó por algun despojo que veria, llevado del Sur, con algunas conchas sin barniz, que manifestaban el hueso, y por eso le llamarian Tatúapará, que debe ser Tatúpará, y significa Tatú con manchas blancas sobre fondo obscuro.

1 Tom. XXI. pág. 35.

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Noto en la description que nos da, que no habla con propiedad figurándole la cabeza casi piramidal, la oreja corta y arredondeada, y diciendo que lo superior de la cabeza está cubierto del cascaron de una sola pieza; pues la cabeza es extraña, de igual grueso en la mitad superior, con un encaxe ó estuche en cada lado para la oreja, que está naturalmente doblada; y el tal cascaron es de muchas piezas. Tambien yerra contándole en todas partes cinco dedos, como Seba en darle 4; porque son 5 en el pie, 4 en la mano; por consiguiente habla mal de las uñas. El de Marcgrave no sería adulto, quando solo tenia 2 pulgadas de cola y 12 de cuerpo. Compone los cascarones de la espalda y grupa de piezas pentágonas dispuestas elegantemente, y las de las faxas de conchas quadradas ó quadrilongas, y cada pieza de escamas pequeñas lenticulares blancas amarillentas. Esto acredita que vió un despojo descascarado con el color de hueso; pues el Matáco es todo obscuro, y cada pieza de los cascarones y faxas compuesta de otras muchas.

Por lo demas no admiro que Fabio Co-

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lumna le dé quatro faxas, contando por una la borda de alguno de los cascarones; sino que Lineo y Brisson hayan hecho especie diferente al de Fabio.

Segun Buffon, el Matáco es el Armadillo ó Tatú genus alterum de Clusius; el Tatú ó Armadillo de Pison; el Tatúapará armadilli tertia species Marcgravii de Ray; el Tatú seu armadillo orientalis lorica ossea toto corpore tectus; el Tatus Gesneri de Barrere; el Dasypus cingulis tribus de Lineo; y el Cataphractus scutis duobus cingulis 3. Armadillo orientalis de Brisson; pero se equivocan éste y Seba en hacerle oriental, y ninguno le da nombre propio.

CARACTÉRES GENERALES

DE LOS MICOS.

He descrito tres especies en el Paragüay, y otra del Brasil, donde creo exîsten 1as quatro. No me detendré á explicar sus caractéres generales, porque son muy conocidos.

Diré únicamente aquí que Buffon1 di-

1 Tom. XXX. pág. 1.

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vide los Micos americanos en dos familias con los nombres de Sapajús y Sagoins, derivándolos de Cayuasú y Cagui que les dan en el Brasil, y que supone se deben pronunciar Sajuasu y Sagui. En primer lugar los tales nombres deben ser Caígüazú y Caí. Segundo, no se pronuncian como cree, sino como se escriben. Y tercero, significando Caí grande y Caí, no me parecen adeqüados para que se apliquen á dos familias que se suponen diversas. De ámbas refiere tener cola: que carecen de callo en las asentaderas, y de bolsas en los carrillos; y que las ventanas de la respiracion están muy apartadas y abiertas al costado de la nariz. Todo se verifica en mis Micos, ménos lo último; porque el Miriquiná tiene respiraderos abiertos en lo inferior como yo. Para separar los Sapajus de los Sagèíns, dice que aquellos tienen cola mas larga y agarrante; pero como yo conozco tan pocas especies, y considero poco fundada la division del Autor, describiré mis quatro especies considerándolas de una familia.

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NÚM. LXI.

DEL CARAYÁ.

Es muy conocido de los Güaranís por este nombre, que se deriva de Caayá (Xefe del Bosque); y le conviene, no solo por ser el mayor de los Micos, sino igualmente por abundar en los bosques mas altos y espesos, pareciéndome, por lo que he visto, que prefiere los inmediatos á aguadas. No creo pase al Sur de los 31 grados. Es muy serio, triste, torpe y pesado: vive en familias de 4 á 10, y todos convienen en que cada macho conduce á 3 ó 4 hembras, y que si la quadrilla es de 8 á 10 (es lo sumo) hay 3 machos. Esta observacion, que. he practicado muchas veces, se funda en que los machos son negros, las hembras no; pero como el amigo Noséda asegura que los machos no adultos tienen librea de hembra, es de creer que en cada familia hay mas machos de lo que parece. Como quiera, he visto que cada quadrilla se dirige por un macho, quien

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se situa siempre en lugar mas elevado, manteniéndose los demas en la inmediacion hasta que marcha el Xefe y le siguen todos, pasando con pausa de rama á rama y de un árbol á otro sin saltar; de modo, que no habiendo embarazos en el piso, se logra fácilmente situarse debaxo de ellos; en cuyo caso suelen ensuciarse, quizás de miedo, aunque algunos lo atribuyen á malicia. Otros aseguran que lo hacen en la mano, y lo arrojan al que les persigue; pero nunca he notado tal cosa. Saben ocultarse con los troncos y ramas quando temen; y si no quedan repentinamente muertos del tiro (sucede rara vez), se acomodan donde aun despues de fallecer no puedan caer al suelo. Así se pierde la mayor parte de los tiros, á no ser que se suba al árbol, que no es fácil, porque prefieren los altísimos situándose muy arriba. Afirman algunos haberles visto tomar hojas, mascarlas y aplicarlas á las heridas; pero en los que he muerto y estropeado no he notado tal cosa. Por las madrugadas y tardes principalmente, se oye de una milla su voz fuerte, triste, ronca, insufrible é inexplicable, sin que yo pueda asegurar si

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es solo del xefe ó de toda la familia, aunque me inclino á esto, sin dudar que la forman ó aumentan con la grande nuez que tienen en la garganta. Como quiera, cesan sus gritos luego que perciben la proxîmidad de alguno. No sé si por su voz ó por su fealdad y torpeza, nadie los domestica, aunque me dicen haberlo hecho alguna vez. Produce un hijo por julio, que se agarra con los brazos al cuello de la madre, cabalgando sobre ella, que le lleva á todas partes. Hallándome en un bosque encontré una quadrilla, y mis gentes comenzáron á gritar quanto podian diciendo sin cesar bá! hijo de puta; con lo que una madre tomó á su cachorro y le arrojó al suelo. Pregunté con este motivo, y me aseguráron que la hembra habia arrojado al hijo por el significado de lo que le decian, y que no lo habria hecho gritándola otra cosa. El mismo cuento aplican al Mico siguiente; pero es indudable que las madres arrojan á sus hijos por huir sin embarazo, y porque se aturden con los gritos; pues es mucha tontera pensar que entienden el significado de nuestras palabras. Subsisten de frutas, cogollos, insectos, y aun de la

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miel de las abejas del bosque. Dicen que baxa alguna vez á robar mazorcas de maiz; pero no lo he visto. Carece de callo en las asentaderas; y los bárbaros y Portugueses apetecen mucho su came, que ningun Español come. Describiré un macho adulto.

Longitud 42½ pulgadas: la mitad son cola. Esta es gruesa, pelada por debaxo en un palmo de la punta, y tan nerviosa, que no se puede desenvolver la espiral de su extremo aun despues de muerto. Se afianza con ella, y á veces queda colgado despues de muerto. Altura delante 19, detras 17½. La cara quadrilonga: la frente muy caizada de pelo: la nariz apénas se conoce entre los ojos, que son negros: los respiraderos grandes, elípticos y muy apartados: la oreja pequeña, redonda y situada algo alta. Tiene una barba obtusa de pelos de 3 pulgadas y abundante, que le da un aspecto feo. La nuez de la garganta carece de pelo, es piramidal, de base quadrada y ancha, cuyo exe ó altura es de 1⅔ pulgadas. El cuello corto y grueso: el cuerpo abultado y barrigon. La mano con cinco dedos: el que por su situacion es pulgar, no lo parece, por nacer del paralelo que

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los otros, y por tener la misma direccion, siendo el mas débil. Tambien hay cinco en el pie; pero el interno con forma y separacion de pulgar: y todas las uñas negras. Arriba quatro incisivos, ademas del colmillo en cada lado, sucediendo lo mismo abaxo. El escroto y su poco vello muy rubios ó blondos, y los testículos poco menores que huevos de Paloma. Entre ellos se ve la funda de la verga, que parece ser parte del escroto. Todo su vestido negro profundo, ménos el del vientre y pecho que son rubios obscuros, pero la piel en todas partes es negra. Su pelo es lustroso, poco áspero, algo crespo, no aplanchado, largo mas de 2 pulgadas, y muy tupido, ménos en las partes inferiores que son lampiñas.

La hembra es 3 pulgadas mas corta, y las demas medidas á proporcion. Aunque su barba sea abundante, no se prolonga tanto, y la nuez de la garganta no abulta la mitad que en el macho. La vulva no ofrece otra particularidad, que ser blanquizca. El pelo es mas delgado, poco mas corto, y pardusco, ó bayo obscuro; pero con la piel negra, que se manifiesta en todo lo infe-

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rior, en la cara, cejas, pestañas y orejas, que tambien carecen de pelo. Me asegura el amigo Noséda que los machos usan librea de hembras hasta ser adultos. He visto un individuo albino: esto es, totalmente de color blanco amarillazo.

Buffon1 le llama Variná y Aluatá, que presumo se deriven, ó mas bien que son corrupcion de Carayá. No ha visto sino despojos del último, y un Embrion disecado; por cuyo motivo le describe por noticias agenas. Asegura que le llaman Variná en el Orinoco: que dice Abbeville es enteramente negro y del tamaño de su Perro grande: y que grita tan fuertemente, que puede oirse casi de una legua. Esta indicacion es de un Carayá macho, aunque exâgera mucho la estatura, y no conoceria la hembra, pues no la distingue.

Marcgrave le llama Guaribá brasiliensis, que presumo es corrupcion de Carayá. Hace de su voz y zaloma una relacion, que no debe apreciarse; porque no incluye verdad. Dice sin embargo, que la presenció muchas veces; y no le creo, pues de haberla presenciado, habria distinguido

1 Tom. XXX. pág. 7.

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los sexôs. En lo demas describe bien al macho, ménos en darle cara ancha, quando es quadrilonga; y en hacerle indomesticatale, indómito y malvado. Tambien le viste todo de negro, con los quatro pies y parte de la cola pardos: lo que podrá venir de que no sería completamente adulto. Tambien le indica Brisson en su Cercopithecus niger pedibus fuscis: aunque repito lo dicho de los pies.

Lineo le llama Panicus, y le critica Buffon, no solo de indicarle mal, sino igualmente de confundirle con el Coaitá., Pero aunque no afirmo con seguridad que el Carayá sea Coaitá, lo cierto es que el nombre de Panicus indica muy bien el terror que puede imponer su zaloma.

Mi Autor tomó el nombre de Aluatá de Cayena: Gumilla le llama Arabatá; y presumo que ámbos se derivan de Carayá. Gumilla le tiñe de amarillo, en mi juicio porque veria algun albino.

Barrere indica bien la hembra y al macho jóven en su frase: Cercopithecus barbatus maximus ferrugineus stentorosus Aluatá. Lo mismo digo de Brisson en su Cercopithecus barbatus saturate spadiceus.

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Tambien son Carayás los Micos que segun Gentil1, hacen un ruido tan extrño que espanta á los no acostumbrados en la Isla de San Gregorio baxo del Trópico: pero exâgera mucho la zaloma, comparándola con el ruido de las montañas que sederrocan. Tambien pondera el tamaño, igualándolo á una Ternera. Sin duda no le vió, y por eso yerra tambien haciéndole muy arisco.

Imitan en parte la tal ponderacion Mrs. de la Condamine y Binet2, haciéndole tan grande como un Perro lebrel; y el tal Binet no le vió, quando le da color roxo de Vaca: ni le oyó, quando compara su zaloma á la de una piara de Cochinillos que riñen.

Oexmelin dice cosas del Carayá en el Cabo Gracias á Dios, que sin embargo de afirmar las ha visto, no puedo creerlas.

Refiere que los Carayás se juntaban al acercarse, poniéndose á gritar, á hacer un ruido espantoso, á quebrar ramas secas que le tiraban, y á ensuciarse en las patas para arrojárselo á la cabeza: pero los Carayás

1 Tom. XXX. pág. 10. c. (*)

2 Ibid. pág. 11. c. (*)

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andan siempre juntos en familia, cesan la zaloma al momento que alguno se les acerca, no quiebran ramas ni tiran nada, ni saltan con prontitud de un arbol á otro come supone, ni se dexan caer como cuerpos abandonados de rama á rama, ni se ayudan para pasar arroyos ó de un arbol á otro.

Dampiere1 vió en Campeche á un Carayá macho, pues le hace de los mas feos del mundo: mucho mayor que la Liebre: dándole piel y pelos negros: ésta áspero, largo y crespo: y cola agrarante pelada debaxo en la punta, bien que habla de memoria, quando se la dilata cerca de 30 pulgadas. Nos da del Carayá una prolixa relacion, que dice observó: sin embargo no me detendré á copiarla, porque toda es falsa, ménos el que procura orinarse y ensuciarse sobre el que le persigue; y el que no es fácil haberle muerto, por quedarse agarrado por la cola y patas. Pero en realidad aun esto no es como suena, porque se ensucia de miedo, y muerto no se agarra con las patas, sino con la cola si hubiera visto en el bosque las tropas que dice, no aseguraria eran de veinte á treinta,

1 Tom. XXX. pág. 16. c. star

TOM. II. Z

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y habria notado las diferencias sexûales, que ignoró, pues no las menciona. Vamos ahora al texto de Buffon.

Este caracteriza bien al Variná, aunque erradamente le da tamaño de un Perro lebrel. Del Aluatá dice no tener barba bien marcada, y se equivoca: y que es de color roxo pardo, que no desdice del de mi hembra: pero yerra figurándose que el Variná y Aluatá son dos especies, ó variedades una de otra; pues son en mi juicio macho y hembra

Daubenton describe únicamente al Aluatá, tomando por exemplar á un recien nacido, que necesariamente tendria alteradas las formas, por eso, y con la preparacion: así no es de admirar que le dé estas medidas: longitud 5 pulgadas y 4 ó 5 líneas sin la cola, y á ésta 7¾. No hago caso de lo que refiere de las formas, pues él mismo confiesa esta ban alteradas.

Mi Naturalista1 describe al Coaitá. del qual vió el macho y hembra demésticos, y le caracteriza el mayor despues del Carayá; pero como no conoció bien á ésta, segun acabamos de ver, de poco sirve esta

1 Tom. XXX. pág. 12.

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comparacion. Continúa: que el Coaytá tiene piel negra y poco pelo baxo del cuerpo, aunque en el resto es erizado y negro: que las orejas son desnudas, parecidas á las del hombre: que los respiraderos están apartados en los costados de la nariz: que carece de peladuras en la asentadera: que la cola es agarrante: que vive en sociedades: y que pare uno, y á lo mas dos hijos en América. Todo eso, y la semejanza del nombre, indican que trata del Carayá, á quien tampoco repugna el domesticarse. Pero como asegura, que ámbos sexôs son totalmente negros, sin excluir el vientre: que carecen de barba, de nuez, y de pulgar en la mono, donde le pone quatro dedos: que la cara es baza, y la razon de las medidas es muy diferente, pues Daubenton le da 40½ pulgadas: cola 24, concordando Buffon en lo mismo; y nada de esto puede aplicarse al Carayá: es preciso creer que son diversos. Pero como pudo muy bien Daubenton equivocar algo la medida de la cola, y Buffon el sexô, siempre queda alguna ligera duda de que el tal Coaytá puede muy bien ser un Carayá macho.

Z 2

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Dice en la nomenclatura que el nombre puede venir de Caytayá que dan en el Brasil á otro Mico Y yo no dudo que éste es Carayá, ni que de su nombre se han deducido los de Coaytá y Caytayá; que se pronuncian como están escritos, y no Saytayá como quiere el Autor.

Tambien se figura es Coaytá el Cercopithecus major niger faciem bumanam referens. Quoata de Barrere: pero para mi no hay duda en que es un Carayá macho.

Del mismo creo trata Abbeville, diciendo hay en la Isla del Marañon otros Micos llamados Cayou, con barbas de quatro dedos, y vestidos de negro. Pero el tal nombre creo deba ser Caigüazú, y no Sajou como quiere Buffon. Ademas exâgera Abbeville, dando á algunos barba de 6 pulgadas, y se equivoca no diferenciando los sexôs en el color.

Procura mi Naturalista persuadir que el Coaytá es simple variedad respeto al Exquimá de Marcgrave, y á la Diana de Lineo: pero no conociendo á estos animales, diré únicamente, que Buffon respeta aquí poco las diferencias en formas y colores.

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Igualmente se figura variedades del Coaytá las tropas de Micos en el Istmo de Panamá, que Dampiere dice son unos blancos, y la mayor parte negros; pero presumo que los negros son machos Carayás, y que los blancos son albinos de esta especie ó de la siguiente, pues de ámbas los he visto. Añade Dampiere que unos tienen barbas, y seguramente son Carayás; y que otros no, y creo sean Cays; pues á estos únicamente, y no al Carayá, pertenece todo el resto de su relacion.

Ademas de las mencionadas, que cree variedades del Coaytá, cuenta Buffon por otra al individuo descrito por Bisson, que tenia el pelo de las partes inferiores blanquizco: lo que podria de algun modo aplicarse al Carayá, si no añadiese que carece de pulgar: pero quién sabe si quiso decir con esto, que el que debia serlo no tiene la figura de tal, como sucede al Carayá.

Otra variedad, dice, es el Mico araña, de quien Edwards da dos individuos, uno negro y otro pardo; pero es claro que estos son macho y hembra Carayás.

La última variedad que menciona del Coaytá es el Mico llamado Cbamek en el

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Perú: que seguramente no es Carayá, si es verdad que tiene 13 pulgadas sin la cola, y ésta 22. Dice que de todas las referidas variedades le han contado que pescan con la cola; pero éste es un grave error, no obstante de que se le haga creible, sin mas motivo que haber visto una vez al Coaytá atraer con la cola á una Ardilla que vivia con él. Tambien cree lo que yo no, y es que se enganchan unos á otros, bamboleándose para pasar arroyos.

NÚM. LXII.

DEL CAÝ.

Por este nombre le conocen en el Paragüay donde exîste, sin que yo sepa que pase los 30 grados. Me parece mas escaso que el anterior. Vive á pares y en quadrillas, corriendo con mucha ligereza y prontitud los árboles, saltando de unos á otros, de modo que no es fácil alcanzarle. Atravesando un bosque por una sendita, se colocó un Caý macho en una rama que la atravesaba; y hizo tantos gestos y adema-

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nes de saltarme encima, que temí lo hiciese, y le amenacé con el latigo, sin que esto bastase para hacerle huir; y como por lo comun se escapan muy anticipadamente, creí que el tal estaria zeloso. Pare por noviembre un hijo, que la madre lleva á cuestas, y le crian en las casas quando le pueden coger; porque es muy vivo, advertido, agil y tan inquieto, que no cesa de moverse; pero es preciso atarle, porque enreda mucho, y todo lo rasga y revuelve. Es sin embargo incómodo por su voz freqüente, que á veces remeda una risa muy aguda, y otras es un bu bu bu triste, fuerte y lamentable; para lo qual frunce mucho los labios, el entrecexo y cara, y forma notables anillos con la piel al rededor de los ojos. Ademas quando le molestan ó contradicen da unos ahullidos verdaderamente insufribles. No hace cosa contra su voluntad, ni fiestas á gente desconocida: al contrario manifiesta que la aborrece, y amenaza si entiende que le temen, y de no se separa lo que puede, porque es muy tímido y cobarde. Camina en quatro pies: come quanto le dan sin perdonar sus excrementos quando el hambre le apura; pero

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en libertad vive de lo que da el bosque, y del maiz que puede robar en las Quintas. Le crian algunas veces desde chiquito atado á un Perro que le conduce donde va, y duermen juntos, porque nunca los desatan: y es diversion ver al Caý siempre á caballo, sin baxar sino quando tiene necesidad. Se vale de los medios mas ingeniosos para detener y dirigir al Perro adonde le acomoda; y si el Perro no es capon y se empeña en reñir con otros, procura el Caý evitar la pendencia, y si no puede, ayuda al Perro con tal precaucion que sale siempre ileso. Describiré un macho adulto, advirtiendo que la hembra no difiere sino en ser 2½ pulgadas mas corta.

Longitud 36 pulgadas. Cola 19. Altura delante 13¾, y detras 15¾. La cola es fuerte, nerviosa, copuda y algo enroscada para abaxo en la punta, porque se afianza con ella. La cabeza no larga: el ojo poco apartado del otro, y el iris acanelado: la frente casi nula, porque el pelo llega á las cexas: la cara pequeña, chata, casi redonda, y tan vellosa, que apénas quedan la nariz, el contorno del ojo, la cexa y pestaña sin pelo con piel obscura. Aunque está bien

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marcada la nariz s entre los ojos, es algo hundida en la medianía, elevándose en los extremos. Los conductos del resuello están en los costados apartados 6 líneas. No se ve la oreja por delante por ocultarla el pelo, que tambien tiene dentro; y es redonda, alta 21 líneas desde lo mas inferior que está en el horizonte de los ojos. Arriba y abaxo quatro incisivos, y dos colmillos muy gruesos largos 7 líneas, aunque están gastados, y la mandibula inferior excede algo. En todas partes cinco dedos casi de la misma figura y forma que los de mi mano, aunque el pulgar delante ménos separado, y no mas grueso que los otros. El escroto es tan encogido, que casi le ocultan su propio vello y el de al rededor. Los testículos largos 12 líneas, gruesos 7: el miembro muerto tiene 9 con 2½ de diámetro, está suelto y termina en un hongo muy notable. Dicen algunos que la especie carece de hembras pero este error viene de que un poco delante de la vulva hay un miembro muy notable y aparente, que aunque menor que la verga del macho y sin hongo, tiene freqüentes erecciones, Ademas no se percibe la vulva sin registro inmediato. Hay

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una teta sobre cada músculo pectoral.

Sobre la cabeza hasta el cogote es de un negro que hace punta aguda en el entrecejo, y baxando con una tirita de lo alto de la oreja, pasa delante de ésta á lo inferior de la quixada. El pelo de la frente, sienes y cara, es de un blanquizco que se introduce por una punta sobre la sien hácia lo alto de la oreja, que tambien es blanquizca, como baxo de la cabeza y la garganta. Igualmente es blanquizco el pelo sobre manos y pies; y desde allí al codo obscuro, como los tobillos y algo mas. La cola encima obscura; y todo el resto del Caý bayo obscuro, mas claro en los costados y en lo superior de las quatro piernas, y algo acanelado en las nalgas, vientre, interior de las piernas, y en lo inferior de la cola. El pelo medianamente suave y sentado, largo en el lomo 2 pulgadas, tupido, y el de sobre la frente siempre derecho ó vertical en los costados; lo que le da fisonomía algo cornuda. En la hembra lo blanquizco de la cara es mas claro: lo obscuro de la cola y quatro piernas se extiende mas: el vientre mas acanelado, y lo bayo mas obscuro. He visto dos

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albinos: esto es de poca vista, ojo rubicundo, temperamento delicado, piel blanquizca, y todo el pelo blanco amarillazo. Al gunos aseguran que hay dos especies, llamándolas Caygüazú (Caí grande) y Caimirí (Cai chico). El descrito es un Caygüazú, que comparé con dos de los que llaman Caimirí; y como no encontré diferencia en formas, procedimientos y voz, ni otra en los colores que ser los del Caimirí mas bayos ó amarillazos, y afianzarse poco con la cola; no dudo que los grandes son padres de los chicos, que como mas débiles no tienen en la cola la fuerza que los adultos.

En la crítica del precedente adventí que los Micos de Dampiere en el Istmo de Panamá, que carecian de barbas, no eran Coaytás ó Carayás como pensaba Buffon, sino Caýs; pues á estos pertenece privativamente la relacion de Dampier.

Mi Naturalista1 le llama Sajú, componiendo este nombre de Cayuasú, que dice le dan en Marañon, y que debe pronunciarse Sajuasú. Pero no hay tal pronunciacion, y será el nombre Caygüazú, como dicen aquí.

1 Tom. XXX. pág. 51.

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Me parece que de él trata Abbeville, dándole dicho nombre, y diciendo que le llevan comunmente á otros paises.

Tambien tengo por Caý al Cercopithecus fuscus capitis vertice nigro. Sapajú par do de Brisson. De éste cree mi Autor es variedad el Sajú cornudo del propio Brisson; pero no es variedad, sino la misma especie, que tiene, segun dixe, fisonomía cornuda, principalmente el macho.

Asegura ser el pequeño Mico de Ceylan de Seba, negando, sea de allí. Sobre esto no puedo hablar, ignorando los caractéres que le da Seba.

Igualmente dice es el Capucina simia caudata imberbis, cauda longa hirsuta, facie flutescente de Lineo: pero no encuentro en esto otros caractéres, que llamarle Capucina, indicando tiene cubierta la cabeza de color diferente, y el de darle cara amarillenta, que son cosas aplicables al Caý.

Del mismo modo asegura, que lo es el Mico de cola copuda de Edwards; pero como nada mas dice de él, no puedo juzgar en la materia; sino decir, que hay otros que la tienen mas copuda que el Caý.

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Ni mi Autor ni Daubenton viéron individuo adulto, pues éste le da 12½ pulgadas sin la cola, y á ésta 14¾, alargándosela 8 líneas, sin duda por el modo de medir. Buffon describe los colores ligeramente. Daubenton se detiene mas; y aunque discrepamos, llamando yo blanquizco lo que él rubio ó amarillazo, y en alguna otra cosa, no puede dudarse que algunas de estas diferencias proceden del modo de explicarse, y de haber él descrito individuos jóvenes, esclavos y sucios, y yo los muertos en el bosque.

Por lo demas habla mi Autor de dos variedades Parda y Gris, que no son á mi ver sino los dog sexôs. Le hace parir aquí dos hijos, y se engaña: lo mismo que en tomar por clitoris lo que no lo es, y en hacerle fantástico, tomando aversion á unos y afecto á otros; porque esto viene del malo ó buen trato anterior.

Sus dos estampas son tan malas, que no representan el objeto.

Vuelve á describir al Caý1 trocándole, como acostumbra, la c en s. Lery le denomina bien; pero le tiñe mal de negro,

1 Tom. XXX. pág. 69.

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y se equivoca, asegurando se aparta poco del árbol de la fruta que apetece; pues es sumamente inquieto y andariego. Mas creible se me hace que Lery trata aquí del Carayá, á quien acomoda el color y la quietud.

Gentil y Froger le indican bien llamándole Lloron; pero el último le aplica igualmente el nombre de Macaco, que creo es voz general equivalente á Mico entre los Portugueses.

Dampier pone en la Bahia de Todos Santos un Mico que huele mucho á almizcle, y de una fealdad espantosa. Buffon le cree Caý; sin embargo, aunque es cierto que el Caý doméstico huele mal, porque se suele embarrar con sus excrementos, de ningun modo le conviene la fealdad referida característica del Carayá, que exîste sin duda en aquella Bahía.

Buffon describe al Caý sin que se pueda equivocar; pero nos da dos tan malas estampas, que no le conozco en ellas. Vió dos variedades: la que llama Caý simplemente tiene el color del mio: le da 13½ pulgadas sin la cola, y á ésta 15¼, acreditando que su individuo no era adulto, y

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que le da 8 líneas mas de cola por el diferente modo de medir.

La otra variedad que denomina Caý de garganta blanca, tiene tambien de Caý los colores y proporciones, pues le da 12 pulgadas sin la cola, y á ésta 15. Lo que me admira es, que no advirtiese que las medidas de sus Caýs no solo eran proporcionales á las de su Sajú, sino tambien las mismas; y que no reflexîonase que esta sola circunstancia es una vehemente presuncion á favor de la identidad. Ademas, si hubiese reparado las formas, colores y caractéres que les da, tambien creo habria encontrado identidad, sin mas diferencias que las resultantes del modo de hablar que tiene uno en diferentes tiempos, y la de notar alguna cosuela en los últimos individuos, que se suele pasar por alto en los primeros. Quizá separó el Sajú del Caý porque nadie ha oido llorar ni los lamentos de aquel; pero pudo hacerse cargo del descuido, ignorancia y abandono que se observa comunmente en los Viageros; y de que quando Buffon fué á visitarle en casa de Madame Pampadour, le saludaria con dulces que le taparian la boca para que no llorase.

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Despues describe1 al Saimirí, que no hay duda debe ser Caymirí, segun lo escribe en el Marañon Abbeville, quien le tiñe de amarillazo mezclado con otros colores diversos. Y como aquí llaman tambien Caýmirí al Caý cachorro, que es mas bayo ó amarillento que sus padres con otros colores, se puede conjeturar que lo es el de Abbeville.

La indicacion de Brisson: Cercopithecus pills ex fulvo flavescente et candicante variegatis vestitus, ex flavo rufescentibus: acomoda tanto al Carayá como al Caý albinos; y la reputaria indeterminada si no le llamase Sapajúu amarillo, que debe decir Caý amarillo, y pertenece á un Caý albino.

Marcgrave describe su Caytayá: pilo longiore ex albido flavescente, caput babet subrotundum, frontem baud elatam baud pené nullam, nasum parvum et compressum. Caudam gestat arcuatam redolet moschum, bœc unica ipsi inest gratia. Mite tractari debet, alias altissima voce clamat, et facile ad iram concitari potest. Alius ejusdem speciei, sed major; & pilo magis fusco instar zebellinarum, etiam moscbum redolens. Para

1 Tom. XXX. pág. 89.

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mí es muy creible que el primero es Caí albino, y el segundo Caý comun.

Dice Buffon que su Saymirí es vulgarmente conocido por Caýguazú aurora, por Caýgüazú naranjado, y por Caýgüazú amarillo, que todos indican al Caý albino; pero si lo es, no ha de ser bastante comun, como dice, en Guyana.

Se persuade que su Saymirí es el Caýgüazú de Cayena de Froger1; quien dice es pequeño, que tiene pelo bayo ó amarillento, cara blanca, barba negra, ojos grandes, talle delgado, y carácter abispado, delicado y cariñoso. Pero como los albinos nunca abren bien los ojos, ni tienen barba negra, no debo creer que lo sea, ni me atrevo á asegurar que es Caý comun, aunque le acomoda casi todo lo dicho, entendiendo por cara su vello.

Buffon da al Saimirí preferencia entre los Micos por su color amarillo brillante; por la pequeñez de su estatura, gentileza de movimiento, magnitud y fuego de sus ojos; por su cara pequeña y redonda, y por ser el mas lindo y cariñoso, aunque de complexîon la mas delicada y dificil de

1 Tom. XXX. pág. 90, c (*).

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conservar. Todo esto adapta al Cay jóven albino, ménos el ojo grande. Tambien le acomodan los demas caractéres que le da, y son carecer de callos, y casi de frente: tener cara plana, los respiraderos separados y un círculo carnoso formado por la piel al rededor de cada ojo, con la nariz bien marcada entre ellos, y la cola poco agarrante, mas larga que el cuerpo. Se opone sin embargo á creer la identidad, el que Buffon dé al Saimirí orejas un poco puntiagudas segun las marca la estampa, conviniendo Daubenton en lo mismo. Verdad es que éste parece hablar de otra especie, pues le da colores distintísimos del amarillo brillante de que le vistió Buffon, y aun de los que tiene el Cay comun, á quien tampoco adaptan bien las proporciones, que son, segun Daubenton, 10½ pulgadas sin la cola, y esta 3½; que son justamente las del Mico que sigue.

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NÚM. LXIII.

DEL MIRIQUINÁ.

Así le llaman los Güaranís. No exîste en la parte oriental del Rio Paragüay, sino en la opuesta, extendiéndose por el Chaco. Subsiste de lo que dan los árboles, correteándolos sin afianzarse con la cola, que por eso es recta y muy copuda. Alguna vez le han domesticado, y me aseguran ser muy bobo, y mas tranquilo que el Carayá. He tenido 4, á mi ver adultos, los tres hembras. Ademas ví otro que tendria pocos dias de nacido, y era idéntico á los padres.

Longitud 32½ pulgadas: cola 18, de las quales 1¾ es lo que los pelos la exceden en la punta. Altura delante 9, detras 12: circunferencia allí 72½, y aquí 4¾. En la mano 5 dedos: el interno y exterior salen de un paralelo; aunque aquel es mas corto, no tiene forma, ni separacion de pulgar, siendo el mas delgado de todos. Los restantes son mas largos, nacen algo

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mas adelante, y su extension sigue el órden que en mi mano. Los mismos dedos en el pie; pero el pulgar con figura y separacion de tal. El cuello demasiado corto, y tan grueso ó mas en apariencia que la cabeza. Ésta muy pequeña, casi redonda. La cara con vello hasta las cejas, y sin otra cosa pelada que los párpados y la naríz. Ésta bien marcada: sus agujeros redondos, no tan separados como en los anteriores, ni abiertos en el costado, sino debaxo. Ojo algo grande, y el iris roxizo. Oreja capaz, arredondeada, peluda, y lo mas alto de ella no empareja la elevacion de la cabeza. Dientes y colmillos muy pequeños. Escroto encogido y casi pelado, y los testículos de 6 líneas de diámetro. Entre ellos en lo interior del escroto se advierte la salida y no otra cosa del miembro.

El pelo muy suave, tupido y perpendicular á la piel; ménos en la cola, que aunque esponjado no está derecho, y tiene una pulgada en la raiz y casi dos hácia la punta, siendo el del lomo de 1½. Encima de cada ojo hay una notable mancha blanquizca que acaba en punta ántes de lo mas alto de la cabeza, quedando el

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intermedio obscuro, como lo pelado de la cara. Tambien es blanquizco el vello de la mexilla, y un poco baxo de la barba. De baxo de la cabeza, y siguiendo hasta el escroto, con lo interior de los brazos hasta el codo y de las piernas hasta la rodilla, es de un color acanelado, mas roxizo en lo interior de las asentaderas. Todo el resto del animal, sus costados y quatro piernas, son una mezclilla, teniendo cada pelo 1a punta blanca, luego un pedazo negro, y el resto blanquizco. Los de la cola son interiormente roxizos, y el resto hasta las puntas negro, prevaleciendo éste quanto mas hácia el extremo de la cola. La hembra tiene los propios colores con una pulgada ménos de largo, una teta sobre cada músculo pectoral, y vulva sin particularidad.

Para describir Buffon al Saki1, deriva el nombre de Sakee, que Brown dió á un Mico indicándole así: Sakí. Simia minima capite albido, dorso fusco, pone rufescente cauda crinita. A la misma especie refiere mi Autor el Cagüí major brasiliensibus. Pongi Congensibus de Marcgrave; y el Cer-

1 Tom. XXX. pág. 115.

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copithecus pilis nigris apice albido vestitus, cauda longissimis pilis nigris obsita de Brison. Y á mí no me queda duda en que Brisson indica al Miriquiná, aunque pondera la longitud de los pelos de la cola, sin notar que son interiormente roxizos. Tambien creo que Brown habla del mismo, sin explicar bien los colores; y tal vez veria un cachorrito, y por eso le llama Simia minima. En quanto al de Marcgrave, no sé en qué se funda mi Autor, y solo veo que el llamarle Cagüí major, pertenece mas bien al Mico precedente. Pretende Buffon que no son constantes los colores de Brown; y no dudo se equivoca, pues he visto cinco idénticos. Si el Autor encontró diferencia en colores, me persuado vendria del modo de explicarlos, ó de que vió dos especies y las creyó una. Como quiera, caracteriza al Miriquiná por la cola esponjada, que dió motivo á algunos para llamarle Mico de cola de Zorro con impropiedad. Ni ésta es mas de la mitad mss larga que todo el resto, como dice ni tiene los respiraderos tan apartados como supone.

En quanto al color, le da cara amu-

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latada con vello blanquizco: en las partes inferiores blanco acanelado, y el resto obscuro. De manera que le faltó añadir que los pelos obscuros tenian puntas blancas, y que los de la cola eran interiormente roxos. Menciona otra variedad con el cuerpo y cola rubios, y presumo que trata de algun individuo albino.

Daubenton describe mejor los colores, sin mas diferencia que darle los pelos de la cola enteramente negros; lo que viene de haber visto un cachorrito disecado de 7 á 8 pulgadas sin la cola, y, ésta de 9; que ajustan tambien al Miriquiná, como la cara redonda y el ojo grande; aunque le aparta 5 líneas los respiraderos, que me parece mucho.

En seguida dice vió una piel sin cola de 16 á 17 pulgadas, cuyo pelo encima y en los costados del cuerpo y del cuello tenia 3 pulgadas, siendo negros con tintas pardas. Pero no me detengo á criticar lo que se ha escrito de una. piel que será ó no del Miriquiná; quando he descrito á éste, no por un cachorro disecado, ni por un pellejo sin cola. La estampa es malisima.

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NÚM. LXIV.

DEL TITÍ.

No exîste en el Paragüay, sino en el Brasil, donde me dicen tiene el nombre que conservo. Solo he visto en Buenos Ayres un macho y hembra domésticos, de quienes hice la descripcion, no tan circunstanciada ni exâcta como las precedentes, porque la inquietud de los Titís y mi poca práctica entónces, no permitiéron hacer cosa mejor.

Longitud 19 pulgadas: cola 11 sobre poco mas ó ménos. Hay una mancha notable blanca en la frente sobre el entrecejo; y el contorno de la oreja se compone de pelos derechos, blancos y conocidamente mas largos. Tambien se nota con cuidado algo de dicho color en los carrillos y labios. La cabeza y cuello obscuros, aunque pardea sobre éste. El resto de la librea se compone sobre el cuerpo de pelos amarillazos con las puntas blancas. Estas lo son igualmente en los costados del cuerpo y

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de las quatro piernas, siendo lo interior de los pelos obscuro. La cola lacia, copuda y vestida de anillos blancos y obscuros. Todo el pelo del cuerpo tupido y suave. La hembra solo difiere en ser algo menor.

Mi Naturalista1 le llama Vistiti por su voz; y quizá de la misma han derivado el Tití. Agrega es el Galgopitbecus de Gesner; y en verdad que este nombre le acomoda mas que á los que conozco.

Tambien parece ser el Saguí del Marañon de Abbeville, que dice es el mas pequeno y de color gris plateado.

Igualmente dice mi Autor es el Saguin: Cercopithecus brasiliensis tertius de Clusius, el Caguí menor de Marcgrave y de Edwards, y el Cebus Sagoin dictus de Klein; sobre lo qual nada puedo decir.

Pero no tiene duda que es el Saguín. Cercopithecus teniis transversis alternatim fuscis et cinereo albis variegatus, auriculis pilis albis circumdatis de Brisson; pues aunque no me parece bien explicado lo de las tiras al través, quitan toda duda los pelos de las orejas.

Por lo mismo lo es el Taichus. Simia

1 Tom. XXX. pág. 126.

TOM. II. CC

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caudata, auribus villosis patulis, cauda birsutissima; unguibus subulatis de Lineo.

Por lo demas Buffon y Daubenton le describen mejor que yo. Éste le da 5 pulgadas sin la cola, y á ésta 9. Aquel fixa las mismas medidas en 6 y 12, hablando á poco mas ó ménos; pero ni uno ni otro viéron individuo adulto.

NÚM. LXV.

DEL CABALLO.

Viajando por estos paises hice algunas observaciones sobre los animales domésticos traidos por los Conquistadores Españoles y las apuhtaré aquí, sin pensar por eso en hacer descripciones formales, ni en critiear sino tal qual cosa de las que escribió Buffon de los mismos.

Fundó Don Pedro de Mendoza con su Armada el dia de la Purificacion de 1535 la Ciudad de Buenos Ayres, que se despobló luego, pasando sus habitantes al Paragüay en embarcaciones tan incómoda y

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apresuradamente, que no pudiendo llevar todas las Yeguas que habian traido de Andalucía, quedáron 5 con 7 Caballos abandonadas en el campo. Don Juan de Garay fundó segunda vez dicha Ciudad el año de 15580 con 60 Paragüayos, que encontráron ya bastantes Caballos silvestres hijos de aquellas Yeguas, y comenzáron á domar los que podian coger. Se opusiéron á esto los Ministros de Real Hacienda, pretendiendo eran del Rey; y habiéndose formalizado autos, he leido en el archivo de la Asuncion del Paragüay la sentencia dada en I596, que falla injusta la pretension de dichos Ministros, y declara dueños de los Caballos silvestres á los Conquistadores que los pillasen.

Este es el orígen de la innumerable caballada silvestre que hay al Sur del Rio de la Plata, extendiéndose hasta el Rio Negro, segun dicen, y aun por las tierras Patagongs. Ya en aquellos tiempos la apellidaban combo hoy alzada y cimarrona; pero habiéndole impuesto los Indios bárbaros Querandís, llamados ahora Pampas, el nombre de Bagüalada, lo han adoptado tambien estos Españoles.

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Igualmente hay bagüales al Norte del Rio de la Plata; pero no pasan de los Pueblos mas australes de nuestras Misiones güaranís. Su orígen creo venga de algunas Yegüas abandonadas por los Españoles de San Juan Bautista. Esta fué una Ciudad fundada por Juan Romero en 1553 en frente de Buenos Ayres, donde emboca el Rio de San Juan en el de la Plata; y habiendo sido atacada por los bárbaros, se despobló, pasando sus habitantes al Paragüay, dexando necesariamente sus Yeguas, que no pudiéron llevar por la priesa y falta de embarcaciones.

Los Caballos cimarrones viven en todas partes en tropas tan numerosas, que no es exâgeracion decir que se componen algunas de 12 individuos. Incomodan y perjudican; porque sobre comer el pasto inútilmente, embisten al galope á las caballadas y yeguadas mansas siempre que las ven; y pasando entre ellas ó junto, las llaman y acarician con baxos relinchos de afecto, las alborotan, y ellas se incorporan sin dificultad, yéndose todas juntas para siempre. Así sucede á los Viageros, que les embisten los bagüales, y los dexan sin poder

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continuar llevándoseles los Caballos mansos de respeto ó de remuda, que siempre llevan sueltos por delante. Para evitar esto, al divisar la bagüalada, que embiste infaliblemente, es preciso que hagan alto para rodear á sus Caballos sueltos y salir á encontrar los bagüales, espantándolos para que se desvien.

El modo de embestir no es en línea de batalla, sino que algunos van delante, y siguen todos en columna, que jamas se corta ó interrumpe, y á lo mas tuerce la direccion si la espantan. A veces dan muchas vueltas ántes de ausentarse al rededor de los que los desvian: otras pasan una sola vez, y no vuelven; y otras llegan los bagüales tan ciegos, que se estrellan contra las carretas si las hay. La fortune es que estos ataques no suceden de noche, ya sea porque los cimarrones no ven ó no conocen á los mansos, ó ya porque se están quietos de miedo. Ignoro si los bagüales se embisten entre sí; pero en los caminos que pasan por donde los hay, se: adverte con admiracion que están llenos, á veces en una y mas leguas de longitud, de cagajones, que no dexan; duda en que prefieren

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los caminos limpios y su inmediacion para hacer sus necesidades. Y como todo Caballo entero tiene la maña de oler los excrementos que encuentra de su especie, y de hacer su necesidad encima, se notan los montones de cagajones cónicos, y tan abultados, que á veces son de 50; porque los enteros abundan en las bagüaladas. No es fácil entender el motivo de obrar así; pero tal vez lo harán con la misma idea con que los Caballos exercitados en la carera hacen sus necesidades luego que se les pone en el sitio donde han de disputar, como si pretendiesen con esto manifestar su arrogancia y el desprecio de su competidor.

Los bárbaros Pampas comen su carne, principalmente la de Potros, Potrancas y Yeguas, y tambien capan algunos para domarlos; pero los Españoles no hacen uso ni aprecio de los bagüales, aunque alguna vez matan las Yeguas gordas para hacer fuego con los huesos y sebo en las Pampas, d onde hay suma escasez de leña. Tambien suelen por capricho coger algun bagüal y le doman atándole á un poste dos ó tres dias sin comer ni beber, y despues

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le montan; pero le capan luego, porque aquí nadie cabalga sino á los castrados, á quienes llaman Cabacllos, y á los enteros Cojudos, cuyas denominaciones conservaré acomodándome al pais.

Para pillarlos salen á encontrar la ba güalada, y en estando á tiro, le arrojan las bolas: que son tres piedras como el puño forradas en cuero, y atadas á un centro comun con fuertes cuerdas de cuero, largas mas de una vara. Toman la una, que es algo menor, y despues de volear ó hacer girar las otras dos sobre la cabeza, despiden las tres y se enredan en las piernas de alguno; de modo que no le dexan correr, dando lugar á que le enlazen. Este lazo es un cordon trenzado de quatro tiras de cuero de Vaca, del grueso del dedo pulgar, muy fuerte, con una argolla de fierro en la punta para hacerle corredizo, largo de 20 á 30 varas, que arrojan con admirable destreza al cuello del Caballo ó Toro que quieren pillar, y le detienen y sujetan, porque el otro extremo está afianzado á la cincha del Caballo propio. Jamas omiten llevar las tales bolas y lazo los jornaleros campestres, á quienes dan los nom-

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bres de Peones, Ginetes, Gauchos, Camiluchos y Gauderios.

Los dueños de las estancias ó dehesas procuran ahuyentar y matar las cimarronadas de la comarca, porque sin esto no podrian conservar sus caballadas mansas, que se irian con las alzadas. Para conseguir el fin las persiguen mucho; y suelen disponer que algunos hombres á caballo hagan correr un rato á los bagüales, y quando los han fatigado, entran otros hombres tambien á caballo, que los manguean y comprimen por ámbos lados, matándolos con chuzos sin dexar de correr. Si el pais tiene bosques ó arroyos donde poder embretar á los bagüales, se consigue el fin con mas facilidad; y mejor si se hace con estacas un corral grande donde se les pueda hacer entrar.

De lo dicho se colige que solo sirven los bagüales de embarazo y perjuicio, y de que los Pampas que los comen sean mas holgazanes. Por consiguiente es evidente la utilidad de su exterminio; y podrian aprovecharse sus pieles llevándolas á España, y aun sus huesos, que serian muy propios para mangos de útiles, y otras mil cosas supliendo al marfil.

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Conociendo muy poco los Caballos andaluces, no puedo cotejarlos por menor con los bagüales, que son sus des cendientes. Sin embargo creo no hay la menor duda en que los de Andalucía aventajan mucho en elegancia, estatura, fuerza, viveza y agilidad. Tampoco es dudable que los bagüales no difieren de los domésticos ó mansos de este pais en corpulencia, vigor y fuerzas; pero de esto nada se infiere, porque todos son casi unos, segun verémos.

De aquí resulta que Buffbon1 está mal informado quando da á estos alzados mas fuerzas y agilidad que á los mansos. Oexmelin2 tiene razon negando á los bagüales la hermosura de los andaluces, y dándoles cabeza mas abultada, piernas mas gruesas y nudosas, y las orejas y cuello mas largos. Pero se equivoca creyendo que para pillarlos se arman lazos en los lugares que freqüentan; porque no es posible cayga en lazo un animal espantadizo como el Caballo, que no tiene cebo que pueda atraerle. Oiría sin duda hablar de la-

1 Tom. VII. pág. 252.

2 Ibid. pág. 257.

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zos, y se figuró se armaban como es comun para coger páxaros &c., ignorando que los usados aquí para Caballos son arojados, segun queda advertido, y lo supo Buffon despues1.

Tambien se equivoca Oexmelin al decir, que para amansar los bagüales se atan á un árbol de pies y manos dos ó tres dias; porque solo los atan de un cabezon sencillo, que en lugar de muserola ó media luna de fierro tiene una correa. Es cierto que un cimarron domado sirve como si no lo hubiese sido: pero es falso lo que añade el mismo autor, que si vuelve á ser libre, no se hace segunda vez bagüal; porque es constante que todo Caballo domado, aunque sea el mas manso, jamas repugua incorporarse con los bagüales, y que se hace tan cimarron como el que mas desde el momento en que se incorpora con los alzados: esto es, que el pillarle cuesta tanto trabajo como si fuese originariamente bagüal; aunque si le cogen se dexa montar al instante.

Refiere mi Naturalista2 que los Caba-

1 Suplemento tom. V. pág. 96.

2 Ibid. pág. 73.

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llos silvestres viven en sociedades. Y es tan cierto, como falso lo que añade: que cada sociedad de comun acuerdo se somete á un xefe, que la guia, ordena, dispone los movimientos, y la hace formar en batalla por filas, compañías, esquadrones y brigadas. Lo que hay es, que cada Cojudo se apropia las Yegüas que puede, y que las cuida, llevándolas siempre unidas, y peleando con qualquiera que intenta disputárselas. De donde resulta, que cada bagüalada se compone de multitud de quadrillas poco apartadas ó casi unidas, que se acercan mas para embestir; siendo en esto la primera, la que por casualidad se encuentra mas próxîma al ataque.

Entre las muchas cimarronadas que me han pasado por delante, no he visto otro color sino el castaño, que en algunos baxa á zaino, y en otros se acerca á alazan: y quando se ve un bayo, pio, tordillo, ó de otra tinta, ya se sabe que fué domado, y que se escapó. Aunque pudiera pensarse que el pelo ó color castaño les viene por herencia, no es fácil persuadirse que todos los Cojudos y Yegüas de quienes descienden fuesen precisamente de dicho pelo ó color.

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Mas verosímil parece, que los Caballos, á quienes se da libertad, van recobrando con ella, no solo los hábitos, inclimaciones y formas de su tipo, que fué bagüal, sino tambien el color. Segun esto no será estravagancia decir, que el primer Caballo y Yegüa que hubo en el mundo fuéron castaños: por consiguiente, tomando por seña ó índice el color, se podrá decir que la mejor raza de Caballos es la castaña, ya toque en zayna ó en alazan; y que los de otros pelos son inferiores, como pertenecientes á degradaciones mas remotas del Caballo original, de quien no puede dudarse fué el mas perfecto. No creo que desmienta la experiencia esta conjetura: por lo ménos aquí se tienen por mas fuertes y nobles los Caballos castaños y zaynos; y si algunos prefieren otros pelos, es por capricho. Podremos decir igualmente que los Franceses, despreciando mucho á los zaynos, no obran con tanto conocimiento como los Españoles que los aprecian. He hablado de los bagüales antiguos; y no de algunas tropas que, por descuido ó abandono de sus dueños, se han alzado modernamente al Norte del Rio de la Plata; porque éstas con-

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servan todavía casi la variedad del color de los mansos.

Dice Buffon1, que Herodoto habla de Caballos silvestres blancos en las riberas del Hyparis en Scitia: que Leon africano pone bagüaladas en Africa y Arabia, y vió un potro blanco nacido entre los silvestres de Numidia: que Marmol asegura los hay en Arabia y Libia cenicientos y blancos: y que Marco Polo cita una bagüalada de diez mil Yegüas blancas en Persia. Y como en ninguna otra parte mencione el Autor el color de los alzados, se podria creer que éstos son blancos, y que lo fué el Caballo original: pero como esto es contra lo que vemos aquí en innumerables bagüaladas, tengo por mas prudente creer, que Herodoto escribió lo que le dirian; que Leon vió un Potro albino; que Marmol copió mal á Leon; y que Polo habló de memoria. Estos bagüales no tienen el pelo sensiblemente mas largo que los mansos de por acá, aunque si mas que los alimentados en las casas; pero nunca llega con mucho á los cinco dedos de longitud que Herodoto da al pelo de los bagüales de Persia.

1 Tom. VII. pág. 254, 255 y 350.

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Para tratar de los mansos, me ciñiré á algunas cosas que creo se ignoran en Europa, y me parece merecen contarse. Al principio eran los Caballos tan escasos, que Domingo Martinez de Yrala compró el año de 1551 en el Paragüay á Alonso Parejo un Morcillo, pie de cabalgar calzado, y algo blanco en la frente por quatro mil pesos de oro de quatrocientos cincuenta maravedís cada uno, pagaderos de los primeros bienes que produxese la conquista; y salió fiador el Capitan Nulfo de Chaves, segun consta de la escritura que he leido en el archivo de la Asuncion; pero el año de 1557, en que murió dicho Yrala, contaba ya veinte y quatro cabezas caballares. Hoy abundan tanto, que hasta el mas pobrejorna lero campestre tiene algunos, y todo se hace á caballo.

El precio de los comunes mansos es dos pesos en los campos de Buenos Ayres, y el doble en los de Paragüay y Montevideo; pero si sobresalen en estampa, paso largo ó carrera, se venden mas caros, y las Yegüas á dos reales. Valen mas en el Pargüay por abundar ménos; y esto viene de que hay allí muchas tierras baxas

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y húmedas, que se ha experimentado son malas para criar Caballos, que apetecen y prosperan en lomadas. Por la misma razon me parecen los de Buenos Ayres de alguna mayor estatura y vigor que en el Paragüay. Los campos de Montevideo son excelentes para criarlos: sin embargo valen mas, porque los sacan para el Brasil y sus Minas, donde prosperan poco ó nada.

En todas partes los tratan mas mal de lo que se puede imaginar. Si son del Rey, ya se sabe que los hacen correr y trabajar quarenta y ocho horas á lo ménos sin comer ni beber, ni darles cubierto, y asî por turno. Y cada Campestre ata infaliblemente uno á un poste al ponerse el sol: al dia siguiente, haya ó no que hacer, le monta y corre sin parar gran parte del dia ó todo él; y si algun rato no corre, le vuelve á atar al poste hasta ponerse el sol, que toma otro sin haberlo dado de comer ni beber: de modo que se puede tener por seguro, que ningun Caballo vive aquí la mitad de lo que ha arreglado la naturaleza. Lo dicho es la fatiga ordinaria, á que agregan á veces otros servicios mas duros; siendo cosa muy lastimosa que un tan be-

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llo animal, tan generoso, leal, útil y noble haya caido en tan ingratas y desastradas manos. Dicen aquí con razon, que el pais es el Infierno de las Vacas, el Purgatorio de los Caballos, y el Paraíso de los Asnos y de las Yegüas; aludiendo á la increible matanza y desperdicio que se hace en el ganado vacuno: á lo que se hace padecer á los Caballos: y á que los Asnos y Yegüas viven libres sin que nadie se meta con ellas.

Los que poseen dehesas ó estancias tienen una porcion de Yegüas, que nadie doma, monta, ni domestíca; dexándolas toda la vida libres, sin mas sujecion que la de repuntarlas ó darles vuelta alguna vez á la semana ó ménos, á fin de que no se salgan de las tierras. Tal qual vez las traen al corral, donde las hacen correr un rato juntas, y las enlazan y derriban, para que se acostumbren á no espantarse, y á tener alguna sujecion. A esto llaman aporrearlas. Para cada veinte y cinco ó treinta les dan un Cojudo, que tampoco doman ni montan; y vive siempre entre ellas con la misma libertad; pero se pone poco cuidado en su eleccion, y nadie procura traerlos de

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otras partes para atravesar las ragas. De ahí quizás viene, que estos Caballos, aunque libres, no son tan buenos, grandes y hermosos como los andaluces.

El hombre, segun sus deseos, puede elegir los Caballos y Yegüas de qualquiera raza, y lo mismo en las de otros quadrúpedos y páxaros, y hacer que solo estos individuos escogidos la continúen: puede tambien mezclar algunas razas, lo que es un modo de inxertar; y por ámbos medios está en su arbitrio el mejorarlas sobre lo que serian naturalmente. De la misma manera pende de la facultad humana el separar aquellos individuos singulares que produce de quando en quando la naturaleza, y hacer que se perpetúen formando variedades, segun verémos con los Toros mochos. Por dichos medios, que se han practicado á veces con estudio, y á veces por casualidad, se han llegado á formar algunas de las razas y variedades que vemos en los animales domésticos, y otras proceden de la union ilícita entre animales originalmente diferentes: lo que asímismo pende del hombre, ó de la domesticidad, y no de la naturaleza, que jamas las permite en su esta-

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do natural de libertad. Si llegase el hombre á mezclar todas las variedades de una misma especie, conseguiria al propio tiempo el exterminarlas, y que quedase una sola; la qual sería tal vez muy próxîma á su tipo ú orígen, pues es de presumir, que en las uniones fuese ganando algo lo que hay de la original en cada variedad sobre lo alterado. Pero si las razas que uniese el hombre fuesen de las procedentes de enlace ilícito de dos especies originalmente diversas, el último resultado sería un mulato ó mestizo mejor que ellas; pues parece que todo inxerto de través produce mejoría, segun creo verlo en los Mestizos y en los Españoles del Paragüay, á quienes encuentro mas activos, de mejores proporciones, fuerza y estatura que á los demas Españoles europeos y del Rio de la Plata. Atribúyolo á que proceden en la mayor parte de inxertos en otras naciones Indias y Africanas. No se extrañará esto si se considera, que el inxerto es la única via privilegiada por donde la naturaleza se corresponde con los seres sensibles, y la sola de su gusto; pues toda generacion es un inxerto, ó un acto practicado por los seres,

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y protegido de la naturaleza: el hombre y los quadrúpedos inxertan de púa, y las aves de escudo: lo mismo que hacemos con los árboles. Y así como en estos es menester que las dos cosas distintas que componen el inxerto, no sean especies muy lejanas ú opuestas; del mismo modo en los animales quiere la naturaleza para corresponder á nuestros deseos, que no sean muy lejanos: esto es, que no envuelvan principios contradictorios. Pero si la union se hace de dos cosas no repugnantes entre sí, la auxîlia la naturaleza, y a mejora, lo mismo entre los animales, que en las frutas. Aun la produccion de las plantas no es sino una mezcla, ó inxerto de semillas y tierra, que protegido de la naturaleza, da por resulta una planta mejor que la tierra y que la semilla, pues tiene vida, aunque procede de dos muertos.

En quanto á facultades intelectuales, creo que generalmente aventajarán siempre á sus progenitores las resultas de inxerto ó union atravesada, segun lo noto en los citados Españoles paragüayos, en todos los Mestizos, y en la Mula, que es mas sagaz é intelectual que el Asno y que el Caballo,

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sucediendo lo mismo á los Perros atravesados. Pero tampoco dudo que nada ganará en lo intelectual y reflexîvo el resultado de dos variedades procedentes del mismo orígen: ni que en la union de dos especies participará el inxerto mas de aquella que tenga el carácter mas inalterable, segun verémos tratando de la Mula: Puede tambien el hombre degradar á todas las especies inclusa la suya, haciendo lo contrario á lo dicho: esto es, huyendo de los inxertos atravesados ó mixturas; pues han experimentado los Paragüayos, que el ganado vacuno va resultando mas pequeño y que pierde la fecundidad, si no se incorporan de tanto en tanto en las dehesas ganados de otras: y en mi sentir la degradacion de algunas familias procede de que se enlazan siempre unas con otras.

Cada Cojudo se apropia una quadriila de Yegüas, que conserva unidas, dándoles vueltas al rededor; y pechugones, coces y bocados si es menester. Las protege y defiende contra otros Cojudos, Asnos y Perros, y ellas no le son ingratas; pues sucede, que riñendo dos Cojudos, no dexan por el vencedor al vencido, sino quando éste no las satisface.

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Quedan con las madres las Potrancas que nacen, y al año, ó quando mas á los dos, se apartan los Potros para caparlos por hibierno, y para domarlos á los tres años. Para esto los enlazan por el cuello, les atan las manos, y los derriban en el suelo: allí les ponen el cabezon, y atan la mandíbula inferior detras de los dientes con una correa, de la qual salen dos, una por cada lado, que son las riendas. Hecho esto sin acial, que jamas usan, le hacen levantar, y en pie le cinchan bien el recado de montar, sin pretal ni grupera, que son cosas desconocidas en estos campos; y soltándole todas las ligaduras, monta el domador con sus grandísimas espuelas, y sale por el campo; sufriendo los corcovos y coces que se dexan considerar, hasta que se cansa el Potro y le ata á un poste, siendo raro que el Potro tire al domador. Vuelve éste á montar de rato en rato todo el dia y algunos despues, dexándole descansar otros, hasta que no corcovea, y se sirven de él para lo que se ofrece, sin ponerle freno á lo ménos en un año; que es quando dexa el nombre de Redomon, y toma el de Caballo. Los prácticos aseguran,

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que los Potros pios se doman con mas dificultad: y generalmente encuentran mas indómitos á los de orejas mas tiesas ó ménos flexîbles; y por esto no omiten los domadores tocárselas ante todas cosas, porque esto les sirve de gobierno. Prefieren el hibierno para domar, porque los Potros tienen entónaces ménos brios; pero no les ponen el freno la primera vez para acostumbrarlos, sino en verano; porque se ha experimentado, que los que se acostumbran al freno en hibierno tienen toda la vida un fluxo de babas que ensucia el freno, y al ginete; por cuyo motivo les llaman babosos. Suelen arrancarles los pocos pelos muy largos que crecen sobre los ojos, porque creen son la causa de espantarse: á lo que llaman ser paxareros.

Desde que capan los Potros se ponen en la caballada de servicio; á quien nunca dan abrigo, cubierto, ni otra cosa para comer de lo que pellizcan en el campo, donde andan libres sin pastor que los dirija ni acompañe; pero ellos se acostumbran á vivir en determinado canton, del que por lo comun no salen: y se observa que cada uno va siempre junto al compañero que es-

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cogió, del qual nunca se aparta sin manifestar disgusto, y vuelve á veces á buscarle en la dehesa de sesenta y cien leguas, si se puede escapar. Se conocen los amigos en el relincho, por el olfato y aun por el ruido de las pisadas.

Quando quieren que no se disperse una tropilla como de cincuenta Caballos, ponen entre ellos una Yegüa, llamandola Madrina, con un cencerrito, y esto basta para que todos la sigan, conozcan y busquen. Aunque se consigue casi lo mismo poniendo el cencerro á uno de ellos, se nota que se amadrinan mejor á la Yegüa, si ésta tiene Potrillo.

Quando se necesitan Caballos, sale un hombre montado, que arreando á voces y con ademanes y vueltas una tropilla, la reune fácilmente y la lleva por delante, y la introduce en el corral, que siempre es de estacas: allí entran uno ó mas hombres, y miéntras los Caballos corren circulando, enlazan por el cuello los que han de moptar; porque aquí nunca los Caballos son tan mansos, que se dexen acercar, ni coger á mano. He dicho que arrea una tropilla entera; porque el conducir solo una parte al

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corral, ó solo un Caballo ó dos, sería muy dificil, ó imposible; pues lo repugnan infinito, al paso que todos juntos se dexan gobernar y llevar fácilmente.

Como todas estas tierras son llanas y sin piedras, no se ponen herraduras á otros Caballos que á los pocos de regalo que hay dentro de Buenos Ayres. Solo á éstos se da comida en las casas; y cuesta algunos dias maña y trabajo enseñarles á comer salvado, maiz y cebada; porque ningun Caballo come naturalmente granos. No se dedican á conocer la edad por los dientes, ni hay Albéytares, ni he notado la enfermedad del muermo.

Todo Caballo corre mas quando lleva ginete que le estimule, que huyendo suelto; mayormente si el ginete corre en pelo. Son estas gentes apasionadísimas á carreras de Caballos, y suelen apostar hasta la camisa en ellas. Parece que esta diversion, que hoy es general, se introduxo en Buenos Ayres por los Ingleses en tiempo de su asiento de Negros por los años de 14 y 16 del siglo pasado, y llaman Parejeros á los Caballos corredores, que preparan quince dias ántes, dándoles de comer con medida,

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asustándolos muchas veces de noche, palpando sus cagajones, y haciendo otras cosas, á que llaman componer el Caballo; en lo que suelen tambien mezclar supersticiones y simplezas, y miran esto como una habilidad que saben pocos. Toda carrera es en pelo.

Tambien les gusta lo que llaman correr el Pato. Se juntan para esto dos quadrillas de hombres á caballo, y señalan dos sitios apartados como una legua, destinando uno á cada quadrilla. Luego cosen un Pato dentro de un cuero, dexándole fuera solo la cabeza, y poniendo en el mismo cuero dos ó mas asas ó manijas muy grandes y fuertes; de 1as quales toman el Pato los dos quadrilleros en la mitad de la distancia entre los puntos asignados: y metiendo espuelas, tiran opuestamnente hasta que el mas poderoso se lleva el Pato cayendo su rival en el suelo si no le abandona. El vencedor echa á correr al instante, y los del otro partido le siguen y rdean hasta que pillando alguno la manija con la mano, tiran del mismo modo, quedando al fin vencedora la quadrilla que llegó con el Pato al punto señalado. Rara vez

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se practica sin desgracia esta bárbara diversion; porque agolpándose los competidores, se atropellan con furia, unos defendienio al Pato, y otros para quitarlo; por cuyo motivo está prohibida tal diversion, sin que por esto la dexen de jugar muchas veces.

Para viajar, aunque no sea mas de doce ó, veinte Jeguas, se llevan Caballos sueltos delante para remudar; porque sin esto se cansarian los montados, no dándoles, como no les dan, sino el pasto que pillan en el campo los ratos de detencion y por las noches. No conocen aquí para montar las reglas del picadero; pero se sostienen perfectamente á caballo, y muchos saben quedar en pie con la rienda en la mano quando el Caballo cae yendo á la disparada. A esto llaman rodar; y si solo cae el ginete, no el Caballo, dicen que esto es llevar un golpe.

He oido por cierto que en Santa Fe de la Veracruz nació poco ha un Caballo, á quien, al modo que á los Toros, le crecieron junto á las orejas dos cuernos de 4 pulgadas, rectos y agudos; y que á D. Juan Agustin Videla, vecino de Buenos Ayres,

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le traxéron otro de Chile con astas fuertes, rectas de 3 pulgadas. Me informan que este Caballo era muy manso; pero que quando se enfadaba embestia como Toro. El mencionado Videla lo envió á sus parientes de Mendoza, que le vendiéron á un vecino de Córdoba del Tucuman, quien se propuso hacer casta, porque era entero. Ignoro las resultas, que podrán haber sido favorables; pues vemos que los terneros hijos de Toro mocho lo son, segun diré mas adelante.

Hemos visto que los Caballos capones son los únicos que con propiedad puedan llamarse mansos; pues los Cojudos ó enteros y las Yegüas, que son los que componen la especie, viven casi tan libres como los bagüales. De ahí á mi ver viene, que los alzados no aventajan sensibleinente á los que llaman mansos en estatura ni en otra cosa. Por lo mismo es mas reparable, que siendo los bagüales, castaños, segun he dicho, se advierta entre los mansos una admirable variedad de colores, aunque escasean mucho los obscuros y morcillos.

Con este motivo creo no ser fuera del caso insinuar algunas ideas sobre lo que sucede en la piel ó superficie de los anima-

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les: y comenzaré exponiendo algunas observaciones para fundar en ellas mis conjeturas. Así las llamo, porque no quiero se piense que las reputo verdades demostradas, siendo mi objeto en esto llamar túnicamente la atencion de los Naturalistas, para que hagan observaciones sobre varios puntos de su ciencia, que hasta ahora han omitido. Pero ántes diré, que el Caballo náda bien y corta un rio de mas de una milla, y aun de tres de travesía. Notaré tambien que los Caballos blancos, bayos y tordillos, y sobre todo los Sabinos, que tienen fondo blanco con infinidad de pecas ó manchitas acaneladas obscuras, pasan por los mejores nadadores. Pesarán ménos á proporcion del volúmen?

He visto seguramente en estos paises mas de veinte Albinos, hijos de padre y madre Españoles, ó de Indio é India civilizados. Su piel, pelo, cejas, pestañas y vello eran blancos como papel; y aunque no diferian de sus padres en las forms y proporciones, tenian ojos roxizos y tan mala vista, que no podian sufrir mucha luz, ni abrir bien los ojos, y solo estaban contentos los dias opacos, y con los crespúsculos y la luna.

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En el Pueblo de Atirá ví una India que habia sido dos veces casada con Indios comunes como ella, y de ámbos habia tenido hijos comunes y albinos: lo que me hace sospechar, que la causa original de los individuos albinos reside en las madres, y que pende de algun pasagero accidente. Pero no he visto un albino entre los Indios bárbaros, ni entre los Mulatos y Mestizos; lo que arguye ser mas dificil que los haya entre ellos. Tampoco los he visto hijos de Negros; pero centenares de testigos conociéron una Negra albina, que ha poco mutrió en la Asuncion; y dicen era blanca como papel, y tenia el pelo corto, roxo y ensortijado, con las facciones, formas y medidas de la madre.

Yo he montado muchos Caballos, que llaman Melados y son totalmente blancos como la nieve: me aseguran que muy rara vez se ve alguno tambien entre los bagüales. No he notado que difieran sensiblemente de los comunes en estatura y proporciones, sino en tener ojos azules, y su contorno, lagrimeras, y un buen pedazo de la extremidad del hocico sin pelos, y llenos de exfoliaciones ó caspa; por cuyos motivos,

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y por el color, creo que son albinos.

Tengo igualmente por tales á muchos Caballos pios, llamados aquí Hoberos, porque tienen los mismos caractéres de ojos azules, peladuras y carpa; aunque su vestido blanco está muy manchado, á veces de azul, y otras de roxizo. Me aseguran que unos y otros son capaces de engendrar.

En Buenos Ayres ví un Güazutí albino ó blanco de papel, con mala vista, y ojos roxizos; y en el Paragüay tres Micos albinos, blancos amarillazos, con mala vista y ojos roxizos.

Vi un Loro Ñendaí albino sin duda, pues tenia piel blanca y ojos roxizos; y aunque su especie sea de cabeza negra, de plumage verde y pico negro; aquella en el albino era roxa, éste amarillo, y el pico trigueño claro: pero conservaba de su especie sin alteracion los colores roxos, las medidas, formas y voz.

En el número 285 de mi ornithologia se verá un Loro albino, que habia trocado en blanco lo obscuro del pico y pies, y lo verde del plumage en blanco y amarillo, conservando los colores roxos y el iris de este color.

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Antes habia yo visto en Mallorca una raza de Pabos reales y otra de Tórtolas albinas, que se perpetuaban, siendo ámbas blancas como la nieve; aunque se notaban algo los reflexos del Pabo y del collar de la Tórtola, sin diferir de sus especies en formas y magnitud.

En todos estos paises, principalmente en el Paragüay, hay Gallinas de todas las razas comunes, y de otras que, sin diferir en nada, tiene los pies, cresta, barbas y piel casi tan negras como los Negros de Africa, y cocidas conservan el cuero negro, y la carne mas obscura que en las comunes, con los huesos notablemente mas opacos. Se perpetúan, y mezcladas con las razas comunes resultan mestizos. Sus huevos son blancos, y las reputan mas fecundas y frescas, y preferibles para los enfermos. Es de creer descienden de las que traxéron los, Conquistadores, pues ningun Naturalista hace mencion de haberlas en otra parte.

Y segun Buffon, de un Morueco y Oveja blancos resulta alguna vez un Cordero negro1.

De estos antecedentes parece deducirse.

1 Tom. IX. pág. 28.

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1°. Que exîste una facultad ó causa, á que denomino albina; la qual á veces cambia repentinamente, ó sin mas intermedio que el de padres á hijos, lo negro en blanco de papel, en roxo, en trigueño, en amarillazo y aun un en pio: segun hemos visto en los hombres, en la cabeza y pies del Ñendaí, en los Micos y en los Caballos.

2°. Que puede tambien trocar lo verde en amarillo y en blanco, segun dixe del Loro; y lo roxo en negro, como sucede en la cresta y barbas de las Gallinas.

3°. Que le cuesta mas trabajo trocar lo roxo en otros colores, y éstos en negro; pues lo hace rara vez.

4°. Que la tal causa, sea la que fuese, opera en el hombre, quadrúpedos y páxaros, mas ú ménos en unos que en otros, y con mas facilidad y freqüencia en los do mésticos que en los silvestres.

5°. Que es accidental, y residente en las madres.

6°. Que no altera sensiblemente las formas y proporciones, ni destruye la fecundidad.

7°. Que sus efectos, una vez producidos, se perpetúan.

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8°. Que sus individuos mezclados con los comunes producers mestizos.

9°. Que debilita la vista en términos, que los hombres albinos con dificultad pueden ganar el sustento, y á muchos animales y páxaros les sucederá lo mismo, y aun peor.

Y 10°. que lo negro de los Negros penetra hasta la carne y los huesos.

Fundado en estas ideas, se podrá proponer la qüestion, de si Adan y Eva fuéron blancos ó no? El que sostenga lo primero, podrá decir que la causa albina produxo en algun tiempo algun individuo negro de dos blancos, segun dixe del ganado lanar y de las Gallinas; y que dicho Negro se ha perpetuado produciendo todos los del mundo. Los de opinion contraria apoyarán que Adan fué negro, y que la referida causa pudo, como hemos dicho, trocar el color negro de alguno de sus descendientes en blanco, roxo, trigueño y amarillo; de donde puden venir estas variedades de color que se ven en los hombres. Se esforzará la idea, con que estas mutaciones parecen mas fregüentes, y por consiguiente mas naturales que las de blanco y roxo en negro.

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Se corrobora lo mismo sabiendo, que los hombres negros son mas vigorosos y robustos que los blancos, indicando con esto que son de raza no degenerada. Si se replica, que los blancos son mas numerosos y extendidos, se podrá reponer, que esto viene de que se cuenta por blancos á los trigueños, roxos y amarillos; y de que siendo los blancos mas débiles é imperfectos, son por necesidad mas sociables, y por consiguiente mas en número y extension.

Buffon cree que los colores son cosa superficial, muy variable, y dependiente de los climas únicamente. Se funda en que en los Reynos del Norte no se ve un hombre con pelo negro: en que las Ardillas, Liebres, Comadrejas, &c. son allí blancas ó casi blancas, al paso que son grises ó pardas en paises ménos frios: y en que las Liebres suecas son cenicientas en verano, blancas por hibierno.

Lo que sobre esto me ocurre es, que ha padecido el Autor muchas equivocaciones en su historia Natural: por consiguiente que no será extraño haya errado al decir, que las Ardillas, &c. del Norte eran las llamadas tales en otras partes. Pero supo-

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niendo cierto lo que dice: lo que de ello se concluye, no es la facilidad de mudar los colores, ni un influxo general de los climas para cambiarlos, sino que el gris y el pardo se truecan en blanco ó casi blanco; y que para esto es menester un clima frio en extremo.

Tambien pudo nacer de dos Ardillas, Liebres, &c. comunes, un hijo albino ó blanco, que por casualidad ó precision se estableciese y perpetuase en el Norte, como sucede á los Chacrelas de Jaba, y á los Bedas de Ceylan. Lo mismo digo del pelo de los hombres del Norte: y agrego, que el de los Rusos es muy negro segun me informan. Es de notar igualmente que en todo pais el pelo y plumas de los animales se mudan cada año: que al nacer son mas obscuros, y que claréan con el tiempo, cayéndose obscuros y blancos, los que naciéron negros ó cenicientos; de modo, que quizás será esto y no mas lo que se refiere de las Liebres de Suecia.

Como quiera, yo observo que los colores se perpetúan, y que el de los Negros no solo está en la piel y en la sangre, sino tambien en la carne y huesos, segun dixe

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de las Gallinas. De forma, que aunque los colores aparecen en la superficie, no dexan de penetrar lo mas interior y sólido, como si estuviesen identificados con todo lo que constituye al animal; por consiguiente no ha de ser muy fácil su alteracion. Efectivamente he encontrado en estos paises multitud de páxaros con los mismos colores que tienen en todo el mundo. El Asno y las Vacas silvestres son aquí del propio color que en África y otras partes, sucediendo lo mismo á la Pantera. Veo igualmente que los hombres blancos y negros se eternizan en todos los climas y disposiciones locales: que hace tres siglos hay Europeos y Africanos en América, Europeos en Africa, y Negros en Portugal; y que todos conservan en todas partes su color original sin la menor alteracion.

Yo no sé por qué se recurre á influxos conjeturales de climas para explicar las variedades de color, quando es mucho mas sencillo, probable y natural, que de dos individuos comunes nazca uno de otro color, que se perpetúe; pues esto es cosa que se vé acaecer en muchos y diversos climas, y en el mismo de diversos modos. Conci-

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bo bien que las disposiciones locales pueden alterar algunas costumbres; pues los Caballos en las Pampas de Buenos Ayres, donde escasea el agua, escarvan el barro para recogerla; y que las Vacas hacen lo mismo con la nieve para comer el pasto. El Yagüareté y el Agüarachaí hacen cuevas, donde no encuentran matorrales ó escondrijos; y lo mismno practican estos Perros cimarrones. Los Páxaros crian en tierra quando no encuentran árboles. Veo tambien que los climas hacen que las Aves insectívoras no puedan vivir donde no hay insectos; y tal vez que en unas partes sean mas fecundas que en otras. Pero no puedo creer que ningun clima tenga fuerza para alterar los colores, formas y magnitud; pues veo en mi ornithologia multitud de Páxaros con las mismas formas, magnitud y colores aquí que en todo el mundo. Igualmente observo que una misma cosa se repite en diversos climas, y que en el mismo se advierten opuestas; pues encuentro en el Paragüay baxo la misma latitud Bueyes cornudos y mochos, muy grandes y chicos; y naciones enteras de Indios, que estando inmediatas, difieren hasta 6 pul-

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gadas en la estatura. Por último, veo que hay otras causas naturales, que operan en el hombre y en los animates con independencia del clima. Entre ellas cuento las que nombro albina, crespa, pelada, y el hombre; las quales alteran mas ó ménos, producen sus efectos, que se reproducen por generaciones eternas; y no es dudable que combinándose darian resultas medias. Ya he tratado de la albina, y voy á hablar algo de las demas por sus efectos, porque ignoro donde residen, y el modo con que obran.

He visto muchos Caballos crespos, llamados en el Paragüay Pichaí. Su pelo es ensortijado como el de los Negros de Guinéa, y el casco tan estrecho como el de las Mulas españolas: en lo que se apartan de los Caballos comunes. Los he visto de varios pelos, ménos píos y blancos; pero todos con la cola y crin tambien crespas, y mucho mas cortas que el comun de los Caballos. Raro ha sido el que tuviese la crin de palmo y medio: en otros apénas era de 4 pulgadas; y uno ni aun la tenia de una, sucediendo lo mismo á la cola. Estos Caballos se perpetúan: mezclados con

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otros engendran mestizos, y pasan por mas fuertes que los comunes, aunque, lo dudo. Pero como parecen feos, se procura su exterminio capándolos, y aun matando las Yeguas crespas, sin que se consiga el fin, porque siempre nacen algunos de padre y madre comunes.

De aquí infiero que sucede en los Caballos lo que vemos en los Negros de África y otras, partes: esto es, que los hay crespos y de pelo lacio; advirtiéndose la misma correspondencia en las crines y cola, que representan en algun modo al pelo de nuestras cabezas; porque en dichos Negros y Caballos crespos es corto y ensortijado, y en los no crespos largo y lacio.

Como la raza comun de Caballos daorígen á la crespa, se puede creer que los Negros de pelo largo y tendido son mu antiguos, y que de ellos proceden los de pelo corto y ensortijado. La causa ó accidente de esta variedad, que es diversa é independiente de la albina, obra tambien en el ganado vacuno; pues en él he advertido bastantes individuos crespos, aunque sin notar tuviesen las cerdas de la cola sensiblemente mas cortas que los demas.

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Nunca he visto Burro ni Mula crespos; Pero sí muchos Perros, y las Gallinas crespas son comunes. Ademas tuve yo en Huesca de Aragon cria de Palomas crespas que se perpetuaban; y en mi juicio el Páxaro que Buffon llama Bouberon es un individuo crespo. Este Autor1 cree que los Perros de aguas deben la longitud, suavidad y crispatura de su pelo á lo templado del clima español y africano; pero no dudo que se equivoca, porque si el temple produxese tal efecto, todos los Perros serian crespos y de lana larga en España y África. En todos los climas puede nacer un Perro crespo que eternice su raza, como sucede á dichos Caballos y ganado vacuno.

Ademas de las causas albina y crespa, hay otra que obra con independencia en la superficie. Raro será quien no haya visto los Perros pelados llamados Chinos y Turcos, que carecen absolutamente de pelo; pero seran pocos los que sepan que á la muger del último Virey Don Nicolas de Arredondo traxéron de Córdoba del Tucuman un Cabrito en todo idéntico á los demas, ménos que carecia de pelo natural-

1 Tom. X. pág. 32.

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mente, y tenia la piel lo mismo que dichos Perros. Murió por desgracia en la inmediacion de Buenos Ayres, y mi amigo Don Felix Casamayor le disecó con el fin de que dicha Señora le llevase España. Me dicen es raza que se perpetúa en Tucuman. Yo ví en el Paragüay un Pollo que podia ya engendrar: tenia raras plumas en las alas, y en el resto no Ilegaban á 20, y me aseguráron ser casta que se perpetuaba.

De estos antecedentes infiero que la raze de animales pelados no es original, ni aun raza, pues todas pueden dar orígen á la pelada; esto es, que tanto el Galgo como el Podenco y qualquier otro animal pueden producir Pelados que se perpetuarán.

Asegura Buffon1 que el Perro pelado es oriundo de Guinea y de la India, cuyo calor le ha privado del pelo, y dice que le priva á todos los Perros llevados allí de qualquier parte. Pero yo he preguntado, y me han dicho que en Guinea y en la India hay la misma variedad de Perros que en Europa; y Don Pablo Zizur, que por casualidad me está oyendo, añade ha-

1 Tom. X. pág. 33.

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ber visto en Filipinas, Batavia y Malaca toda casta de Perros, ménos la que se supone tuvo allí orígen. Es de notar ademas que el Autor dixo poco ántes, que la suaividad, crispatura y longitud del pelo de los Perros de aguas eran efecto del clima español y africano; y como estos parages sean ya cálidos, parece que un grado mas de calor debia alargar el pelo mas bien que extinguirlo. Pero en vano se busca en los climas la privacion del pelo. No solo quiere que el clima de Guinea y la India quiten el pelo á los Perros, sino que tambien les prive de la voz; pero me parece que se engaña, porque el Perro en todos partes ladra; ménos los pelados que gritan poco en todos los climas, proviniendo en mi juicio lo mas silencioso de ser pelados, y no de influxo de clima. En qualquiera pais puede nacer un Perro ú otro animal pelado, que se perpetuará, y no será muy gritador; pues hemos visto que hay Cabritos y Pollos pelados que se perpetúan.

Si comparamos por los efectos las causas Albina, Crespa y Pelada, encontrarémos que ésta obra rara vez, la segunda bastante, y la primera mucho; de mane-

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ra, que es mas dificil á la Naturaleza privar de pelo, que ensortijarlo; y esto mas dificultoso que mudarle de color. Pero todas tres convienen en operar en el hombre, quadrúpedos y páxaros, mas ó ménos en unos que en otros, y en ser eternas: esto es, en perpetuarse.

Todavía hay otra causa que altera los colores y costumbres, y aun algo las formas y magnitud. Esta es el hombre, que hace prodigios, no solo en los animales que maneja, sino tambien en los vegetales. He observado mil veces, que en qualquier parte donde el hombre haga un rancho ó casa, nacen al rededor plantas que ántes no habia en leguas de distancia, y que cunden hasta exterminar las demas yerbas. Basta que el hombre freqüente un camino, segun he notado, para que sus orillas produzcan dichas plantas; y todos son testigos de lo que altera los vegetales y animales que domestica, sin que sea menester detenerme en esto. Tambien los animales alteran la vegetacion; pues donde hay caballadas y Ovejas se pierde el pasto alto, naciendo en lugar suyo la gramilla. Igualmente he visto en las estancias viejas; esto

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es, donde hace años que hay bastante poblacion de Caballos y Vacas, que nace un abrojillo, aniquilando al pasto, y ocupando mucha parte de la superficie. Últimamente presumo que los animales ocasionan alteraciones en el hombre; pero nos faltan muchas observaciones sobre todas estas cosas: quando las haya creo no se hablará tanto de influxo de climas, con que hoy se quiere explicar todo lo que se ignora.

NÚM. LXVI.

DEL ASNO.

No le traxéron los primeros Conquistadores, segun infiero de que si hubiese habido Asnos en la primera fundacion de Buenos Ayres, habrian quedado abandonados con las Yegüas quando se despobló la Ciudad y veríamos su descendencia cimarrona en las Pampas, por donde he viagado sin encontrar un Asno. Tampoco le tuvo Domingo Martinez de Yrala, como era preciso si

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los hubiese entónces en el pais; pues no se hace mencion del Asno en el inventario de sus bienes. Tampoco los he encontrado cimarrones en el tránsito por tierra desde los Pueblos australes de Misiones Güaranís á Buenos Ayres: pero hace años que los ví silvestres en tropas pequeñas por los campos de Montevideo y Maldonado, adonde llevó los primeros el Padre Franciscano Fr. Josef Cordobés, despues de la fundacion de Montevideo. Ignoro de donde los sacó, aunque creo de Buenos Ayres. Eran mansos; pero el desprecio y ningun uso que de ellos se hacia los convirtiéron en cimarrones. La poblacion, que ha crecido mucho en aquellas partes, los ha perseguido y casi exterminado en el dia como animales inútiles. En el distrito de Santa Fe de la Veracruz hay muchos alzados; y á algunos se les cierran los candados de las ranillas, y pisando sobre ellas, elevan la parte anterior del casco, que con este motivo crece á veces hasta cerca de doce pulgadas, encorvando para delante y embarazando muchísimo el andar del Asno, á quien por esta circunstancia suelen llamar Chapin.

Habiéndose hecho tan comunes y bara-

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tos los Caballos, han venido los Asnos á tal abatimiento, que ni los bárbaros comen su carne, ni se hace caso de la piel para llevarla á Europa, ni hay Indio tan infelíz que no se avergüence de montarlos y de hacer el menor uso de ellos. Sin embargo las Indias de Misiones güaranís los tienen domésticos, los montan y hacen traer leña y otras cosas; pero les tratan con tanta ignominia, que sobre no darles posada ni comida, son el juguete de los muchachos, que les rajan y cortan las orejas, siendo muy raro el que las tenga cabales. El Asno no obstante, mas paciente, humilde y sufrido que el Caballo, nunca se aleja una milla de casa, y es comun verle dentro de los Pueblos buscando cáscaras de sandia y las yerbas de la calle.

En Potosí le hacen llevar piedras en sacos del mineral á los Ingenios sin arbarda, ni otra cosa, causando lástima ver sus lomos llenos de callos y mataduras. Los Indios del Perú los cuidan mucho, los aprecian y pagan; por cuyo motivo, y el de valer un real ó nada en estos paises, han intentado algunos llevar tropas pensando ganar mucho dinero, y no les ha salido

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la cuenta; porque el Asno es tan lerdo, que aburre á estas gentes, que quieren siempre ir corriendo á caballo: teme mucho entrar en el agua, y es bien dificil hacerle pasar los rios á nado; en lo que difiere del Caballo, que atraviesa qualquier rio nadando una milla y mas. Los Asnos alzados que he visto me han parecido algo mayores que los domésticos del Paragüay, pero menores que los comunes de España; ni exîste aquí aquella raza grande que sirve allá de Garañones para la cria de Mulas. Tambien me parece tener aquí el pelo algo mas largo y las orejas mas tiesas que en mi tierra.

En quanto á colores, todos sin excepcion son blancos en las partes inferiores y en la punta del hocico: en lo demas, exceptuando algunos domésticos que he visto pardos obscuros, todos los otros son cenicientos ó bayos blancos, con una tira obscura á lo largo del cuerpo, y otra al través por la espalda. No he visto ningun pio, albino, ni crespo: y es de notar que entre los animales domésticos es el Asno quien tiene color mas constante; á pesar de que por ser el esclavo mas antiguo, el mas manejado y familiar, parece debia ser el mas

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vario en colores, segun la regla que vemos en todos los animales domésticos. De aquí infiero que su especie es mucho mas fixa é inalterable que todas las domésticas. Los colores que Buffon1 y otros dan á los Asnos silvestres y mansos de Livia y otras regiones, son los mismos que he asignado, sin mas diferencia de la que cabe en el modo de explicarlos.

El propio Autor2 dice, que para coger aquí á los cimarrones se arman lazos; pero este es un error, segun dixe tratando del Caballo. Tambien city3 á Leon africano, para afirmar que los Asnos silvestres de Livia y Numidia son tan ligeros, que no les aventajan á correr sino los Caballos bárbaros: pero no es posible que nadie le crea, viendo que estos cimarrones no tienen velocidad comparable á un Caballo; aunque aguantan mucho su pequeña carrera.

Tratando de la Mula, referiré otros caractéres del Asno, y hablaré de los que aplican aquí á la cria de Mulas, y son tan apreciados, que comunmente se venden á veinte pesos.

1 Tom. VIII. pág. 2 y 34.

2 Ibid. pág. 36.

3 Ibid. pág. 34.

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NÚM. LXVII.

DE LA MULA.

Aquá no se conocen las Mohinas ó Romas, que proceden de Caballo y Burra, porque solo se fomenta el procreo de las que tienen por padre al Asno y por madre á la Yegüa. Y como los Burros son de estatura inferior, y las Yegüas tampoco llegan á las andaluzas, resulta que las Mulas son aquí muy pequeñas. Nadie las hace arar, ni tampoco á los Caballos; y todos saben que de los distritos de Buenos Ayres, Montevideo, Santa Fe y aun Corrientes y Misiones, se llevan al Perú multitud de Mulas, que hacen subir á sesenta mil al año. Las compran los Indios y Españoles de la cordillera de los Andes, y se sirven de ellas para sus tragines, á que no pueden aplicar Caballos, por ser mas delicados y difíciles de alimentar, y por no saber seguir las sendas, ni pasar por estrechuras y pasos difíciles con el tiento y reflexîon que las Mulas. Étas

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se conducen á Córdoba, Salta y Jujui, donde las detienen á lo ménos un año, para que, acostumbrándose á pisar piedras, se las endurezca el casco, y puedan pasar la cordillera, y servir en ella sin herraduras: lo que tampoco podrian hacer los Caballos.

Para tener Mulas ponen en la yegüada destinada á eso competente número de Caballos enteros, que repartiéndose, segun acostumbran, las. Yegüas en tropillas, las cuidan, y ellas están contentas. Pero para que no resulte cria de Caballos, abren á todos los mencionados enteros la uretra con dos tajos: el uno al través como á un palmo del extremo de la verga, el otro desde éste á lo largo sin llegar á la punta; y inmediatamente ponen polvos de cal viva en las cortaduras, para que no unan y formen callo. De este modo los tales Enteros, á quienes llaman Retajados, cubren las Yegüas; pero como se derraman por los tajos, no pueden fecundarlas, y lo hacen los Asnos, á quienes llaman Hechores, y van tambien incorporados en la yegüada. Como los Asnos son mas lerdos, y jamas se alargan lo que las Yegüas para comer, quedándose siempre atras, se tiene cuidado en tiempo

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oportuno de recoger y encerrar las Yegüas por las siestas con los Asnos en el corral.

Estos Garañones ó Hechores se crian con estudio: y se reduce á separar al Buche de su madre luego que nace, y disfrazarle con la piel fresca de un Potrillo recien nacido, encerrándole en el corral con la Yegüa del Potro muerto: de modo que ayudando un poco se consigue que la Yegüa crie al Buche como hijo; á quien siempre conservan en la yegüada, para que no repugne cubrirla en siendo adulto. Así sucede; pero los Garañones no cuidan ni reunen las Yegüas, como lo practican los Caballos enteros: ni dan preferencia á una Yegüa, ni á una tropilla respecto á otra, siéndoles qualesquiera indiferentes. De manera que el Caballo en sus amores, y todo el año, es amante y fiel á la quadrilla de Yegüas que le cupo; quando el Asno no hace distincion, ni otra cosa que satisfacerse. Por supuesto que llevan muy á mal los Retajados el concurso de los Garañones en tiempo tan crítico, y que les dan muchas coces y bocados. Tambien hay Yegüas que repugnan recibirlos, dándoles las patadas que se suelen conocer en los callos

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impresos en el pecho de los Hechores: pero éstos á pesar de todo no abandonan la palestra, y consiguen á costa de paciencia y constancia con las ingratas, y defendiendose á patadas y mordiscones de los Retajados.

Aseguran que las Yegüas tienen el parto de Mulas mas largo que el de Caballos; y no falta quien diga que las Yegüas que crian Mulas envejecen mas temprano: pero presumo que sea éste un error, procedente de que como no se reproducen las que paren Mulas, se figuran que acaban mas apriesa. Capan á los Mulos; y si por descuido queda algun entero, se advierte ser mas lascivo, y tan poderoso, que vence y no dexa acercar á los Caballos enteros ni á los Garañones, resultando quedar las Yegüas amachorradas ó estériles.

Las Mulas no son tan ligeras como el Caballo, pero mas que los Asnos: no repugnan lo que éstos entrar en el agua, y nadan lo que el Caballo, tomando esta habilidad de la madre. Verdad es que para hacerlas atravesar rios caudalosos he visto que las incorporan con Caballos castrados, y que quizá no nadarian sin este

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estímulo. Las Mulas no están gustosas entre Yegüas, ni donde hay Cojudos, sino al contrario entre Caballos castrados, que las corresponden hermanándose muy bien; sucediendo freqüentemente que los Caballos capones escapades para volver á la querencia, se detienen y amadrinan con las Mulas si las encuentran en el tránsito, olvidando la querencia y los amigos que iban á buscar.

La Mula tiene de Asno el sufrimiento, el comer qualquiera cosa sin excluir la bosta de las tripas de las Vacas que se matan, el buscar las sendas y lo mas limpio de los caminos, el tropezar mémos y pisar con mas seguridad, las orejas, cabeza, crin, cola, figura del lomo, y el casco mas estrecho y duro que los Caballos. En quanto á la estatura y grueso del pellejo, parece ocupan un medio entre padre y madre. Por lo or que hace á colores, mas bien los toman de la Yegüa siendo la mayor parte zainas claras; aunque las hay obscuras, bayas, gateadas y de otros colores, y tambien albinas. Pero ninguna es cenicienta ó del color del Asno; á quien no obstante se parecen en no verse una crespa, ni pia sino ra-

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rísima vez, y en tener los colorer ménos variables que la Yegüa: de modo que si toman de la madre el color, conservan del padre su inalterabilidad. Su voz se acerca mas á la del Asno: y en fin, bien meditado todo, me parece que las Mulas participan mucho ménos del Caballo que del Asno, y que debe ser así, porque éste es una especie á mi ver mucho mas fixa é inalterable que la del Caballo.

Sienta Buffon1 que en el órden natural constituyen las hembras mas bien que los machos la unidad de especie; y que por eso se acercan las Mulas mas á la madro. De aquí concluye que la hija de Burra debe producir mas fácilmente con el Asno, que con el Caballo; sucediendo al contrario si la Mula es hija de Yegüa. Pero yo veo que toda Mula tiene mas de Asno que de Caballo, aunque sea hija de Yegüa: y creo que en la union de dos especies, no prevalece tanto la hembra, como la mayor fixeza é inalterabilidad de una especie respecto á la otra. Y como no dudo que la especie del Asno es muchísimo mas fixa que la del Caballo, infiero que siempre produ-

1 Tom. XXIX. pág. 200.

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cirá, mejor un Macho ó Mula (roma ó no) con una Burra ó Garañon, que con una Yegüa ó Caballo.

NÚM. LXVIII.

DE LAS VACAS.

El Capitan Juan, de Salazar, hijo de la Villa de Pomar, llevó de Andalucía siete Vacas y un Toro á la costa del Brasil, y luego las conduxo por tierra al Rio Paraná en frente de donde le entra el Monday. Allí las embarcó en una Balsa, baxando dicho Paraná hasta su union con el rio Paragüay; y subiendo por éste, llegó felizmente á la Ciudad de la Asuncion el año de 1556. Éste es el primer ganado vacuno que llegó á estos paises, donde ha multiplicado sin cuento, y le llaman simplemente Ganado. El alzado, orejano y cimarron es el que vine en manadas numerosas, huyendo de los ginetes por donde se le antoja, y corriendo los campos á su arbitrio. Se suele incorporar con el que llaman Manso, y

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comunmente se escapa todo junto; pero no lo hace con el estudio que los Caballos. Como el ganado cimarron, encerrándole algunos ratos en el corral y pastoreándole, se reduce á manso en veinte ó treinta dias, sin que el manso difiera del otro en otra cosa que en el color, trataré del. doméstico, debiendo entenderse lo mismo del alzado.

Prospera en todas partes, como eneuentre buenos pastos y aguadas; pues vemos que le acomoda el clima de Maluinas, y el de la Provincia de Chiquitos entre los 15 y 17 grados de latitud austral, y que abunda mucho en el Paragüay y en las Pampas de Buenos Ayres. Parece sin embargo que le acomodan mas unos paises que otros; pues las Terneras del Paragüay paren al tercer año y en Montevideo al segundo. Ademas el ganado del Paragüay, aunque muy grande, creo que no lo es tanto como en Montevideo. Se figura Buffon1, que estos ganados han degenerado, y que son menores que en Europoa; pero no dudo que diria lo contrario, si hubiese observado los cueros que van de aquí; pues

1 Tom. XXIII. pág. 128.

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se han llevado algunos que pesaban ciento veinte libras.

Nadie le da cubierto, ni mas comida que el pasto del campo: ni tampoco sal, ni la necesita desde los 27 grados hasta Maluinas; pero desde dicho paralelo hácia el Equador no subsiste sin comer lo que llaman barrero. Éste es una tierra salada, que come con ánsia toda clase de ganados, y aun otros animales, sin lo qual se van aniquilando y perecen ántes de seis meses. La mitad oriental de la Provincia del Paragüay, y las tierras orientales á nuestros Pueblos de Misiones del Departamento de San Miguel, no tienen tal barrero; y por esto sus pastos, aunque abundantes, no pueden mantener Caballos, Asnos Mulas, Bueyes, Cabras ni Ovejas. Lo mismo parece que sucede á la mayor parte del Brasil: de donde viene que cria pocos ganados, y que los que hay tengan, segun dice Buffon1, poca estatura, y carne mole y despreciable. Pero atribuye el Autor estos defectos, á que escaseando el pasto, se alimentan de calabazas silvestres; y no dudo que se equivoca, pues no hay calabazas para lo que dice, ni

1 Suplemento tom. V. pág. 96.

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escasez de pastos, ni falta otra cosa que là sal ó barrero. El ganado mastica tambien con gusto los huesos secos de qualquier animal, aun los de su especie; y bebe sin reparo qualquiera agua, aunque sea turbia ó salobreña: en lo que difiere del Caballo, que prefiere la limpia.

Dicen en el Paragüay que una estancia de 15 varas de longitud y 5 de anchura; esto es, de dos leguas marítimas quadradas, puede alimentar bien de quatro á cinco mil cabezas, baxo la direccion de un capataz y quatro peones. Esta gente, que necesita sesenta Caballos, se exercita en juntar el ganado cada semana en determinado sitio, elevado y abierto, que llaman el rodeo. Para esto corren dando voces en contorno de la estancia acompañados de algunos Perros, y todo el ganado manso echa á correr sin parar hasta que se detiene todo junto en dicho rodeo. Con esto evitan que se alce ó escape de la estancia, y en el rodeo separan el que quieren para ventas y consumo. Desde agosto á enero, que es quando paren las Vacas, las llevan en el Paragüay al rodeo dos veces cada semana, para quitar los gusanos á muchas

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Terneras, que perecerian sin este auxîlio comidas por el ombligo. Casi lo mismo sucede en Corrientes y en Misiones; pero en Montevideo y Buenos Ayres son los gusanos tan pocos, que no se hace caso de ellos: ni juntan los ganados en dicho tiempo sino muy rara vez, porque padecerian las Vacas preñadas, y porque se perderian muchas Terneras recien nacidas. Este peligro no es tan grave en el Paragüay, donde las estancias son mucho menores y mas bien cuidadas.

La Vaca pare siempre donde pueda estar el Ternero echado y oculto entre pasto alto, y luego que le lame y asea, se va á pacer léjos de allí, y vuelve de noche á darle de mamar. Si la Ternera es hembra, suele seguir á la madre al segundo dia; pero siendo macho, no lo hace, segun dicen, hasta el quinto; en cuyo tiempo recibe las visitas nocturnas de la madre. Pretenden los prácticos que la Vaca le ama notoriamente mas que á la hija hembra.

se regula el procreo de las estancias en un quarto ó un tercio del total: esto es, que la que tiene quatro mil cabezas de todos sexôs y edades, procrea al año de mil

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á mil trescientas Terneras Aunque algunos dexan diez Toros para ciento ó ciento viente Vacas, lo mas comun es no dexar sino los Toritos hasta que los capan al tercer año cumplido. Como todos andan siempre juntos, se hallan los Toros enervados; y quizas de ahí viene no ser tan ligeros ni tan feroces como los de España.

En el Paragüay se suele internar el ganado en los bosques por hibierno, y salir en septiembre ostigado de los tábanos, de la infinidad de garrapatas, y de la naturaleza que le estimula á buscar el otro sexô. Para que coma pasto tierno pegan fuego al campo; y si acaece que la quemazon rodea al ganado, éste atropella y sale: lo que no sucede á los Caballos y Yegüas, que quedan inmóviles, dando coces hasta que perecen abrasados.

El ganado suple aquí casi todas las necesidades. La mayor parte de la gente no come pan ni otra cosa que su carne asada: de las astas hacen vasos, cucharas y peynes; y poniendo un tapon en lo mas grueso, abriendo un agujero en la punta, les sirven de jarros y cántaros, llamándolos abifles. Del cuero fabrican todas las cuer-

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das y sogas, la mayor parte de los utensilios, como canastas y arcas, llamándolas tipas y petacas; y haciendo con un cuero una candileja de quatro picos, á que llaman pelota, pasan en ella los rios aunque sean de media milla ó mas de travesía. Sobre el cuero duermen, con él hacen puertas y ventanas, y muchas veces las cases. La grasa suple al aceyte, aun en Quaresma. Del sebo hacen velas y xabon, y los huesos sirven de leña para los hornos, y aun en las casas, porque escasea mucho en los campos, principalmente de Buenos Ayres. Las calaveras son sus sillas y bancos. De la leche hacen en el Paragüay variedad de guisados quesos, que por lo comun valen poco, porque los fabrican mal, y despues de haber comido la nata; pero quando quieren poner cuidado hacen quesos tan buenos y majores que en Holanda. Lo mismo digo de la mantequilla: de modo, que si se dedicasen con instruccion á fabricar quesos y manteca, podrian estas gentes surtir á la Europa de uno y otro. Sobre esto es de notar que las Vacas á quienes se destina para lecheras, se agusanan y pierden las tetas si se las dexa de ordeñar.

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El ganado nada muy bien una milla; pero es menester dirigirlo con algunos Caballos, ó repuntarlo por los costados con canoas ó nadando. Los Toros de cinco á seis años para arriba se separan de las Vacas, formando quadrillas alzadas que repugnan ir al rodeo, y no hacen caso de las hembras sino en verano, que es quando lo exîge la naturaleza; y muchos aseguran que ni aun entónces: por cuyo motivo se hace forzoso matarlos para que no contribuyan á que se alce todo el ganado, Se observa generalmente la propension de los Toros á subir á las alturas, y que lo hacen, no derechamente, sino al sesgo, y formando una espiral si el cerrillo es redondo. Al contrario las Vacas, prefieren las cañadas y laderas. Tambien se nota ser los Toros los primeros que penetran las espesuras y que buscan paso en los rios.

Dicen que de la escasez de Toros resulta abundar el procreo en hembras; y que disminuye el multiplico quando hay exceso de Toros viejos; porque éstos estropean á las vaquillonas, las quebrantan el quadril, y las hacen abortar. Por esto tienen cuidado de caparlos al cumplir el tercer año.

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Otros castran ántes, y se nota que los capados á los dos años no toman tanto cuerpo y carne como los castrados á los tres ó en mayor edad; pero en cambio engordan mucho mas. De esta diferencia viene que en los saladeros de carne prefieren á los capados en mayor edad; y á los otros quando solo se trata de comer y de recoger sebo. Tambien hay quien diga que disminuya el procreo si no hay cuidado de introducir de tanto en tanto en las estancias Toros, y aun Vacas de otras distances. La misma causa dicen que ocasiona la diminucion de estatura.

Se observa que el ganado está mas gordo en el un costado, y que es sobre el que duerme siempre. Si se encierra algun ganado quatro ó seis dias sin comer, enferma sin disminuir el sebo y gordura que tiene; pero si le dan agua, y no comida, se conserva sano, aunque pierde la gordura. Los carniceros saben muy bien esto, y por eso nunca dan agua al ganado para que no pierda la gordura, y se les da poco que los animales se enfermen. Nadie conoce su edad por los dientes ni sus enfermedades, y solo por los cuernos y por la es-

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tatura distinguen los de tres ó quatro años. Las Vacas y Bueyes crian mucho sebo y grasa, los Toros poco, y el Manso ó de rodeo está siempre mas gordo que el cimarron.

La carne de Vaca es la mas tierna y de mejor gusto: le sigue la del Buey y Novillo (así llaman al Capon no domado, aunque tenga seis ó mas años), y la mas inferior es la del Toro. Me parece tener mucha ménos substancia que en España; pues veo que en ninguna estancia se come pan ni otra cosa que carne asada: que la racion ordinaria es una res al dia para quarenta ó cincuenta hombres: y que qualquiera Peon ó Indio se almuerza casi un costillar asado, las mas veces sin sal y sin que le haga daño, ni dexe de comer y cenar como si no hubiese almorzado. Veo tambien poner en la olla una docena de libras de carne, sin que tenga el caldo la substancia que tomaria en mi tierra con una. De aquí deduzco que las carnes saladas aquí nunca serán tan buenas como las de Europa.

Procuran no fatigar las reses ántes de matarlas, diciendo que de lo contrario no

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se puede comer la carne, á que llaman cansada, porque tiene mal olor y gusto, y es nociva á la salud. Los prácticos conocen este defecto ántes de cocerla, otros ántes de comerla, y todos al probarla: pero no dudo que el mal gusto y olor de la tal carne no viene de la fatiga, sino de alguna enfermedad que padecia la res sin manifestarla, ó de que habria comido alguna yerba de las que comunican malas qualidades; porque lo cierto es que muchas veces he comido excelente carne de reses que habian corrido mucho ántes de matarlas. Buffon dice que la carne de Vaca es mas seca que la del Buey, y creo que se engaña.

Sabido es que de Buenos Ayres y Montevideo se extraen anualmente de 800 á un millon de cueros de Toro y Novillo, porque está prohibido embarcar los de Vaca por una cédula de 4 de septiembre de 1751. Esta disposicion se dirigia á conservar el ganado cimarron, que era quien principalmente producia los mencionados cueros; pero como este ganado es ya muy poco, y casi todos los cueros son del manso, resulta que los hacendados no tienen salida de los de sus Vacas viejas ó inútiles,

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y como son tantas como los Toros, pierde sus cueros el comercio: posteriormente se ha permitido extraer cueros de Vaca. Para hacerlos del ganado cimarron, se juntan una tropa de hombres á caballo, que puestos en dos hileras formando ángulo, comprimen por ámbos lados al ganado; y uno, llamado el Cortador ó Vaquero, que va el último en el ángulo, desjarreta las reses con una media luna en la punta de un palo. Para esto no cesan de correr, y quando y tienen suficientes, vuelven atras, y el vaquero va dando una puñalada con un chuzo á cada res en el corazon, y los demas se apean para quitarle, algunas veces el sebo y siempre el cuero; siendo tan diestros en esto, que hay hombre que desuella sin auxîlio veinte y seis reses al dia. Quando se quiere matar para comer, enlaza un hombre á caballo la res por las astas ó cuello, y otro la apeala, que es enlazarla por el pie, y tirando opuestamente la sujetan y degüellan. Es admirable la destreza con que enlazan, y mas ver el acierto con que al pasar la res corriendo, le arrojan el lazo de modo que quede prendida por un pie ó por los dos.

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El ganado cimarron no difiere del que llaman manso, sino en e1 cuero algo mas grueso, en el pelo del cerviguillo poco mas largo y crespo, y en el color, que es siempro osco, ó roxizo pardo en las partes superiores, y negrizco en todo lo demas: bien que domina mas ó ménos un color sobre otro, de modo que lo roxizo en algunos ocupa solo el espinazo, y se extiende en otros hasta las faldas: y algunos tienen la barriga blanca.

Buffon1 dice que el ganado alzado del Cabo Blanco y Sierra Leona en Africa es por lo comun pardo, y que el de Duquela, Tremecen y otros parages de Berbería, y el de Numidia es castaño obscuro: lo que viene á ser lo mismo que osco. Pero el ganado manso varía aquí tanto ó mas de colores como los Caballos mansos; siendo de notar que los pios por lo general tienen las manchas mas grandes que los Caballos pios.

Una de las variedades mas bellas de color es la que llaman yagüané. Tiene una faxa ó tira blanca, que empezando en la union de la espalda y cuello, sigue lo lar-

1 Suplemento tom. XV. pág. 96.

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go del espinazo, y ensanchando en las ancas, continúa por la barriga hasta acabar en la papada; pero ocupa con zunchos ó anillos lo alto de las quatro piernas, y todo el resto sin excepcion es negro en unos, y roxizo en otros. Esta variedad se perpetúa, y hace treinta años que se conduxo de Corrientes á Montevideo y Buenos Ayres, donde no se conocia. Lo mismo sucedió quince años ha con unos bellísimos Toros, cuyo fondo es muy blanco chorreado de muy negro.

Como todo ganado alzado sea osco, podemos decir, segun lo hicimos en los Caballos, que el primer Toro y Vaca fuéron oscos, y que éste es el mejor pelo. Efectivamente aseguran los prácticos, que los Bueyes oscos son los mejores: que los manchados de blanco y roxo son malos y traydores: y que los bayos, barcinos y chorreados son algo floxos.

Aunque muchos doman para Bueyes los ya castrados ó Novillos; los mas inteligentes saben bien que se doman con mas prontitud y facilidad, y que son mejores Bueyes, los Toros, enlazándolos á los tres ó quatro años, y unciéndolos inmediatamen-

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te á la carreta; lo que cuesta algun trabajo la primera vez; pero á la tercera están ya mansos, y los capan luego para que no se vayan tras de las Vacas.

Los Bueyes suelen volver á su querencia de ochenta leguas si no se tiene cuidado, y á todos les despuntan por preaucion los cuernos y por ellos los uncen; pero los Portugueses los hacen trabajar á canga, con collera: lo que dió ocasion en Maldonado á una apuesta sobre la ventaja en el modo de uncir; y habiendo hecho tirar opuestamente á una yunta Portuguesa con otra Española, quedó la victoria por ésta. Para que los Bueyes sean mas ayrosos, le suelen algunos desgajar la papada, á fin de que cuelgue un giron.

He visto en el distrito de Corrientes una raza de ganado muy baxa de piernas, sin que por eso fuese inferior en lo grueso del cuerpo. A D. Casimiro Necoehea le lleváron de Montevideo una Vaca y un Toro de dos años y medio. Sus cuernos y formas eran comunes y la estatura pequeña para la edad; pero la cabeza, aunque de grueso competente, era un tercio mas corta de lo que debia ser, y la frente mas

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ancha y poblada de pelo crespo, mas largo de lo ordinario, y muy plana hasta la punta del hocico; que estaba arremangado mostrando los dientes, y las narices estaban encima. Dicen que hay raza de ellos.

Los Bueyes tienen cuernos mas largos y gruesos que los Toros y Vacas, y los de éstas son menores que los de Toro. Buffon sin embargo asegura.1, que los de Vaca son mas largos y gruesos que los de Toro; y agrega que se caen á los tres años al ganado vacuno, y que se les renuevan para no volver á caer2. El autor se corrige de este error en la nota: el lector juzgará si bien ó mal. He visto en el Paragüay y Corrientes Toros con la cabeza mas corta y ancha arriba. Los he visto con cuernos verticales, rectos, cónicos y gruesos, á quienes dan el nombre de Chivos; pero no sé que cxîstan en Montevideo y Buenos Ayres.

En la estancia de los Jesuitas de Corrientes, llamada el Rincon de Luna, nació el año de 1770 un Toro mocho ó sin cuernos, que ha propagado su raza en todos

1 Tom. VIII. pag. 116.

2 Suplemento tom. XI. pág. 72.

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estos paises: siendo de notar, que los hijos de Toro mocho lo son, aunque la madre tenga cuernos; y que los Terneros de padre con cuernos los tienen, aunque la madre sea mocha. De esto se deduce, no solo el influxo dominante de los machos sobre las hembras, sino tambien que los curnos no son esenciales al ganado vacuno, así como no lo son á las Cabras y Ovejas. Tambien se deduce que se perpetúan los individuos singulares, que produce alguna vez la naturaleza quizás por algun accidente ó casualidad: de donde vienen muchas de las variedades que notamos en las especies domésticas. Pero es de advertir, que no sucede siempre lo dicho; pues he visto algunos Toros mochos que empezaban á criar cuernos pequeños, caidos y pegados á la piel, meneándose como arracadas quando caminaba el animal: de modo que en apariencia estos cuernitos no tenian relacion con el hueso frontal, á quien sin embargo estaban unidos por nervios y filamentos que se van consolidando con el tiempo.

Buffon dice1, que en Islanda hay Vacas

1 Tom. XXIII. pág. 107.

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mochas en los cantones de la Isla escasos de pastos; cuya superabundancia y la del alimento cree son el orígen de los cuernos, y de todas las partes excedentes de los animales. Pero el Toro mocho del Rincon de Luna convence lo contrario, pues en la misma estancia naciéron el propio año veinte mil Terneras cornudas, y los hijos de Toro mocho lo son en todas partes. Ademas de que, segun las ideas del Autor, ninguna Vaca flaca pariria hijo cornudo.

En los campos de, Montevideo vi un Buey regular en las formas, que tenia otro cuerno de 12 pulgadas en la mitad del costado del cuello, pegado á la piel, y oscilaba fácilmente. Era agudo, casi recto, bastante grueso, y no tan liso como los de la cabeza. En el otro lado del cuello se conocia la cicatriz de otro cuerno que le habian arrancado.

El 4 de agosto de 1788 me avisó Don Pedro Cerviño, que habia visto en una carreta de 1as que lleváron tabaco á la Real Factoría del Paragüay un Toro y Vaca en una pieza. Fuí á verle inmediatamente, y le encontré rodeado de multitud de curiosos. Su dueño, que era del Pago de Acaáy,

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me dixo haber tenido tres idénticos de dos Vacas hermanas lecheras, y que los dos habian muerto adultos. Añadió que el presente perseguia las Vacas en vano, y que los Toros no le hacian caso. Exâminé al hermafrodita, que tenia fisonomía de Toro: la frente hundida: y la funda de la verga tan larga, abultada y aparente como qualquiera Toro, con el orificio correspondiente; pero el tacto me hizo conocer que estaba vacía sin miembro ni indicio de él. El escroto era tan encogido, que mas bien que bolsa, parecia dilatacion del cuero, y solo incluía un testículo, mas grueso que el de un Toro viejo. La vulva por su figura aparente en nada diferia de la de una Vaca; aunque penetraba muy poco, sin comunicar con vagina ni matriz, y no tenia dentro mas conducto que el de la uretra, por donde expelía la orina con violencia á mucha distancia.

A propósito de hermafroditas. En mi casa del Paragüay vive Eugenio Martinez, de edad de doce años, que en la Villa de Curugüatí fué bautizado por muger, y á los quince dias le volviéron al Cura para que le bautizase por hombre. Sus padres, españoles

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pobres, lo diéron á mi Padre Capellan Don Antonio Arcos y Matas, hoy Canónigo del Paragüay, que vivia conmigo, y toda la Ciudad le ha visto y registrado. Su cara es indecisa, y la estatura inferior á la de una muchacha de su edad. La vulva en apariencia es perfecta; pero penetra poco, no comunica con la vagina, y en su ángulo anterior hay un miembrecillo ciego que sale bastante, baxo del qual dentro de la vulva está el conducto de la orina. Carece de escroto, aunque el taoto encuentra los testículos en lo interior de los labios. Hablando del Pajero pardo y blanco en el número 226, advertí que tambien hay Pajeros hermafroditas; pero no quiero decir con esto, que estos individuos singulares pueden hacer uso de ámbos sexôs, segun suele decir el vulgo; porque ninguno de ellos es capaz de exercer funcion ninguna en la generacion.

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NÚM. LXIX.

DE LAS OVEJAS Y CABRAS.

A las primeras Ovejas y Cabras que pisáron estos paises las traxo al Paragüay el Capitan Nuflo de Chaves el año de 1550, conduciéndolas por tierra desde Chuquizáca, atravesando la Provincia de Santa Cruz de la Sierra y la de los Inaios Chiquitos.

Las Ovejas de estos paises producen tres Corderos, á lo ménos dos al año, en dos partos: de donde se infiere que se puedeo multiplicar al infinito en poco tiempo. Verdad es que, segun estos campestres, aniquilan el pasto mas que los Caballos, y éstos mas que las Vacas; ya sea porque 1e arranquen al comerlo, ó mas bien porque nunca se alejan mucho, y pisan siempre sobre el mismo pequeño círculo. Sus pastores son los Perros ovejeros, de que hablaré luego; y quando no los hay, las mismas Ovejas, abriéndoles el corral de mañana, se van solas por estas tierras incultas, diri-

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giéndose siempre, como las Vacas, cara al viento; y por la esta seña va un muchacho á caballo por la tarde, las encuentra y trae al corral. En esto se diferencian del Caballo y del Asno, que prefieren dar la grupa al viento.

No se conocen sus enfermedades ni la edad por los dientes: ni castran sino á pocos machos en el Rio de la Plata: ni los separan de las hembras, y en todas partes prefieren á su carne la de Vaca. Se crian tanto ó mas grandes que en España: las hay negras y blancas, mochas y cornudas, y se ven algunos moruecos con cinco y sies astas. La lana es churra ó riveriega; y aunque tengo poco voto en su calidad, me parece regular en el Paragüay, mejor en Buenos Ayres, y muy sobresaliente la de las Ovejas de los barbaros Pampas, de los Patagones, y de los de la falda oriental de la Cordillera de Chile: ésta tiene la conveniencia de estar limpia de cadillos.

En lo que he andado son rarísimas las Cabras, porque no las aprecian para nada, aunque tambien paren 3 ó 4 Cabritos en dos partos al año. Pero en el Tucuman, donde usan sus pieles como en España pa-

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ra llevar vino, y las curten para cordobanes, crian multitud de Cabras, cuyas formas, magnitud y todo me dicen no diferir de las de España.

NÚM. LXX.

DE LOS PERROS.

El estado en que se hallan en estos paises los divide en domésticos y cimarrones. Aquellos son de todos tamaños, y generalmente de razas atravesadas, porque no se pone cuidadado en conservarlas puras: pero no he visto Galgos ni Dogos; y exceptuando los que se crian en las casas de los Pueblos, los demas no quieren comer pan ni otra cosa que carne cruda, que es lo que abunda en las casas campestres.

Entre los domésticos merecen particular mencion los que apellidan Ovejeros, porque cuidan del ganado lanar aquí, donde no hay los Pastores que en Europa. Estos Perros echan la majada del corral por la mañana; la conducen al campo; la acom-

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pañan todo el dia, conservándola unida; y si son muchos, se reparten al rededor, defendiéndola de los Páxaros de rapiña, de Perros cimarrones, del hombre y de qualquier insulto. Al ponerse el sol la vuelven al corral, donde se echan á dormir y pasan la noche juntos. Si se quedan atras algunos corderitos recien nacidos, los toman cuidadosamente en la boca y los conducen un trecho, volviendo por otro hasta que no queda ninguno. Estos Perros no son precisamente mastines, sino de qualquiera raza grande. Los crian é instruyen en su oficio, tomándolos de la madre ántes de abrir los ojos, y haciéndoles mamar varias Ovejas, sujetándolas por fuerza, hasta que siendo grandecitos los hacen dormir con ellas en el corral, y luego que pueden siguen la majada en el campo, acostumbrándose á la vida pastoril. Pero como miéntras son cachorros quieren jugar con las Ovejas, y á veces las aturden muriendo algunas de resulta; precaven esto colgando al cuello del Perro un palo ó una calavera que les dé en las muñecas impidiéndoles que puedan retozar. Los dueños tienen cuidado cada mañana de dar sufi-

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ciente almuerzo y agua á los ovejeros; porque si tienen hambre ó sed entre dia, llevan la majada á las cercanáas de la casa, y dexándola á la vista, van á buscar su necesidad, volviendo luego al pastoreo. Previenen algunos el hambre de los ovejeros despues de almorzar, poniéndoles un collar de came cruda para que la coman quando les venga la gana; pero no ha de ser de Oveja ni Cordero, porque ni con hambre la quieren comer. Castran á los ovejeros para que no abandonen el rebaño tras de alguna Perra; y nunca instruyen á las Perras, porque con la brama atraerian otros Perros, que espantarian el ganado, y serian ademas inútiles miéntras criasen. Se aprecian tanto estos Perros, que se suelen vender á 20 ó 25 pesos, quando una oveja vale un real, y á lo mas dos.

Hay por acá machos Perros de un carácter singular. No son de raza ó casta determinada, sino de todas las medianas y grandes. Estos, aunque hijos de los domésticos en las estancias á chozas campestres, siguen y hacen fiestas á qualquiera pasagero á caballo; y quando se les antoja, le dexan sin el menor motivo despues

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de algunos dias, y á veces al primero, quedándose en otra estancia, y tambien en el campo para incorporarse con el primero que pasa. En suma, tales Perros, que no son pocos, no toman aficion á nadie, ni á las casas, y suelen llamarles Gauchos (este nombre dan á 1os jornaleros campestres), porque no hay cosa mas parecida que dichos Perros y hombres Gauchos en la inconstancia de su carácter, y en no conocer amistad ni apego á sitios, personas, ni otra cosa alguna en toda la vida.

Los Perros cimarrones proceden de los domésticos que han adquirido la libertad, quizás no tanto por eleccion ó deseo de dexar al hombre, como por necesidad; porque siendo los Indios, y casi todos los campestres muy descuidados, atienden poco á los Perros, y muchas veces no matan á los que paren sus Perras, resultando que se llenan las casas campestres en poco tiempo, y faltándoles que comer, ó por riñas entre ellos, se van al campo, donde tambien dexan muchos cansados los viageros.

Como estos Perros alzados no pueden subsistir con la caza menor, por faltarles

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las astucias y la vista perfecta de noche que tienen los Zorros, atacan á las Terneras y Potrillos de que viven. Para esto van siempre en quadrillas, que embisten á las Vacas y Yegüas, haciándolas correr para que queden atras sus infelices crias, que matan algunos de la quadrille, volviendo todos á comer. La sociedad que los une para cazar, no les da derecho á comer en comun; porque los mas fuertes se satisfacen primero, dexando el resto á los demas. Como este modo de subsistir necesita de vigor, son todos los cimarrones corpulentos, y en mi dictámen de la raza que Buffon llama Grand Danois, que creo llamamos Lebrel; pero á mi ver tienen el pelo mas áspero, el hocico algo mas largo y agudo, las orejas mas gruesas y el cuello mas abultado que los domésticos de la propia casta. Llevan las orejas muy derechas, y dicen que traen la cola siempre caida: pero aunque los he visto huir con la cola entre las piernas, como sucede tambien á los domésticos que huyen; he observado que á cierta distancia, creyéndose seguros, se detienen y ladran levantando la cola. Crian en cuevas que excavan en tierra, ó

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aprovechan las del Agüarachaí y las Vizcacheras, ensanchándolas. No padecen la rabia ó hidrofobia, que aquí es desconocida: ladran mucho, y á veces ahullan sin diferencia de los domésticos. Huyen del hombre; y por lo que hace á colores, los mas son roxizos, bayos, barcinos y negros, aunque tambien los hay manchados de todos colores.

Su libertad es posterior á la de los Caballos y Vacas; porque hasta que estos ganados pobláron las campañas, no habrian tenido los Perros que comer. Su estado de libertad tampoco es tan puro como el de los ganados, porque diariamente entran muchos Perros domésticos á ser cimarrones. De modo, que en mi sentir no se puede juzgar de la forma, color, magnitud y costumbres del Perro primitivo por lo que se ve en estos alzados.

Como en el Paragüay no hay ganado cimarron, y las estancias están mucho mas juntas, siendo mas pequeñas, no se encuentra un Perro cimarron, ni los habrá jamas; porque los que riñesen en verano por las Perras, pereceriarn agusanados. Pero desde los pueblos australes de Misiones há-

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cia el Sur, y aun por las Pampas de Buenos Ayres, abundan muchísimo; cuyo exterminio convendria infinito por los grandes destrozos que ocasionan. Los Estancieros salen de tanto en tanto á perseguirlos con gente á caballo, que los mata con chuzos, bolas y lazo; pero este medio es muy trabajoso é insuficiente: lo mismo digo de poner alguna res muerta en un corral, cerrando la puerta de noche quando se atisba que han entrado muchos. Mas fácil y eficaz sería traer una fruta silvestre, llamada en Cataluña Matacá, y esparcir sus polvos sobre la carne; porque moririan infaliblemente quantos la comiesen.

Asegura Buffon1 que habia en México y en el Perú ántes de llegar los Españoles unos animales domésticos llamados Alcos, del índole natural, y magnitud que los Perros pequeños. Hernandez habla de uno, y Fernandez de tres; pero como nadie despues dé razon de tales animales, ni exîsten que yo sepa, creo que dichos Alcos no son sino Perros españoles.

En efecto, el primero de Fernandez, llamado Xoloitzcuintli, parece indudable-

1 Tom. XXX. pág. 200.

NN 2

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mente un Perro turco ó chino; pues le caracteriza diciendo, que carece de todo pelo, y que su piel es manchada de amarillo y azul. Sin duda el Autor no habria visto Perros pelados en España, y se figuró que el que miraba era americano.

Del segundo dice que se parece al Perro Maltés pequeño en el tamaño; pero que es muy singular por su deformidad: pues es jorovado: tiene el cuello tan corto que parece salir la cabeza de la espalda; y le llaman Mechuacanens, por suponerle oriundo de Mechoacan. Este es el mismo que Rechi apud Hernandez dice llaman en el Perú Izcuintepotzotli. Pero en primer lugar este nombre no es perulero, sino mexicano. Lo segundo, este Perro no es especie, sino un miserable individuo capon, como muchos que he visto por acá, con los mencionados caractéres de cabeza desproporcionada, por parecer pequeña, no engordando con la monstruosidad que suelen tales Perros, pasando quasi toda la vida durmiendo.

El tercero que Fernandez llama Techichi, haciéndole bastante parecido á nuestros pequeños Perros, dándole aspecto tris-

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te y salvage, y buena carne para los americanos: no sé lo que será, aunque me inclino podrá ser mi Micuré, mas bien que raza de Perro. Buffon le presume su Kupara, engañándose mucho; pues este es Agüaraguazú, fiera grande y poderosa, á quien no adapta lo que dice Fernandez.

Por lo demas me admiro que Buffon, describiendo al Perro, asegure que las treinta ó mas razas que conoce proceden de una sola pareja original. Hay algunos treinta veces mayores que otros: con cola y pelo ó lana largas, cortas, y sin ellas: de orejas anchas y estrechas, largas, cortas, derechas, caidas, gruesas, delgadas, agudas y elípticas: de piernas delgadas, gruesas, altas, baxas, derechas y tuertas: de cuerpo rollizo, largo, corto y delgado: de hocico largo, corto, agudo, grueso, delgado &c.: con olfato y sin él: veloces y pesados: avispados y poltrones; y en fin, de diferentísimas formas, magnitudes, costumbres, inclinaciones, &c.; y Autor quiere que todas estas diferencias dimanen de los climas. Si así fuese, todos los Perros de cada pais serian iguales, y el clima que hubiese dada, orígen á los Perros sin cola,

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como los hay en mi tierra, no sufriria raza alguna con ella; y aun se la habria quitado al Lobo y á la Raposa.

Quando el Autor trata del hombre atribuye al clima la blancura de los Ingleses; y hablando del Perro, quiere que los que son blancos en España, se vuelvan negros en Inglaterra, haciendo que los climas produzcan efectos contrarios. Establece otra causa de las variedades de los Perros en la esclavitud; y á la verdad que en mucha parte lleva razon, pues vemos que obra muchos y admirables efectos; pero no todos los que se figura, pues el Asno es sin disputa el esclavo mas antiguo, ó á lo ménos tanto como el Perro, y conserva no obstante en todas partes blanco el hocico y lo inferior, las orejas, cola, casco, y todo lo que tuvo su tipo: ni es posible creer que de un Perro de cola larga resulte otro sin ella.

Todo lo que sobre estas cosas cree Buffon, y lo que con freqüencia asienta del influxo de los climas, es para mí sin suficiente fundamento. Y contrayéndome á lo presente, no dudo que varias especies primitivas de Perros diéron orígen á los que

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vemos; y que dichas especies se domesticáron y uniéron; pero como eran muy próxîmas, produxéron individuos fecundos, ó razas diferentes.

Contra esto se opondrá, que los animales capaces de juntarse y de producir hijos fecundos son una especie, y tienen necesariamente un mismo orígen; pero esta necesidad es la que creo sin apoyo sólido, á pesar de que parece está adoptada como axîoma de historia natural. La Mula, que procede de especies diversas, pare a1guna vez; y si no es tan fecunda como el Caballo y el Asno, es porque estos distan todavía demasiado. Si se domesticasen mis Gatos silvestres, se les veria producir resultas fecundas: lo propio digo del Lobo y la Raposa. Hay páxaros diversos, que domesticados se unen y producen individuos fecundos; en lo que conviene Buffon, y es imposible creer que la Naturaleza haga excepcion en los quadrúpedos. En fin, el tiempo aclarará estas cosas. Los Naturalistas venideros aun darán mayor extension á mis ideas; y yo pudiera decir algo, y no me atrevo, por no tener observaciones para afianzar todo lo que concibo. La único

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que deseo es que no se pretenda encubrir nuestra ignorancia, ni atajar nuestros conocimientos con ideas conjeturales y falsas de influxos de climas; porque miéntras subsistan no hay que esperar progresos en la historia natural.

CARACTÉRES GENERALES

DE LOS MURCIÉLAGOS.

Son trece especies, todas descritas en e1 Paragüay, cuyos Güaranis les llaman en general Mbopí. Se consideran feísimos y estravagantes; y en realidad no puede decirse otra cosa de unos animales medios entre páxaros y quadrúpedos. De aquellos tienen el volar, y el pecho ancho y carnoso; y de estos la cabeza, hocico, dientes, orejas, lengua, pies y saber andar con los quatro, la cola, el parir, el pelo, los pechos, dar de mamar, y las partes sexûales. Aun las alas son mas bien brazos sin pelo ni plumas, con el pulgar y su uña bien marcados; y aunque los otros quatro dedos están bien bosquejados, son

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mas propiamente huesos delgados prolongadísimos, y envueltos en una membrana que los une al cuerpo, al brazo, pierna y á la cola; de modo que, pensándolo bien, no son páxaros ni quadrúpedos; pero se acercan mucho mas á éstos.

Como tienen las piernas algo atrasadas, y las alas muy extendidas, se elevan del suelo y caminan con dificultad. Su boca es rasgada, los dientes y colmillos afilados, y el ojo muy pequeño: separándose en esto del comun de los páxaros y quadrúpedos nocturnos, que los tienen grandes y saltones. Las orejas son tambien grandes y peladas, y los cinco dedos de cada pie iguales, no unidos por membrana, y con las uñas agudas perpendiculares á ellos. Pasan el dia en escondrijos, baxo de las texas y agujeros de troncos, muchas veces apiñados en grande número; y salen con 1os crepúsculos y la luna, echándo cada uno por su lado á volar con incertidumbre, y tal facilidad, que jamas se cansan, ni reposan sino entrando en la guarida por la madrugada. Ensucian las sacristías y templos con sus excrementos negros y aceytosos, que á veces forman una costra de al-

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gunas pulgadas; por cuyo motivo sería útil su exterminio. Comen insectos volátiles, y tambien las uvaus y otras frutas. Son tan sensibles al frio, que pasan los dias que le hace, aunque sean muchos, sin comer ni salir de sus agujeros. No tienen, que yo sepa, diferencia sexûal, y nadie come su carne, sino los Páxaros nocturnos de rapiña y los Cernícalos.

Se podrian separar en dos divisiones por unos caractéres muy notables; porque los quatro primeros carecen de cola, y tienen un parche de cuero como postizo encima y cerca de la punta del hocico, con los respiraderos dentro del parche. Los demas tienen cola, carecen de parche, y el hocico es algo arremangado en la punta, donde están las ventanas del olfato redondas, y muy separadas por una notable canal.

Aunque Buffon1 los describe en general bien, me parece no estar bien informado, quando dice que no suben volando á grande altura; que hacen mucho esfuerzo para volar; y que su vuelo no es rápido ni bien dirigido, sino torcido á em-

1 Tom. XVI. pág. 148 y siguientes.

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bestidas y vibraciones obliqüas. Porque le tienen tan cómodo, que minca se cansan: suben á veces á grandísimas alturas; y giran con prontitud increible quando lo necesitan para evitar el peligro, ó para pillar los insectos, que persiguen como las Golondrinas y Ibiyaús. Describe en Francia 7 especies que me parecen diferentes de las mias.

NÚM. LXXI.

DEL OBSCURO LISTADO.

No lo he visto: le describidó en su Pueblo mi amigo Don Pedro Blas Noséda del modo siguiente:

"Longitud 4⅙ pulgadas1. Carece de cola, y la braza ó extension de punta á punta de las alas bien tendidas 192½. La piel, que sirve de ala, atraviesa la entrepierna. De la pale de la mano se dividen los huesos en cinco ramos, que corren por entre las alas dándolas gobierno.

1 Es desde la punta del hocico á la de la cola, si la hay, y de no hasta e1 fin del cuerpo.

OO 2

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El color del cuerpo es obscuro roxizo; y le nace una tira blanca de la nariz, que sigue hasta la oreja. De la punta del hocico á la raiz de la oreja hay 10 líneas, y hasta el ojo 5, y de oreja á oreja 1. Encima de la naríz hay un chapitel de piel formado á manera de lanceta, que hasta la punta del hocico tiene 7 líneas. La oreja como la del Raton, aunque mas abierta, con la punta redonda, y larga 8 líneas. En su centro tiene un pico de una membrana pulida, diafragmando el conducto."

NÚM. LXXII

DEL PARDO LISTADO.

He tenido muchos idénticos. Longitud 2¾ pulgadas: carece de cola: braza 13. Su color es de un pardo que claréa por debaxo; pero una tira blanca nace del coccix, y sigue rectamente hasta lo alto del cogote; y dos listas del mismo color principian una en cada respiradero, terminando junto á las orejas en lo mas elevado del costado de dicho cogote. Aun otra tira lo mismo

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nace de cada ángulo de la boca, y termina en lo inferior de las orejas, siendo todas rectas. La oreja pelada, alta 7 líneas, ancha 5, muy derecha, y dentro hay una notable punta: su contorno tiene dos ondas en la parte exterior, y en el resto es casi plano. A una línea del extremo del hocico, que no es agudo, comienza una membrana redonda de 3 líneas de diámetro, pegada como parche, en que se hallan los respiraderos. Entre estos nace una membrana alta 4 líneas, terminando en punta aguda, y su direccion forma ángulo de 70 grados en la frente, á quien solo está pegada entre los respiraderos, y tiene arrugas á lo largo. Arriba hay dos incisivos, luego un colmillo largo y fuerte en cada lado, y 6 muelas agudas. Abaxo no se ven incisivos, sino un colmillo y 7 muelas en cada costado.

NÚM. LXXIII.

DEL MORDEDOR.

He pillado muchos idénticos, que difie-

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ren de todos en que puestos en tierra corren con bastante ligereza, y en que les gusta lamer la sangre. A veces muerden la cresta y barbas de las Gallinas dormidas, chupándoles la sangre, de cuyas resultas mueren, principalmente si se agusanan, como sucede casi siempre. Tambien muerden á los Caballos, Asnos, Mulas y ganado vacuno, por lo comun en las ancas, espaldas ó cuello, porque allí tienen la facilidad de agarrarse de la crin ó cola. Lo mismo hacen con el hombre, de que puedo dar fe por haberme mordido quatro veces en las yemas de los dedos del pie durmiendo á cielo descubierto, ó en las casas campestres. Las heridas que me hiciéron sin que yo las sintiese, eran circulares ó elípticas de una línea de diámetro; pero tan poco profundas, que no penetraban enteramente el pellejo, conociéndose haberlas hecho sacando un bocadillo, y no punzando como pudiera pensarse. Ademas de la sangre que chuparian, juzgo que la derramada podria ser media onza la vez que mas; pero como la derramada por los Caballos, &c. sea como, de tres onzas, y tienen el pellejo mas grueso,

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creo que sus heridas sean mayores y mas profundas. Dicha sangre no es de venas, ni arterias, hasta donde no penetra la herida, sino de vasos capilares de la piel, de donde la atraen sin duda lamiendo y chupando. Aunque mis llagas doliéron algunos dias muy poco, fuéron de tan corta entidad, que no las apliqué remedio, ni dexé de caminar. Por eso, por su ningun riesgo, y porque solo las hacen en las noches escasas de otro alimento, aquí nadie teme ni hace` caso de este animal; de quien cuentan que para no dar sentimiento al paciente, halaga y refresca batiendo las alas la parte que va á morder y chupar.

Longitud 2¾ pulgadas: carece de cola: braza 15¾ Su color pardo, algo mas claro debaxo. La membrana del ala da en la tibia á 4 líneas de su articulacion. La oreja aguda, recta, alta 8 líneas desde lo mas inferior como en todos, y dentro hay otra orejita que sale poco. El hocico mas bien agudo que chato. Sobre su punta hay un parche dividido en dos, que forman en lo alto dos puntas, donde están los respiraderos. Tras de tales parches hay en cada costado un pliegue notable paralelo á la

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borda del que tiene el respiradero; y del intermedio de dichas dos puntas sale otra membrana, que teniendo en medio una notable hondura, sobresalen sus bordas mucho ménos que en los parches de los demas Murciélagos; y no acaba con punta en la parte superior, sino en redondo. La mandíbula inferior excede un poquito, y la fisonomía es muy fea.

Buffon1 describe dos grandes Murciélagos del Antiguo Continente, y otro numeroso de los paises mas cálidos de América, principalmente de la Meridional, llamándole Vampire, porque chupa la sangre, al hombre y á 1os animales dormidos sin causarles suficiente dolor para despertarlos. Asegura ser el Vampire menor que el llamado Rougette, á quien dá 5¼ pulgadas de longitud, con 24 de braza: de donde se deduce que el Vampire no puede parecer volando del tamaño de una Paloma, segun dice: que su magnitud no es monstruosa por lo grande, como asegura la Condamine: y que su braza no puede ser de tres palmos, como quiere Gumilla.

Me parece, y no tengo duda, que el

1 Tom. XX. pág. 71 y siguientes.

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tal Vampire es mi Mordedor; pues es el que en esta América saca la sangre al hombre y animales. Por consiguiente parece que sus medidas deben reducirse á las que he dado, sin hacer caso de las citadas ponderaciones.

No lo son menores las que cuentan de su chupar la sangre, diciendo la Condamine que destruyéron los ganados mayores del Pueblo de San Borja y de otras muchas partes: Gumilla y Pedro Martir que mueren sin sentir los hombres, si son picados en alguna vena; y los Señores Don Jorge Juan y Don Antonio Ulloa, que ocasionan un desfallecimiento extremo. Digo que todo esto es ponderar, y dexarse llevar de vulgaridades; porque yo en muchos años no he visto mas de lo que dixe, aunque he oido bastantes, veces lo que escriben dichos Autores.

Estos, en mi juicio, jamas han tenido este Murciélago en la mano; y si es que le han pillado, no han conocido ser el que mordia; y sin duda por eso ninguno ha hecho mencion de la fealdad de su rostro, de lo que se admira Buffon.

Este le da hocico largo, aspecto feo,

TOM. II. PP

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cabeza informe, orejas grandes muy abiertas y derechas, nariz contrahecha, sus conductos en forma de embudos, y una membrana elevada como cuerno ó cresta aguda. Pero como dice que no le ha visto, y que nadie ha hablado de tales cosas, no me merece mayor crédito. Las tomó sin duda de la descripcion y estampa de Seba, que suele ser un bravo embrollon; y por esto dice mi Autor que acaso son exâgeradas las tales cosas, ó imperfecciones individuales, ó que tal vez trata Seba de otro y no del Vampire. Sobre todo me atengo á lo que he escrito, sin hacer caso de lo que otros pretenden ponderar.

Concluye mi Autor diciendo del Vampire, que siendo imposible dexarse de sentir las heridas sin despertarse, si las hiciese con los dientes ó con las uñas, le parece que las hará con la escabrosidad de su lengua; pero lo que sé es que las mias se hiciéron sacando el bocadito, y que no las sentí.

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NÚM. LXXIV.

DEL PARDO ROXIZO.

Longitud 2¼ pulgadas: carece de cola: braza 12. Su color pardo roxizo encima, y pardo blanquizco debaxo. La oreja aguda, derecha, alta 6 líneas, ancha 4, y dentro hay una notable punta. Encima de la del hocico se ve una membrane como parche pegado, donde están los respiraderos, y se eleva en figura de moharra 3 líneas, siendo algo mas su anchura. La mandíbula superior está un poquito atrasada: tiene dos incisivos, y con bastante separacion un colmillo en cada lado. Abaxo hay mas dientes juntos, y pegado á ellos un colmillo en cada lado menor que el de arriba. El ojo, aunque pequeño, es algo mayor que en los otros: está colocado en la medianía de la oreja al hocico, que es muy obtuso y poco rasgado.

Buffon 1 le llama Fer de Lance, aludiendo á la figura del parche. Dice en la no-

1 Tom. XXVII. pág 1.

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menclatura ser el Vespertilio americanus vulgaris de Seba; pero como hay otros mas comunes aquí, no le adapta bien tal denominacion.

La frase de Brisson: Vespertilio murini coloris, pedibus anticis tetradactylis, posticis pentadactylis, naso cristato………: sobre el error que Buffon le reprehende de los quatro dedos en la mano, es indeterminada, por poderse aplicar al Mordedor, y aun á todos los rabones.

Lo mismo digo de las frases de Sloane y Lineo: Vespertilio rostro appendice auricuœ forma donato; y perspiciliatus Vespertilio ecaudatus, naso foliato plano acuminato. Buffon y Daubenton le conceden cola, aunque muy corta; pero yo no la he encontrado, ni ellos dan su medida. El último le asigna 3 7/12, pulgadas de longitud sin la cola, y 19 de braza: que son exâctamente proporcionales á las mias, aunque mayores, porque veria individuo mas grande. Le viste de obscuro, y no dudo se equivoca; pero convenimos no solo en el parche y su hechura, sino tambien en hacerle los dos incisivos del medio arriba mucho mayores y mas anchos que los quatro

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de abaxo, y que los dos laterales de arriba; bien que yo no noté éstos, sin duda por su pequeñez.

NUM. LXXV.

DEL ROXIZO.

He tenido muchos idénticos. Longitud 4½ pulgadas: cola, ⅚: braza, 22½ pero si se estira la membrana que envuelve totalmente la cola ménos la puntita, la excede dos pulgadas que aumentarian la total longitud. El pelo debaxo es roxizo pálido: encima lo mismo; pero teñido con pardo, y se nota el espinazo por una línea de color mas claro. La membrana de la cola va al tobillo, y la del ala á media tibia. La oreja se dirige adelante: es agudísima, larga 12 líneas, mas ancha en su medianía, donde tiene 4½, y se vé dentro una puntits corta. Baxo de esta punta, en lo inferior de la oreja sobresale la borda una línea formando pliegue. La cabeza muy plana encima. El hocico bastante agudo,

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algo arremangado, y dividido por la canal que separa los respiraderos. La boca formada con tres arcos cóncavos por fuera: los dos van desde poco fuera de cada respiradero á los ángulos de la boca, y el tercero de un ángulo á otro. Arriba dos incisivos y su colmillo de 4 líneas: los de abaxo son mucho menores.

NUM. LXXVI.

DEL CASTAÑO.

Le compré, y no he visto otro. Longitud 4¾ pulgadas: cola 1⅚: braza 13¾. El pelo tupido, suave, no largo, castaño encima, blanquizco abaxo, y las alas negrizcas. Su membrana une á la tibia poco mas arriba del tobillo, y de éste sale la que va á dar á los dos tercios de la cola. De la frente nace un filo agudo que sigue hasta la punta del hocico. La oreja alta 6 líneas, arredondeada encima, y algo inclinada adelante; pero tan ancha que toca á dicho filo en lo alto de la frente. En lo postre-

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ro y baxo de ella hay otra pequeña lenticular. Arriba 2 colmillos, y en el intermedio otros dos pequeños de la propia hechura. Los dos de abaxo no son tan fuertes como los mayores de arriba; están muy poco separados; son divergentes, sin que entre ellos se note incisorio.

NUM. LXXVII.

DEL PARDO BLANQU1ZCO.

He pillado varios idénticos. Longitud 42½ pulgadas: cola 1 1/1½: braza 11½. El pelo suavísimo, mas largo de lo regular, y pardo muy blanquizco. De este color es la membrana de la cola, que tiene pelos, ménos en 1a borda. El ala morada; y los dedos y la inmediacion del brazo y del cuerpo pardos blanquizcos. Dicha ala une al metatarso, naciendo poco mas arriba la membrana que va al fin de la cola. Oreja de Raton, alts 7 líneas, casi presenta delante su abertura, algo aguda en la punta, un poco inclinada para la frente y hácia

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el costado; y de lo interior sale una punta aguda como de espada. El hocico no agudo: la mandíbula superior excede un poco; pero este exceso y algo mas carece de hueso, y por consiguiente de incisivos, y se arremanga facilmente: mas adentro hay en cada lado un colmillo largo, y junto á él hácia fuera un dientecillo agudo; que podria llamarse incisivo si no distase demasiado del del otro lado. No se ven incisivos abaxo, pero los encuentra el tacto; y hay un colmillo en cada lado algo menor que el de arriba.

NUM. LXXVIII.

DEL OREJON.

Tuve dos ó tres en los 3o½ grados de latitud. Longitud 4 pulgadas: cola 191íneas: braza 12½ pulgadas. La membrana de la cola da en el radio, y despues sale junto al dedo para formar el ala. Su color pardo obscuro encima y mas claro debaxo. La oreja da 13 líneas, ancha donde mas 9,

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elíptica en la punta, se dirige adelante, y su borda interior forma un rizo delante, acercándose al de la otra, formando ámbos sombra al hocico sin llegar con 2 líneat á la punta de éste. Dentro se vé otra orejita bastante grande en figura de fierro de lanza. Los respiraderos, boca y colmillos como en los demas: el hocico estrecho y agudo; y el ojo bastante grandecito para Murciélago.

NUM. LXXIX.

DEL OBSCURO.

Longitud 4 pulgadas: cola 1½: braza 12: su color pardo obscuro, mas blanquizco debaxo. Otro tenia 5¾ pulgadas de longitud, y las demas medidas proporcionales, con el color mas obscuro: seguiré con el menor. Una membrana nace del tobillo y va á media cola, cuya mitad no envuelta tiene en cada lado un rudimento de membrana. La oreja horizontal, anchísima, y toca á la otra á 3 líneal de la punta del

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hocico: es arredondeada, y dentro debaxo hay otra orejito vertical. La mandíbula inferior muy obtusa y redonda, y el labio superior con muchas arrugas verticales. La lengua tiene de extraño, que como á la mitad de su longitud hay otra como pegada sobre ella. Abaxo dos colmillos fuertes, y otros dos mas largos arriba. Entre éstos, con alguna separacion, hay dos incisivos, que no se ven entre los de abaxo, aunque el tacto los encuentra.

NUM. LXXX.

DEL OBSCURO MENOR.

Longitud 3⅚ pulgadas: cola 1½: braza 11⅔. El pelo, corto, muy suave, pardo obscuro encima, y pardo debaxo. De la coyuntura del tarso nace la membrana que da á media cola. La oreja anchísima, arredondeada, muy larga, y besa á la otra á dos líneas de la punta del hocico. En su parte interior se ven estrias semejantes á las de algunas conchas, y tiene un grande

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pliegue para abaxo en la parte anterior, formando una grande concavidad, en que está el ojo. Carece de la segunda oreja vertical que tiene el precedente debaxo de la grande, y de la lenticular del que sigue. La mandíbula inferior muy obtusa y retirada, y el labio superior con pliegues verticales. La lengua, colmillos, dientes y muelas como el precedente; y el ala une con la pierna á media tibia.

NUM. LXXXI.

DEL PARDO ACANELADO.

Longitud, 3½ pulgadas: cola: 12½: braza 102½. El pelo corto, suave sobre toda ponderacion, pardo acanelado, y debaxo mas claro. La membrana envuelve mas de la mitad de la cola, y sigue hasta la punta por un rudimento en cada lado. Aunque unen las orejas á 2½ líneas de la punta del hocico, son mas bien pequeñas que grandes, horizontales, y de lo inferior y postrero de cada una nace una como oreja gruesa

QQ 2

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lenticular dirigida hácia el ojo. El hocico pasablemente agudo: la mandíbula inferior ancha y retirada: la superior tiene dos colmillos de frente con solo un incisivo en medio: lo mismo sucede abaxo, aunque todo es mas corto.

NUM. LXXXII.

DEL ACANELADO.

Longitud 3⅚ pulgadas: cola 1⅚ braza 9⅙. Pelo corto, acanelado arriba, y color de caña debaxo. La membrana del ala, y la que va al fin de la cola nacen de la coyuntura del tarso. Oreja muy aguda, alta 5½ líneas, y dentro otra larguita estrecha, aguda como punzon. Hocico algo agudo, con la mitad superior poco avanzada. Arriba un incisivo en cada lado, quedando un portillo en medio, y despues están los colmillos. Abaxo parece hay dos incisivos juntos, y luego los colmillos. El miembro suelto; y los testículos fuera del cuerpo, con separacion uno de otro, pe-

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gados á los lados de la cola, y envueltos en la membrana que está.

NUM. LXXXIII.

DEL PARDO OBSCURO.

Longitud 3 pulgadas: cola 1¼: braza 8⅔. Pelo pardo obscuro encima, y pardo que blanquea en lo posterior debaxo. La membrana del ala nace de la coyuntura del tarso, y allí mismo empieza la que envuelve enteramente la cola. Oreja de Raton, ó como la del Pardo blanquizco, larga 6½ líneas, y de lo interior sale una punta de espada. Hocico algo aplastado, semejante al del Perro dogo. Parece haber arriba un incisivo en medio, otro en cada lado, y despues los colmillos. Los de abaxo son tan chicos que no se perciben.

Despues he pillado varios idénticos, largos 2½ pulgadas: cola 1: braza 8⅚; pelo casi negro, y debaxo obscuro polveado de blanco, porque lo son las puntitas; y todo va blanqueando para tras. La oreja

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aguda de Raton, y como la del primer individuo, con la misma. punta de espada. Los creo la misma especie.

APÉNDICE

DE LOS LAGARTOS.

Ocupado en otras cosas, y en describir páxaros y quadrúpedos, no hice estudio de conocer los reptiles de por acá, Sin embargo los ratos ociosos en que pillé casualmente algunos Lagartos, hice sus descripciones: y como nunca pensé hacer uso de ellas, se me han perdido algunas, quedando las siguientes, que copiaré por si pudiesen servir á los Naturalistas.

DEL YACARÉ.

Así le llaman los Güaranís, y algunos Españoles Caiman. Es comun en todos los rios y albercas del Paragüay y hasta los 31 grados; y dicen que su magnitud es proporcional á la extension de las aguas

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donde vive: pero esto viene sin duda de que los grandes dexan las lagunas pequeñas por ir á buscar mas agua y pescados mayores, de que viven y de los Patos que pueden pillar tragándolos enteros; porque no despedazan, ni sus dientes son para eso. Les temen poco, y todos nadan y pasan los rios sin recelo. Sin embargo una vez cogió uno al Perro de aguas de Noséda, y le sumergió y ahogo. Este hecho cierto hace creible, que en alguna ocasion hará lo mismo con los muchachos, hombres ó quadrúpedos; pero como no me consten otros hechos por experiencia, y sé que no los comen ni despedazan, creo que si alguna vez sucede eso, será porque tendrá el Yacaré cerca los huevos; pues sabemos que los defiende, embistiendo al que se acerca, y mordería si no fuese fácil, evitar e1 hombre. Cuentan que los hay de dos especies roxa y negra; y que aquella es escasa, feroz, y 1a que pilla y despedaza á los nadadores, y aun á los Toros y Mulas al pasar los rios: pero no he visto tal Yacaré, ni dudo que los mencionados estragos son ponderaciones, pues dicen que el

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roxo no difiere del que describo sino en tener el color algo roxizo. Es verdadero anfibio: jamas se encuentra sino en el agua ó á la orilla: y para pasar á otras dicen que que espera las grandes lluvias ó inundaciones. De noche y casi siempre está baxo del agua, manifestando á veces solo los ojos; pero sale hácia el medio dia á la orilla á tomar el sol en la arena, y duerme allí profundamente, metiéndose dentro quando se acerca el hombre ó algun Perro. Sus huevos son blancos, ásperos, y del tamaño que los del Ganso. Los deposita en número de sesenta, poco mas ó ménos, segun dicen, en la arena, cubriéndolos con paja, y el sol los fecunda. Son muy buscados de los lnfieles, que los comen; y tambien apetecen mucho la carne blanca y sabrosa del Yacaré. Tienen para cogerle una flecha, que al hincarse en el costado del cuerpo, que es donde únicamente puede, dexa la lengueta separada de la caña; pero ámbas unidas por una cuerda larga y fuerte; de modo, que flotando la caña y tirándola, saben donde está el Yacaré, y desde la canoa le dan lanzadas hasta que le matan ó aturden, y le sacan. Algunos Españoles

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se divierten tirándoles balazos inútilmente, porque solo le penetran por el ojo y costados dos del cuerpo, y en ámbos casos se va al fondo sin morir aunque le hayan dado diez tiros. Otras veces meten dentro de los bofes de una res un palo atado por la mitad con una cuerda larga; y tirándolos al agua, flotan y suele tragarlos el Yacaré, que sacan tirando porque no puede vomitar el palo que se atraviesa. Dicen tiene cerca de los riñones dos vexiguitas llenas de un humor que huele mucho á almizcle. El que describo es adulto, aunque aseguran que los hay mayores.

Longitud total inclusa la cola 7⅔ pies: cola 3⅔, con 22½ pulgadas de circunferencia en la raiz. Es muy flexîble, propia para girar en el agua, y de figura que se acerca á la de los pescados. Encima de la raiz de cada pierna nace una arista escamosa, que va siendo mas aguda y aparente, hasta que, habiéndose alargado dos pies, se cortan ámbas por ángulo agudo y reparable sobre la cola. Ésta, aunque redonda en su orígen, se va aplanando encima en el espacio que encierran aquellas aristas. Tambien se va haciendo plana en los costados, de modo

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que las aristas pueden decirse intersecciones de los planos laterales con el de encima baxo de ángulos de cien grados, para dexar otro plano inferior baxo de la cola mas ancho que el de encima. Desde el ángulo citado de las aristas sigue hasta la punta de la cola un filo agudísimo de escamas, que es la interseccion de los planos laterales ó compresores, que ensanchan para abaxo, donde hay otro plano triangular: de forma que este pedazo extremo de la cola es una verdadera pirámide triangular. La pierna es notablemente mas gruesa que el brazo. Éste es largo 11½ pulgadas hasta la punta de la uña, y tiene cinco dedos separados. En el pie hay quatro, que con 1a pierna componen 13½ pulgadas de longitud. El cuello largo y tan grueso como lo posterior de la cabeza y la raiz de la cola. La cabeza comprimida encima, y el hocico no agudo y algo levantado en la punta. De ésta al ángulo de la rasgadísima boca hay 13½ pulgadas, y al ojo 8, que es pequeño y hundido. Abaxo hay en la extremidad de la mandíbula un colmillo en cada lado, agudo, fuerte, largo una pulgada, y atraviesa la mandíbula superior

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saliendo arriba por un agujero. Siguen en cada lado dos incisivos, luego otro colmillo, despues seis incisivos y otro colmillo; y por último hay ocho incisivos. El colmillo anterior es el mayor; y los incisorios nombrados no lo son en realidad, porque nombrados no lo son en realidad, porque no cortan, sino mas bien cilindricos, y están apartados unos de otros, siendo todos casi de la propia figura, aunque tengan el sitio de las muelas. La mandíbula superior tiene los mismos dientes y colmillos con corta diferencia. La figura del curepo es de Lagarto, y su armadura y la de sobre la cabeza despiden las balas. Sobre el cuerpo se ven tiras al través anchas 1½ pulgadas formadas de conchas durísimas, unidas y cubiertas con cuero suave. Otra armadura compuesta de muchas piezas unidas y durísimas ocupa todo lo inferior del cuerpo, y arrastra al caminar el Yacaré; cuyo color uniforme es obscuro.

DEL YAGUANÁ.

Así le llaman en los campos del Rio de la Plata, porque creo no exîste en el Paragüay.

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Habita los campos y costas de bosques: come frutas, insectos, sapos, víboras pequeñas, y aun los huevos y Pollos. Tambien dicen que come la miel de las Avispas, y que para echarlas da con la cola un golpe al panal de paso y corriendo, y repitiendo lo mismo hasta que las aburre y se ahuyentan. La carrera es velocísima. No sube á los árboles; y excava madrigueras an tierra para habitar todo el hibierno, y salir solo en verano, siendo el medio dia su hora favorita. Si quano le persiguen encuentra agua, entra en ella caminando sin nadar, y no sale hasta que que ve léjos al agresor: de modo, que es verdadero anfibio, aunque habita lugares bien secos. Suponen que muerde sin soltar la presa; y le sacan anillos del cuero de la cola para ponérselos en los dedos, figurándose que preservan de la perlesía y del pasmo. Cuentan de su grasa que es especial para toda hinchazon; y tambien aseguran que se come su propia cola; pero yo creo que si alguno la tiene despuntada, será por accidente. Su carne es buena comida.

Longitud total 44 pulgadas inclusa la

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cola: ésta 27½ con 6½ de ruedo en la raiz, donde tiene los costados algo comprimidos, siendo el resto redondo, y suficientemente flexîble. La circunferencia en la barriga es 10 pulgadas, y estrecha bastante junto á los brazos y piernas: la del cuello es de 7¾. En la mano cinco dedos casi de igual grueso, y sin nota en el pulgar, aunque es algo mas corto que el exterior, naciendo ámbos de un paralelo. Los tres restantes salen á igual altura, siendo e1 inmediato al pulgar algo mas corto que el cercano al meñique, y el de enmedio poco mas largo. Las uñas muy agudas, fuertes y propias para escarvar. El pie con otros cinco: el interior tiene 6 líneas sin la uña, y el inmediato al externo 22, siendo el mas grueso. Los demas forman escalera igual con los dichos, tanto en las puntas, como al nacer. El exterior, que es el mas delgado, nace á una pulgada de su inmediato, y tiene otra de longitud. Los cachetes blanduxos, y abultan lo que un huevo. El oido de 7 líneas, está cerrado con una telita delgada y transparente. Tirando la lengua, sale mucho de la boca, es muy flexîble y hendida en una pulgada de la pun-

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ta. Los dientes cortos, gruesecitos y cónicos; pero no los hay en lo anterior de las mandíbulas; y las muelas son cilíndricas. El ojo de Lagarto. La frente hasta la punta del hocico empedrada de conchas grandes de diferentes magnitudes, lisas y pardas, ménos las del hocico que son negras, como los intermedios. Los costados del hocico y baxo del ojo tienen conchas grandes, lisas y blanquecinas. El respiradero cerca de la punta en el costado del hocico. El resto sobre la cabeza y sus costados, y lo mismo en el cuello, son un empedrado igual de escamitas color de perla, aunque muchas con barniz negro. Lo mismo es sobre el cuerpo, notándose al traves tiras negras muy reparables. Tambien los costados del cuerpo tienen escamas de perla, pero como muchas conservan el barniz negro forman labores; aunque detras del brazo es muy notable una mancha negra. De este color es la puntita de la cola: de allí á la mitad anillos blancos y negros, éstos mayores: y el resto lo mismo, pero los anillos no tambien marcados, porque los blancos tienen muchas conchitas negras. Los brazos y piernas son por el estilo de los

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costados del cuerpo, aunque domina mucho mas lo negro. Todo debaxo blanquizco con algunas tiras obscuras.

DEL TEYÚ-GÜAZÚ.

Teyú es nombre general, que en güarani comprehende á todo Lagarto y Lagartija. Al presente apellidan güazú, aludiendo á que es el mayor de los del Paragüay, sin llegar al Rio de la Plata. Su habitacion y costumbres son las del anterior.

Longitud 37½ pulgadas con la cola: ésta 21¾, y 7¼ de ruedo en la raiz. Circunferencia en la barriga 13½, y la del cuello 9¼. Todas las formas son las del Yagüaná. En la mano cinco dedos muy flexîbles, del mismo grueso, y sin nota en el pulgar: éste y el externo iguales en longitud y separacion: los dos inmediatos al exterior le exceden en 6 líneas, son los mas largos y casi iguales. El inmediato al pulgar es 3 líneas mas corto que los dichos: y todas las uñas propias para escarvar. El pie otros cinco: el interior de 7 líneas, y el inmediato al exterior de 22, formando escalerilla igual con

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sus dos inmediatos, tanto en las puntas como en el nacimiento. El externo nace una pulgada separado de su inmediato, y es largo 12 líneas. Las formas, cachetes, oido y lengua como en la Igüaná. Los incisivos del frente poco sensibles, y los de los costados cilíndricos, cortos, gruesecitos y no hay colmillos. La frente plana y empedrada como en la Igüaná con conchas de diversas magnitudes, de un color pardo blanquizco azulado, con los intermedios negros. El costado de la cabeza tambien con conchas grandes de aquel color pardo blanquizco azulado, que se extiende azulado hasta la punta del hocico. Éste es agudo, y en sus costados están los respiraderos casi redondos. Tras de la frente hay un pedazo de empedrado con escamas de una línea, del color mencionado, y los intermedios negros. De allí todo sobre el cuello, cuerpo, costados, brazos, piernas y cola son de un empedradito, que tiene á lo largo del espinazo una tira negra, y otra en cada costado: las tres separadas y empedradas con dibuxos inexplicables, lindos y simétricos, hechos de conchitas blancas y negras. Las 8 pulgadas extremas de

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la cola negras, y el resto tiene dibuxos al través separados con faxas negras. Las conchas de debaxo hacen al través dibuxos de blanco y negro, dominando éste, y encima aquel. He tenido otros largos 38½ pulgadas: cola 25½. Tenian ménos barriga y la cabeza ménos abultada. Sobre el cuerpo y sus costados no habia las tiras negras, sino muchas al través negras y separadas por dibuxos. Los creo machos, y á los primeros hembras.

DEL TEYÚ VERDE.

Los Güaranís le llaman Teyú hobi, y yo lo he traducido. Es muy comun en los matorrales y quintas, donde aparece á fin de octubre, y se oculta en sus cuevitas á la entrada del hibierno.

Longitud 9¾ pulgadas con la cola: ésta 5½. En la mano cinco dedos: el exterior é interno iguales, y los restantes en escalerilla igual, siendo el inmediato al exterior el mas largo, y todos con uñas fuentecitas. En el pie hay 4: el anterior mas corto, y los demas en igual y violenta es-

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calera, siendo el postrero mayor. La cabeza no cachetuda. Sobre ella hay un empedrado de piezas irregulares y simétricas. Tambien las hay en los costados y en los labios. El hocico algo agudo y corvo, ó carneruno.

Los costados y sobre la cabeza de un verde tierno y esmaltado, que se prolonga por una tira á lo largo del espinazo hasta el orígen de la cola. Desde la raiz del cuello hasta la de la cola sigue á lo largo de dicha tira otra morada en cada lado. Despues sigue lo mismo otra muy angosta, blanca y viva. Despues otra ancha morada mas clara, algo variada con negro. Despucs otra blanca como la dicha, y á ésta sigue otra blanca á manera de cordoncillo. Luego hay otra morada: y todo lo demas, con lo inferior del cuerpo es plateado, como baxo de la cabeza y del cuello, brazos, piernas y cola. Las listas referidas sobre el cuerpo y sus costados siguen sobre la cola y los suyos; pero lo verde degenera luego en morado. Las piernas y brazos encima tambien son morados con poca variedad.

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DEL CAMALEON.

Así le llama mi amigo Noséda, quien le describió en esta forma:

"Como son varias las especies de Camaleon, que unas consisten en la extraordinaria figura diferente del Teyú, y otras, siendo de la figura de éate, difieren por algunos caractéres particulars como el presente, y ahora principio á hablar de ellos: he tenido por bien describir el presente por si no encuentro otro. Le encontré atravesando un camino; y luego que me sintó se detuvo á hacer frente tragando viento, que es en lo difiere del Teyú, y siempre huye y teme. Aunque, tenga la figura, de Teyú, el pellejo del cuerpo no es ajustado, y se hincha con el viento. Tambien difiere en la cabeza mas alta, siguiendo con alguna rebaxa hácia el hocico, que es mas corto por las rebaxas mas repentinas de sus costados. Difiere en la lengua redonda, gruesa, ancha como la del Sapo, y llena la boca; quando la del Teyú es larga y hen-

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dida. Los oidos mucho mas pequeños, muy atrasados, y están sobre el ángulo de la boca. Finalmente difiere mucho en los colores. Otros Camaleones difieren en la figura, teniendo el cuerpo corto y muy ancho; de modo, que parecerian Sapos si no los distinguiese la cola. La figura del presente es la del Teyú verde. Le hallé siete huevos blancos, largos 6 líneas.

Longitud total 8⅚ pulgadas: cola 5½ y circunferencia del cuerpo junto á los brazos 1½. La pierna es larga 23 líneas hasta la punta de las uñas, y el brazo 15. Del hocico al cogote hay un empedrado menudo, ménos en el oido y sobre el ojo, que tienen piel á manera de círculos que entran hácia la mitad de la cabeza. Esta encima es parda obscura amarillaza, con las orejas mas obscuras. Desde el cogote sigue una lista ancha mas de 2 líneas del mismo color de la cabeza por e1 espinazo hasta la cola. Esta, aunque por encima es del mismo color, le ciñen de un lado y otro unas manchas triangulares amarillas pardas. Tambien va desde el oido una lista parda obscura, que pasando por encima de las dos bordas de los párpados,

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van hasta el hocico, dexando entre dicha lista y el color de la cabeza otra blanquizca. A la par de aquella lista del espinazo sigue otra mas ancha y clara. Por encima de los brazos y piernas es como el espinazo; pero con algunas manchitas pardas amarillazas. El costado de la cabeza desde el hocico por debaxo del ojo, y todo el resto inferior del animal es blanquizco amarillento. Toda su piel, ménos la cabeza, es cubierta de conchitas en líneas. Tiene á lo largo de las mandibulas á iguales distancias dientecillos agudos con que aprieta quando hace presa; para lo qual da un salto, y no suelta; por cuyo motivo dice la gente que el Camaleon chupa."

DEL CAMALEON SEGUNDO.

Le compré á los bárbaros el 7 de mayo, y le solté en mi quarto. Caminaba con torpeza el primer dia, que era bastante caliente, y subia á las sillas, y aun le ví saltar de una á otra distante palmo y medio: pero los dias siguientes algo frescos no se

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movió de lo alto de una silla, sino miéntras le daba el sol, y el resto estaba entorpecido y como muerto. Observé que se afianzaba bastante con la cola, enroscando un pedazo de su punta: de modo, que estoy persuadido de que trepa á los árboles y vive en ellos. Le conservé hasta el último de dicho mes en que pasé á Buenos Ayres sin que comiese cosa alguna. Quando le ví bastante vivo, procuré irritarle, y abria mucho la boca resollando fuerte; pero no mordia ni saltaba; y tenia entónces los colores sin comparacion mas vivos que quando el frio le entorpecia.

Longitud total 13½ pulgadas: cola 8¾. Toda la figura como la del Teyú verde, sin excluir las manos, pies y dedos. No se le nota oido, sin duda porque será muy pequeño. Todo lo inferior pardo blanquizco; y lo mismo los costados y sobre la cabeza, aunque mas opacos. Lo propio son los costados del cuerpo; pero quatro tiritas angostas negras caen al través en zic zac de lo alto. Del ángulo posterior del ojo nace una tirita negra, que siguiendo por el cuello, termina curvamente en la raiz del brazo. Tras de ésta y paralela hay otra idem que

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cae de la espalda; y por debaxo del ojo pasa otra, que tambien va á dar en la raiz del brazo. Los colores sobre el cuerpo son bien difíciles de explicar; pero lo mas notable consiste en algunas manchas blancas de mas de 2 líneas y otras negras de igual magnitud sobre fondo pardo. Tambien la cola tiene dichas manchas blancas separadas por espacios negros y obscuros. La nariz está, no como en los Teyús, sino en la medianía del ojo al hocico.

DE LA LAGARTIJA FEA.

Longitud total 7⅙ pulgadas: cola 4½. La cara bastante fea; y encima de cada ojo hay una pequeña elevacion. La cabeza corta, el hocico no agudo, y desde el cogote á media cola sigue sobre el espinazo una arista ó filo notable. En todas partes cinco dedos: el pulgar mas corto, y los demas crecen hasta que el inmediato al meñique es el mas largo; y el tal meñique mas apartado que los otros entre sí. Sobre la cabeza hay escamitas aplomadas con intersticios negros; pero se nota sobre las narices un

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triángulo blanquizco. Encima del cuello hasta la cola y los quatro pies obscuros; pero el pestorejo es algo mas claro con varias líneas al través mas obscuras, entre las quales son mas reparables la de enmedio y otra en el fin del cuello. Tambien se notan algo cinco ángulos sobre el espinazo con las puntas para atras, hechos con líneas negras y obliqüas. Los nudos de la mao negros, y el resto de los dedos mas claro que en lomo. La cola casi del color del lomo. Baxo de la cabeza pardo verdoso con muchas pintas blanquizcas; y el resto baxo del animal amarillazo puerco. La hembra media pulgada mas corta, sus colores mas apagados, y la cabeza menor sin triángulo blanquizco.

FIN DEL SEGUNDO TOMO.


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Citation: John van Wyhe, ed. 2002-. The Complete Work of Charles Darwin Online. (http://darwin-online.org.uk/)

File last updated 25 September, 2022